AGRICULTURA ECOLÓGICA
(Apartados del 1.3.2. al 1.3.2.6.)
Autora:
María del Pilar Romera Pérez - Ingeniera Técnica Agrícola e Ingeniera
Agrónoma
Colaborador:
Luis Guerrero - Ingeniero Técnico Agrícola
CAPÍTULO
I.- LA AGRICULTURA ECOLÓGICA COMO
SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS PLANTEADOS POR LA AGRICULTURA CONVENCIONAL
I.-
TÉCNICAS ACTUALES DE LA AGRICULTURA Y PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE SU EJECUCIÓN
II.-
SISTEMAS ALTERNATIVOS DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN SINTONÍA CON EL AMBIENTE
1.-
TÉCNICAS EMPLEADAS EN AGRICULTURA ECOLÓGICA
1.1.- Laboreo y mecanización
1.2.- Asociación y
rotación de cultivos
1.3.- Fertilización
en agricultura ecológica
1.3.1.- Fertilización orgánica
1.3.2.- Fertillización
inorgánica
1.3.2.1.- Materias
minerales ricas en sílice
1.3.2.2.- Materias
rminerales icas en nitrógeno
1.3.2.3.- Materias
minerales ricas en fósforo
1.3.2.4.- Materias
minerales ricas en potasio
1.3.2.5.- Materias
minerales ricas en magnesio
1.3.2.6.- Materias
minerales ricas en calcio
2.- HIERBAS ADVENTICIAS
3.- PLAGAS Y ENFERMEDADES
CAPÍTULO
II.- CANALES DE COMERCIALIZACIÓN DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS
I.- INTRODUCCIÓN
II.- MERCADO EXTERIOR
III.- MERCADO INTERIOR
IV.- PUNTOS DE
VENTA DE LOS PRODUCTOS ECOLÓGICOS
V.-
EL CONSUMO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS Y MEDIDAS PARA EL DESARROLLO DEL MERCADO
CAPÍTULO
III.- IMPORTANCIA DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA AGRICULTURA ECOLÓGICA
I.-
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN DEL HUMUS DEL SUELO
II.- NATURALEZA
DE LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO
III.-
PAPEL DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA FORMACIÓN DEL SUELO Y EN LA CREACIÓN DE
SU FERTILIDAD
CAPÍTULO I.- LA
AGRICULTURA ECOLÓGICA COMO SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS PLANTEADOS POR
LA AGRICULTURA CONVENCIONAL
II.-
SISTEMAS ALTERNATIVOS DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN SINTONÍA CON EL AMBIENTE
1.3.2.-
Fertilización inorgánica
Estos
abonos minerales se utilizan en agricultura ecológica como enmienda,
considerando como tal toda aquella actuación sobre el suelo que tiende a
corregir una situación deficitaria o desequilibrada, y de carácter puntual.
Así pues, la enmienda se caracteriza por no realizarse de forma frecuente (Bartolini,
1989).
Realmente
en agricultura ecológica no son probables las fuertes carencias de un
elemento, pero sí habrá que actuar con precaución durante el tiempo de
reconversión de la finca (Cerisola, 1989).
La
enmienda se debe realizar en la época en que el suelo esté desnudo, teniendo
en cuenta las estaciones lluviosas, para que no se produzcan pérdidas del
producto, y con bastante antelación a la siembra. En nuestra agricultura, de
acuerdo con la marcha de las rotaciones de cultivos, hay dos épocas muy
definidas, otoño y primavera, aunque normalmente es mejor en otoño (Urbano
Terrón, 1988) o a finales de verano. Se efectuará en primavera únicamente
cuando se deban cubrir carencias con aportes en forma rápidamente asimilable.
También
pueden añadirse al compost o mantillo para que así sufran un proceso de
preasimilación.
En
general se utilizarán sales poco solubles, sin aumentar esta solubilidad
mediante tratamientos químicos, o aportes minerales bajo forma de productos
naturales que únicamente han sufrido tratamientos físicos como lavado,
trituración y en ciertos casos, calcinación (Bezdicek, 1984). Estos
productos se aplicarán en pequeñas dosis, sin olvidar, claro está, los
aportes orgánicos que como ya dije son la base del abonado en agricultura
ecológica. Por tanto los fertilizantes minerales deben considerarse
como un suplemento y no como una sustitución del reciclado de
nutrientes (Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica, 1990).
Las
rocas y minerales naturales se muelen y pulverizan muy finamente, ya que
cuanto menor es el tamaño de molido, más rápida es su acción y menores las
cantidades a aportar (Roger, 1985). En general se utilizan productos con una
finura comprendida entre el tamiz 200 (0,074 mm de apertura de malla) y el
tamiz 400 (0,037 mm) (García Sans, 1987).
Los
abonos minerales se pueden clasificar según su elemento dominante, sin
olvidar que todos ellos contienen un elevado número de elementos químicos:
1.3.2.1.-
Materias minerales ricas en sílice
Son
principalmente el basalto, el granito, el pórfido, el neiss, etc. Contienen
aproximadamente un 50 % de sílice, un 2 - 10 % de magnesio, un 2 - 12 % de
potasio y numerosos micronutrientes.
Las
ventajas que ofrece el empleo de estas rocas son:
-
Aumentan el rendimiento y la resistencia al encamado de los cereales.
-
Producen un incremento de la resistencia de numerosas plantas a enfermedades
criptogámicas y ataques de ciertos insectos.
-
Su contenido en sílice facilita la asimilación por las plantas de la mayor
parte de los elementos minerales, especialmente el fósforo y los
oligoelementos.
-
Pueden ser utilizados prácticamente en todos los suelos, incluso a dosis
elevadas, sin riesgo de toxicidad o desequilibrio.
