AGRICULTURA ECOLÓGICA
(Capítulo II)
Autora:
María del Pilar Romera Pérez - Ingeniera Técnica Agrícola
e Ingeniera Agrónoma
Colaborador:
Luis Guerrero - Ingeniero Técnico Agrícola
CAPÍTULO
I.- LA AGRICULTURA ECOLÓGICA COMO
SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS PLANTEADOS POR LA AGRICULTURA CONVENCIONAL
I.-
TÉCNICAS ACTUALES DE LA AGRICULTURA Y PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE SU EJECUCIÓN
II.-
SISTEMAS ALTERNATIVOS DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN SINTONÍA CON EL AMBIENTE
CAPÍTULO
II.- CANALES DE COMERCIALIZACIÓN DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS
I.- INTRODUCCIÓN
II.- MERCADO EXTERIOR
III.- MERCADO INTERIOR
IV.- PUNTOS DE
VENTA DE LOS PRODUCTOS ECOLÓGICOS
1.- TIENDAS ESPECIALIZADAS
2.- GRANDES SUPERFICIES
3.- FERIAS, MERCADILLOS Y FINCAS
4.- ASOCIACIONES Y
COOPERATIVAS DE CONSUMIDORES
V.-
EL CONSUMO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS Y MEDIDAS PARA EL DESARROLLO DEL MERCADO
1.-
DINAMIZACIÓN DEL CONSUMO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS
2.-
ALGUNAS MEDIDAS PARA EL DESARROLLO DEL MERCADO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS
CAPÍTULO
III.- IMPORTANCIA DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA AGRICULTURA ECOLÓGICA
I.-
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN DEL HUMUS DEL SUELO
II.- NATURALEZA
DE LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO
III.-
PAPEL DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA FORMACIÓN DEL SUELO Y EN LA CREACIÓN DE
SU FERTILIDAD
CAPÍTULO
II. CANALES DE COMERCIALIZACIÓN DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS.
I.-
INTRODUCIÓN
La
agricultura ecológica comienza en Europa al finalizar la Segunda Guerra
Mundial, y va extendiéndose a diferente ritmo por los distintos países, de
modo que no llega a España hasta los años setenta (FAO, 1990).
A
partir de este momento se experimenta un incremento de las superficies
cultivadas, así como del número de asociaciones de productores y
consumidores, al mismo tiempo que aparece una legislación que protege y
reconoce el interés de estas prácticas. Pero estos pasos no se corresponden
con los dados en la experimentación, investigación y formación agraria en
nuestro país, lo que ocasiona una gran falta de información en los procesos
de producción, industralización y comercialización en esta alternativa
agraria.
En
Andalucía se ha experimentado un significativo incremento de la superficie
dedicada a la Agricultura Ecológica en los últimos años, de forma que en
1995 era de 6.450 Ha y cuatro años después, en 1999 ha alcanzado las 47.470
Ha. Este aumento también ha sido provocado por un incremento en el número de
productores, que en 1995 era sólo de 277, llegando actualmente a cifras de
1.767 (Junta de Andalucía, 1999).
II.-
MERCADO EXTERIOR
La
producción de la agricultura ecológica en España generalmente está
centrada hacia el mercado exterior, especialmente en lo que respecta a
nuestra comunidad (Orbe, Martínez, Rodríguez y Díaz, 1994), que es a
la que me voy a referir.
Aproximadamente
el 94 % de la producción agrícola ecológica andaluza está destinada al
mercado exterior (Junta de Andalucía,
1999), en el que la comunidad se ha visto sometida a grandes presiones,
derivadas de la lucha con otros países muy competitivos (sobre todo
Alemania), por ocupar cuotas de mercado cada vez mayores, soportando
innumerables descalificaciones, que han mermado considerablemente la exportación,
por ejemplo, de hortalizas y frutas. Por otro lado las exportaciones de aceite
y vino han crecido considerablemente, ya que son productos de larga tradición
en nuestro país.
III.-
MERCADO INTERIOR
Muchos
de los problemas de la comercialización están relacionados con la estructura
productiva del sector, el cual se haya atomizado, con costes elevados, escasa
gama de productos y una mala organización. Esto da lugar a una difusión
localista del producto, que sería necesario superar implicando a estructuras
de mayor calibre, que centralizasen la oferta, para desarrollar una
comercialización a mayor escala y para poder regular el aprovisionamiento de
distribuidores y comercializadores.
