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   AGRICULTURA ECOLÓGICA   (Parte I del Capítulo III)

Autora: María del Pilar Romera Pérez - Ingeniera Técnica Agrícola  e Ingeniera Agrónoma

Colaborador: Luis Guerrero - Ingeniero Técnico Agrícola

CAPÍTULO I.- LA AGRICULTURA ECOLÓGICA COMO SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS PLANTEADOS POR LA AGRICULTURA CONVENCIONAL

        I.- TÉCNICAS ACTUALES DE LA AGRICULTURA Y PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE SU EJECUCIÓN

        II.- SISTEMAS ALTERNATIVOS DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN SINTONÍA CON EL AMBIENTE

    

CAPÍTULO II.- CANALES DE COMERCIALIZACIÓN DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS

        I.- INTRODUCCIÓN

        II.- MERCADO EXTERIOR

        III.- MERCADO INTERIOR

        IV.- PUNTOS DE VENTA DE LOS PRODUCTOS ECOLÓGICOS

        V.- EL CONSUMO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS Y MEDIDAS PARA EL DESARROLLO DEL MERCADO

    

CAPÍTULO III.- IMPORTANCIA DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA AGRICULTURA ECOLÓGICA

        I.- DESARROLLO HISTÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN DEL HUMUS DEL SUELO

        II.- NATURALEZA DE LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO

        III.- PAPEL DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA FORMACIÓN DEL SUELO Y EN LA CREACIÓN DE SU FERTILIDAD

 

CAPÍTULO III.- IMPORTANCIA DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA AGRICULTURA ECOLÓGICA

 

    I.- DESARROLLO HISTÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN DEL HUMUS EN EL SUELO

  

Las investigaciones acerca del humus comienzan realmente en la segunda mitad del siglo XVIII, y ya en 1761 aparece un libro de Walerius como el primer manual de química agronómica.

 

Otros científicos de la época iniciadores en esta investigación fueron: Lomonosov (1763), Achard (1786), Vauquelin (1797-98), etc. Komov describe en su "Tratado sobre agricultura" (1789) el papel del humus en la nutrición de la planta y la creación de un régimen hidro-físico favorable a ésta en el ambiente suelo.

 

El principio de las investigaciones sistemáticas de la naturaleza química de las sustancias húmicas se inicia en la primera mitad del siglo XIX.

 

Sprengel (1826, 1837), realiza las primeras descripciones detalladas y el análisis de ácido húmico. Así, al ácido húmico poco soluble en álcali lo llama "carbón húmico".

 

Berzelius, (1839) descubrió los ácidos crénico y apocrénico.

 

Mulder (1861-62), sistematizó las materias húmicas según el color y su solubilidad en agua y soluciones alcalinas.

 

A finales del siglo XIX se analiza la posibilidad de la asimilación directa por el vegetal de las sustancias húmicas y la participación de éstas en la nutrición de las plantas. Thaer (1809) tomó esta idea y Grando (1872-73) también la compartía pero con una interpretación distinta.

 

En esta época se consideraba que las materias húmicas eran completamente individuales, tal y como reveló Guerman ya en aquellos años cuando extrajo los ácidos húmicos de distintos suelos y turbas. Pero a pesar del descubrimiento del fenómeno de polimorfismo, este científico preferió nombrarlos independientemente, con lo cual contribuyó, junto con la falta de nociones correctas sobre los agentes del proceso de formación de las sustancias húmicas y sobre el mecanismo de dicho proceso, a la confusión en la terminología.

 

Los descubrimientos de Pasteur fueron muy importantes para el desarrollo de la microbiología. De este modo, ya en el último cuarto del siglo pasado, se estableció que la formación del humus representa un ciclo biológico que se debe a la actividad de los seres vivos, tanto microorganismos como representantes del mundo animal. Los trabajos de Schloesing (1876, 1902), Kostichev (1886, 1889, 1890), Wollny (1886, 1897), Deherain (1884, 1888, 1896, 1902), etc., esclarecen la influencia que sobre estos procesos bioquímicos ejercen los parámetros de temperatura, humedad, aireación, etc.

 

En aquel periodo Dokuchaev y Kostichev asientan las bases de la Edafología y de la Agronomía y sus trabajos hasta hoy día conservan su importancia para la investigación del proceso de humificación de los restos vegetales.

 

Es en el siglo XX cuando verdaderamente se ponen de manifiesto las divergencias de principios en los puntos de vista sobre la nauraleza del humus del suelo.