Dependiendo
de la naturaleza del suelo, los aportes de rocas silíceas son complementados
con otros materiales minerales, y las dosis de aplicación oscilan entre los
300 y 2000 kg.ha-1.
1.3.2.2.-
Materias minerales ricas en nitrógeno
El
único abono nitrogenado de origen natural es el nitrato de Chile, que
contiene aproximadamente un 16 % de nitrógeno y un 25 % de sodio.
Su
utilización está restringida al periodo de reconversión en cereales, con
pequeñas cantidades en primavera, pero no está autorizado en agricultura
ecológica (Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica, 1990), ya que se
comporta exactamente igual que un abono soluble de síntesis (su nitrógeno
está totalmente mineralizado) (Labrador y Guiberteau, 1991).
1.3.2.3.-
Materias minerales ricas en fósforo
Como
aporte de fósforo se utilizan rocas fosfatadas, como los fosfatos
naturales de África del norte (Sahara, Marruecos, Túnez), Estados Unidos
(Florida),África Central (Senegal, Togo), etc. (Cánovas Fernández, 1993), y
las fosforitas, finamente molidas, que contienen un 25 - 35 % de anhídrido
fosfórico (Labrador y Guiberteau, 1991).
Con
la excepción de los fosfatos aluminio-cálcicos de Thiés (Senegal), son
fosfatos tricálcicos sedimentarios cristalizados (kola), con cierta proporción
de fluoruro cálcico.
Se
aportan por término medio entre 50 y 60 kg.ha-1.
También
se utiliza el fosfal, fosfato natural de calcio y aluminio calcinado
(ha sufrido un tratamiento térmico), que se aplica sobre todo en las tierras
calizas.
Las
escorias Thomas también se utilizan, particularmente en suelos con
fuerte carencia de este elemento. Se obtienen a partir de la fosforación del
mineral de hierro en los altos hornos. Contienen un 16 - 19 % de anhídrido
fosfórico, y su disponibilidad depende de la actividad siderúrgica y del
origen de los minerales de hierro utilizados.
1.3.2.4.-
Materias minerales ricas en potasio
Raramente
se presentan carencias de este elemento, ya que, al igual que el cloro, tan sólo
tiene un papel de transporte de cargas. Además, cuando las plantas maduran,
devuelven la mayor parte del potasio al suelo; si cosechamos productos maduros
(por ejemplo cereales), las extracciones son mínimas, al contrario que ocurre
con las plantas verdes, que son muy ricas en potasio (Labrador y Guiberteau,
1991).
El
potasio de las rocas silíceas se encuentra en forma insoluble, así que no
existen riesgos de exceso de este elemento, pero en caso de fuerte
deficiencia, la velocidad de solubilización puede ser demasiado lenta, por lo
que se hará necesario emplear sales más solubles, como el pathenkali o en
algunos casos cenizas de madera.
El
pathenkali es un sulfato de potasio y magnesio de origen natural,
obtenido a partir de la kainita, que se extrae principalmente de los países
centroeuropeos. Contiene un 28 % de óxido de potasio, un 8 % de magnesio, un
18 % de azufre y diversos oligoelementos.
Las
cenizas de madera de origen biológico constituyen un excelente abonado
potásico, ya que contienen entre un 5 y 9 % de óxido de potasio y se
utilizan en dosis muy variables.
1.3.2.5.-
Materias minerales ricas en magnesio
Además
de las rocas silíceas (2 - 10 % de MgO) y el pathenkali (8 % de MgO), que
aportan cantidades notables de magnesio, en agricultura biológica también se
emplean las dolomitas y el sulfato de magnesio natural.
Las
dolomitas son carbonatos dobles de calcio y de magnesio, con una
riqueza en óxido de magnesio del 16 al 20 %, y que a causa de su alto
contenido en calcio, sólo se utilizan en suelos ácidos o neutros, a dosis de
200 - 500 kg.ha-1.
El
sulfato de magnesio se
emplea en suelos calizos, a dosis de 200 - 4400 kg.ha-1, y puede
tener dos orígenes:
-
Minero (kieserita), con un 20 - 27 % de magnesio.
-
Marino (salinas), con un 16 % de magnesio y un 13 % de azufre, de
solubilidad bastante mayor que la anterior y que por tanto se aplica en
dosis pequeñas y frecuentes.
1.3.2.6.-
Materias minerales ricas en calcio
Como
en el caso del magnesio, muchas rocas naturales ya citadas contienen
cantidades apreciables de calcio, como por ejemplo los fosfatos naturales (50
% de CaO), las escorias básicas (45 -60 % de CaO) y las dolomitas (25 - 30 %
de CaO).
Para
las enmiendas cálcicas de suelos ácidos se emplean las mismas rocas
naturales que en agricultura convencional: calizas, margas, cretas, etc., y
los aportes serán menores y más repetidos cuanto más finamente pulverizadas
estén las rocas.
Las
calizas tienen un 40 - 55 % de óxido de calcio y se utilizan en dosis
de 300 - 2000 kg. ha-1 .
Las
margas son mezclas de arcilla y caliza con un 15 - 30 % de óxido de
calcio, por lo que resultan de gran interés en las enmiendas cálcicas de
suelos arenosos y se aplican en dosis de 3 - 15 kg. ha-1.
Las
cretas fosfatadas contienen un 50 - 55 % de óxido de calcio, un 7 - 9
% de anhídrido fosfórico y numerosos micronutrientes. Se utilizan en dosis
de 300 - 1500 kilos por hectárea.
Y
finalmente el yeso contiene un 33 % de calcio y se emplea
preferentemente para la corrección de suelos sódicos.
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