Por
tanto la venta en fincas, mercados locales, etc., deberá evolucionar hacia la
gran distribución y con ello admitir los compromisos que ésta implica, como:
precios negociados, continuidad de aprovisionamiento, regulación de la
calidad, etc.
Las
descalificaciones que se dan en este sector, los precios y la presentación de
los productos frenan la acción de los comercializadores, que no están
dispuestos a arriesgarse ante este tipo de espectativas.
IV.-
PUNTOS DE VENTA DE LOS PRODUCTOS ECOLÓGICOS
En
España, de acuerdo con el informe Doxa (1991), y con las excepciones de
Madrid y Barcelona, la venta de estos productos se desarrolla en tipos de
establecimientos similares. Las dos ciudades citadas presentan la
particularidad de poseer un comercio de productos de agricultura ecológica más
completo y con mayor tradición que el resto del país. Los establecimientos
citados son: tiendas especializadas en alimentación alternativa, grandes
superficies, fincas, ferias, mercados de abastos, asociaciones y cooperativas
de consumidores.
1.-
TIENDAS ESPECIALIZADAS
Se
encuentran dispersas en numerosas ciudades del país y son aquellas en las
que, a pesar de su alto conocimiento de los productos que venden y de su
especialización, los productos de dietética, herbolario, etc. se encuentran
sin diferenciar de los que tienen su origen en la agricultura ecológica, y
que por tanto provocan la confusión del consumidor. Además el nivel de
demanda no suele ser suficiente como para sostener la viabilidad económica de
este tipo de distribución.
2.-
GRANDES SUPERFICIES
Están
condicionadas por la debilidad de oferta y la casi inexistente demanda, y por
tanto no les resulta rentable la venta de estos productos. Pero con ánimos de
mejorar su imagen, y para poder soportar la presión del mercado que exige
cada día en mayor medida el respeto por el medio ambiente, exponen
algunos productos, aunque sin realizar las acciones de marketing que les
corresponden.
3.-
FERIAS, MERCADILLOS Y FINCAS
Este
tipo de mercado resulta una solución localista, mediante la que gran número
de pequeños productores pueden vender sus productos. Esta forma de venta
contribuye en poca medida a desarrollar los mercados, aunque resulta eficaz
para que productores menores que no pueden acceder a otros canales
comerciales, den salida a su producción.
4.-
ASOCIACIONES Y COOPERATIVAS DE CONSUMIDORES
Son
numerosas las que existen en Andalucía, y en ellas se vende parte importante
de las producciones de cada provincia.
Junto
a la compra en la propia finca son la única forma de acceder en nuestra
Comunidad a una oferta variada de productos agroecológicos a unos precios
razonables.
A
pesar de que su situación actual es precaria, son los únicos que inciden en
el aumento de la demanda y son los que llevan el mensaje de la agricultura
ecológica al tipo de consumidor llamado emergente (Doxa, 1991) en el
que va a estar el futuro del mercado en los próximos años.
V.-
EL CONSUMO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS Y MEDIDAS PARA EL DESARROLLO DEL MERCADO
1.-
DINAMIZACIÓN DEL CONSUMO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS
El
consumo de estos productos comienza a tomar importancia en Europa en la década
de los setenta, como consecuencia de la creación de las primeras asociaciones
agrobiológicas y debido al interés que países como Alemania y Francia
demuestran por esta práctica (Orbe, Martínez, Rodríguez y Díaz, 1994).
Durante
la década de los ochenta se produce un aumento de la demanda a causa de la
creciente preocupación por la preservación del Medio Ambiente, con lo cual
algunos países meridionales (entre ellos España) se sumaron a estas
tendencias. Consecuentemente, al final de esta década la la CE adoptó nuevas
políticas para equilibrar la oferta con la cada vez mayor demanda,
promocionando la calidad de las producciones agrarias en contraposición con
la cantidad, al considerar que esa promoción podía resultar interesante para
el desarrollo rural de zonas desfavorecidas, dentro del marco de los Programas
de Desarrollo Rural europeo.
En
estos momentos ya existía en España un respaldo normativo para el control de
los métodos de producción de la agricultura ecológica, Denominaciones Genéricas,
Protección de los Consumidores, etc., ya que anteriormente estas tareas habían
sido asumidas por algunas de las asociaciones pioneras en la materia. Con la
creación del Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica se establecieron
las normas técnicas, se creó un registro de empresas e industrias y se
controló, certificó y promocionó, el producto de origen ecológico.