 

Algunos investigadores consideraban las materias húmicas como un grupo de compuestos naturales peculiares, cuya formación es debida a complejos procesos de transformación de restos orgánicos. Otros las tomaban por productos artificiales que se originaban al tratar el suelo con soluciones alcalinas, las cuales se emplean para la extracción de dichas materias.

 

El humus se consideraba sólo como una mezcla de compuestos orgánicos de naturaleza individual  que son productos de descomposición de restos de origen animal y vegetal.

 

Los investigadores americanos Schreiner y Shorey (1908-1911) contribuyeron al desarrollo de este último punto de vista y extrajeron del suelo y del conjunto de materias húmicas una serie de compuestos orgánicos de naturaleza individual, pertenecientes a distintos grupos conocidos en la química orgánica (hidrocarburos, grasas, ácidos orgánicos, hidratos de carbono, compuestos orgánicos fosforados y nitrogenados y otros).

 

Por otro lado el científico sueco S. Oden (1919, 1922) sistematizó las materias húmicas propiamente dichas en cuatro grupos: carbón húmico, ácido húmico, ácido himatomelánico y fulvoácidos; a estos últimos los consideraba análogos a los ácidos crénico y apocrénico de Berzelius. Pero esta sistematización se hizo empleando los síntomas antiguos (diferencias en el color y relación a los disolventes agua, alcohol y álcali), que evidentemente eran insuficientes.

 

Posteriormente, Shmuk (1914-1930) considera los ácidos húmicos como parte más característica del humus y que éstos no eran compuestos de naturaleza individual, sino un grupo de sustancias con características comunes de estructura, lo cual se aproxima bastante a los conceptos actuales. También formuló el concepto de los ácidos húmicos como suspensiones altamente disperas, que están como en el límite entre los coloides y cristaloides, pero que al mismo tiempo poseen una serie de síntomas típicos propios de las sustancias en estado coloidal: capacidad de precipitarse por los electrolitos, propiedades de adsorcion, tendencia a hincharse, etc. Sus estudios sobre las formas del nitrógeno de los ácidos húmicos son destacables y cabe mencionar que este científico determinó los principales aminoácidos característicos de las sustancias proteicas. Shmuk consideraba que el nitrógeno del suelo es de origen secundario, ya que su fuente es el plasma de los microorganismos. Así, encontramos en la obra de Shmuk el desarrollo de la idea de Kostichev sobre la participación de elementos del plasma microbiano en la formación de las sustancias húmicas.

 

Kravkov (1906, 19088, 1911) estableció el gran papel de los compuestos orgánicos solubles en agua de los restos vegetales en los procesos de formación del suelo, en particular en los fenómenos de lixiviación de elementos minerales de los suelos y en la formación de sustancias húmicas. Esta idea fue desarrollada por Kravkov y otros en años posteriores (Kravkov, 1938).

 

Un discípulo de Kravkov, Trusov (1914,1916), llegó a la conclusión de que como fuente de humus pueden servir distintas sustancias vegetales y los compuestos  que se utilizan con facilidad por los microorganismos (celulosa, hemicelulosas, mono y disacáridos, ácidos orgánicos, y otros) son fuentes indirectas que participan en la formación de sustancias húmicas, atravesando el estadio de formación previa a plasma de microorganismos.

 

Otras sustancias vegetales más resistentes a la acción de los microorganismos (predominantemente de estructura aromática: lignina, taninos, aminoácidos de naturaleza aromática), son fuente directa de las materias húmicas. Trusov representa su transformación en sustancias húmicas, formulando la tesiss sobre los procesos de dirección opuesta, de descomposición-síntesis, que son la base de la formación del humus en conjunto. Estas ideas están ahora demostradas experimentalmente y sirven de fundamento de los conceptos actuales de la bioquímica del proceso de formación del humus.

 

Los trabajos de Williams sobre el humus del suelo (1897, 1902, 1914, 1939), hacían pensar que el cultivo de las hierbas vivaces era uno de los procedimientos principales para elevar la fertilidad del suelo, basando la utilidad de dicho procedimiento preferentemente en la formación de una estructura resistente al agua, que garantiza la creación de condiciones de régimen nutricional e hidro-aéreo óptimas para la planta.

 

Waksman en sus investigaciones (1926, 1927, 1929, 1930, 1931, 1932, 1933) llegó a la conclusión de que las sustancias de fácil descomposición (celulosa, hidratos de carbono simples y otros) juegan un papel insignificante en la formación del humus; la fuente principal de las sustancias húmicas son, en primer lugar,lignina de los tejidos vegetales y, en segundo, las proteinas resintetizadas en forma de plasma microbiano.