Actualmente
el Comité Territorial de la Agricultura Ecológica es el que ejerce la
protección el consumidor andaluz y tendrá que luchar para que tanto los
operadores del sector como los consumidores, refuercen su confianza en este
organismo.
Para
poder cumplir nuestro objetivo (el de dinamizar el consumo), habría que
dinamizar en principio el perfil del consumidor medio de los productos en
cuestión, que coincide, según los estudios realizados por la CEPA (Sevilla,
1992/93), con el de los conocedores de la agricultura ecológica con formación
universitaria, de rentas superiores a 3.500.000 pesetas, con pocos o ningún
hijo, y de ocupación empresario, profesional liberal, empleado administrativo
y técnico. El colectivo citado supone un 12 % de la población total en
Andalucía y constituye aproximadamente el 70 % de los consumidores que
conocen la agricultura ecológica.
Según
estudios realizados a nivel nacional y europeo, este comportamiento presenta
ciertas similitudes con el del resto del país y no menos con los consumidores
de algunos países europeos; una gran parte de los consumidores y conocedores
del sector tiene un conocimiento impreciso del significado e identificación
del producto ecológico, lo que puede hacer infructuoso el esfuerzo por
divulgar la agricultura ecológica que se está haciendo (Oude Ophuis, 1991).
De
todo esto se deduce que es fundamental informar al consumidor de todas las
ventajas que ofrecen los productos ecológicos con respecto a los
convencionales, tales como: los beneficios que reportan para la salud, la
calidad comprobada de los mismos y la protección del medio ambiente. Pero
este consumidor se encuentra con una serie de inconvenientes limitadores:
precio más elevado, aspecto menos atractivo y la dificultad de una oferta
variada y regular a través de los circuitos normales, fundamentalmente. Además
existe una cierta desconfianza acerca de su procedencia.
Por
consiguiente las acciones para dinamizar el consumo en líneas generales serán:
-
Conseguir una oferta diferenciada de productos.
-
Agilizar la distribución para asegurar la regularidad en el
aprovisionamiento.
-
Crear una política de precios racional consensuada por todos los operadores
del sector.
-
Dirigir la venta a tiendas especializadas, grandes superficies y grandes
cadenas de supermercados, debiendo estar las primeras bien gestionadas,
ubicadas y organizadas. Dentro del segundo grupo los productos ecológicos
se diferenciarán perfectamente de los que no lo son, sin que esto suponga
un aumento desorbitado de los precios.
Pero
también habrá que contar con la llegada de nuevas tendencias de la
agricultura (como la agricultura integrada), que contribuirán, además de a
una mayor confusión, a crear competidores fuertes.
2.-
ALGUNAS MEDIDAS PARA EL DESARROLLO DEL MERCADO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS
A
menudo nos encontramos con una situación similar entre la oferta y la demanda
en este sector del mercado: aquella es débil, pero esta lo es aún más, y
mientras la segunda no aumente lo suficiente para consolidar la viabilidad
comercial, la primera no podrá ser regular y diversificada. Esto será
posible si consideramos que el consumidor ecológico, dado su conocimiento de
las dificultades por las que atraviesa la producción ecológica, asumirá
estos problemas y se adaptará a la oferta existente.
Por
tanto algunas medidas eficaces para el desarrollo del mercado de productos
ecológicos serían (Petit, Hatrival y Lacaberate, 1991):
-
Dinamizar
la demanda instando a productores, comercializadores y distribuidores a
realizar una gestión más profesional y comunicativa, mejorar sus estructuras
y llevar a cabo una campaña de imagen, tanto para la sensibilización, como
para la difusión de las propiedades del producto ecológico.
-
Realizar campañas en los medios de comunicación de forma continuada y sin
exaltaciones, para que esta tendencia de la agricultura sea asimilada
progresivamente.
-
Introducir la agricultura ecológica en la disciplina medio ambiental de la
educación infantil como una alternativa acorde con la materia.
-
Incluso llevar a cabo una campaña dirigida a los llamados a influir en la
alimentación de la población.
Todas
estas medidas sólo cumplirán su función si todas las partes muestran su
plena confianza en las prácticas de esta agricultura y en la normativa a la
que deben someterse, ya que en caso de incumplimiento, la sanción de quién
defrauda será de suma importancia para la campaña de difusión.
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