 

Sin embargo, ya en los años treinta, algunos científicos, Sringer (1934, 1935), Tyurin (1937), y otros, se manifestaron a través de la prensa indicando que no tenía fundamento la negación de Waksman de la presencia en el suelo de sustancias húmicas propiamente dichas, de cuyo contenido, composición y naturaleza  depende la particularidad de la fracción orgánica de los diferentes suelos.

 

En la antigua Unión Soviética, Tyurin realizó los esquemas de análisis de la composición del humus que incluían la determinación de sustancias específicas de suelos: ácidos húmicos, fulvoácidos y huminas. La aplicación de estos esquemas permitió revelar las diferencias características en la composición del humus de los principales tipos y subtipos de suelos.

 

No se confirmó la idea sobre la lignina como fuente principal de los ácidos húmicos; en muchos trabajos fue establecida la posibilidad de su formación por descomposición de distintas sustancias vegetales, igual que a cuenta de los productos de la actividad vital y metabolismo de los microorganismos (Soroquina y Tiani-Riadno, 1933; Mishustin, 1938;Guelster, 1940; Ripel, 1935).

 

En los años anteriores a la guerra, la concepción de Waksman sobre la composición del humus del suelo y el mecanismo de formación de las materias húmicas había perdido en gran medida la importancia.

 

Después de la Segunda Guerra Mundial aparecen un gran número de obras sobre el estudio de las materias húmicas. La aplicación de nuevos métodos (químicos, análisis roetgenoestructural, microscopía electrónica, distintos tipos de cromatografía y espectroscopía) aumentan las posibilidades del estudio profundo de la naturaleza y estructura de estas materias.

 

La existencia de las sustancias húmicas como compuestos naturales se demuestra gracias a la posibilidad de extraer las sustancias húmicas de restos vegetales humificados en forma de soluciones acuosas y de suelos, mediante procedimientos suaves.

 

Así, se descubre la compleja estructura de las materias húmicas, en la que entran a formar parte moléculas constituidas por diversas unidades estructurales, entre las que destacan los compuestos aromáticos de caracter fenólico y compuestos nitrogenados, tanto cíclicos como alifáticos. Pero a pesar de esta diversidad, los distintos representantes de las sustancias húmicas conservan principios semejantes de estructura.

 

En los distintos suelos, las reservas de humus, la composición de las materias húmicas, y su naturaleza, son considerablemente distintas.

 

Mediante estudios comparativos se estableció que el proceso de formación del humus está determinado por el complejo de condiciones del medio suelo, y se concretó el papel de las sustancias húmicas en relación con cada uno de los suelos.

 

Continuando con el estudio de las materias húmicas de naturaleza individual, se vislumbró su participación en la nutrición vegetal, así como en la erosión de minerales y rocas, en la formación del podsol, y otros procesos.

 

También atrajeron la atención cuestiones relacionadas con el origen de las sustancias húmicas y el mecanismo de su formación llegando a la conclusión de que la formación de estas sutancias se debe a transformaciones complejas de los restos orgánicos inciales de origen animal y vegetal,y que tanto las sustancias vegetales aprovechadas en mayor o menor grado por los microorganismos, pueden ser fuentes originarias de unidades estructurales, de las cuales se forman las moléculas de las sustancias húmicas. Además como unidades estructurales pueden servir no sólo los productos de descomposición de los restos orgánicos, sino también los productos del metabolismo y resíntesis de los microorganismos. El papel más importante en la condensación de las unidades estructurales pertenece a los fermentos oxidantes de origen microbiano. 

 

En los últimos años se desarrolla intensamente el apartado referente a la participación de las sustancias orgánicas del suelo en los procesos fisiológicos y bioquímicos de la planta. Se ha establecido la posibilidad de ingreso de sustancias húmicas y de algunos compuestos orgánicos de naturaleza individual en la planta, donde se incorporan a los procesos de respiración y metabolismo, elevando el "tonus vital" del organismo vegetal. Esto último contribuye a intensificar el consumo de elementos nutritivos del suelo de los fertlizantes aportados y, en definitiva, asegura un mejor desarrollo de la planta. De este modo, creando con ayuda de la materia orgánica un fondo biológicamente activo, el hombre tiene la posibilidad de intervenir en el metabolismo de la planta, teniendo como fin la elevación de la productividad. 



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