AGRICULTURA ECOLÓGICA
(Apartados del 2.1. al 2.5.)
Autora:
María del Pilar Romera Pérez - Ingeniera Técnica Agrícola e Ingeniera
Agrónoma
Colaborador:
Luis Guerrero - Ingeniero Técnico Agrícola
CAPÍTULO
I.- LA AGRICULTURA ECOLÓGICA COMO
SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS PLANTEADOS POR LA AGRICULTURA CONVENCIONAL
I.-
TÉCNICAS ACTUALES DE LA AGRICULTURA Y PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE SU EJECUCIÓN
1.- LA AGRICULTURA INDUSTRIAL
2.-
CONSECUENCIAS DE LAS TÉCNICAS ACTUALES
2.1.- Alto coste energético
2.2.- Pérdida
de fertilidad de los suelos
2.3.- Problemática del
monocultivo
2.4.-
Contaminación de los recursos naturales y del medio ambiente
2.5.- Pérdida
de la calidad natural de los alimentos
2.6.-
Repercusión del desarrollo de la agricultura industrial
II.-
SISTEMAS ALTERNATIVOS DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN SINTONÍA CON EL AMBIENTE
CAPÍTULO
II.- CANALES DE COMERCIALIZACIÓN DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS
I.- INTRODUCCIÓN
II.- MERCADO EXTERIOR
III.- MERCADO INTERIOR
IV.- PUNTOS DE
VENTA DE LOS PRODUCTOS ECOLÓGICOS
V.-
EL CONSUMO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS Y MEDIDAS PARA EL DESARROLLO DEL MERCADO
CAPÍTULO
III.- IMPORTANCIA DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA AGRICULTURA ECOLÓGICA
I.-
DESARROLLO HISTÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN DEL HUMUS DEL SUELO
II.- NATURALEZA
DE LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO
III.-
PAPEL DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA FORMACIÓN DEL SUELO Y EN LA CREACIÓN DE
SU FERTILIDAD
CAPÍTULO I.- LA
AGRICULTURA ECOLÓGICA COMO SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS PLANTEADOS POR
LA AGRICULTURA CONVENCIONAL
I.-TÉCNICAS
ACTUALES DE LA AGRICULTURA Y PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE SU
EJECUCIÓN
2.1.-
Alto coste energético
Se
produce debido a la progresiva disminución de la relación energía
obtenida/energía utilizada en su producción, lo cual resulta
preocupante si consideramos por un lado que se trata de energía fósil, y
por consiguiente agotable en un plazo determinado de décadas, y por otro,
que los fertilizantes, fundamentalmente los nitrogenados, son productos de
elevado consumo energético. De este modo, el nitrógeno consume de 15 a
20 termias.kg-1, el fósforo de 3 a 15 termias.kg-1
y el potasio de 1 a 2 termias.kg-1, y además estos
fertilizantes constituyen del 20% al 50% de los consumos agrícolas de
fuera del sector y responden al 24% del consumo energético total de la
explotación.
Tabla
2:
Tasa de crecimiento de la productividad agraria (tasa compuesta anual en
porcentaje).
|
|
|
|
REGIONES
MUNDIALES
O
PAÍSES
|
PRODUCTIVIDAD
1950-1980
|
PRODUCTIVIDAD
1972-1980
|
DESARROLLADOS
|
|
|
Estados
Unidos
|
2,1
|
1,5
|
Europa
occidental
|
2,3
|
1,9
|
Japón
|
2,0
|
2,5
|
SUBDESARROLLADOS
|
|
|
América
latina
|
1,3
|
1,4
|
África
del norte
|
2,3
|
2,4
|
Sudeste
asiático
|
2,1
|
1,4
|
|
|
|
TOTAL
MUNDIAL
|
2,2
|
1,8
|
Fuente: García Dory. Formación de asesores en agricultura ecológica,
(1985).
2.2.-
Pérdida de fertilidad y erosión de los suelos
Están
causadas por la excesiva explotación a que están siendo sometidos: la
utilización de alarmantes dosis de abonos químicos, que ha hecho olvidar
el papel fundamental de las aportaciones orgánicas; ha dado lugar a un
empobrecimiento de las tierras en humus que afecta a su fertilidad,
mullimiento, vida microbiana, estabilidad estructural etc.
La
erosión del suelo es un proceso originado por los agentes naturales -
vientos, lluvias, aguas, nieves, etc.- que actuando sobre aquél atacan y
perjudican su integridad, le arrebatan sus elementos constitutivos que
transportan a otros lugares... La erosión inducida es la fomentada por las
actividades del hombre interfiriendo en el equilibrio normal entre la
formación del suelo y su traslado
(Abreu, 1975).
Así,
prácticas habituales como la quema de rastrojos han producido y producen
impactos duraderos e irreversibles, como la destrucción de la materia orgánica
y la microestructura del suelo, y la erosión y la pérdida de fertilidad en
la mayor parte de los suelos del área mediterranea; son 6.400 millones de
toneladas de suelo fértil las que desaparecen cada año en Europa a causa
de la erosión (Toharia, 1988).
Esta
asoladora erosión se extiende por el levante español y de forma particular
en Andalucía oriental, sobre todo en las provincias de Almería, Granada y
Jaén, zonas señaladas de "mayor riesgo" en el mapa mundial
elaborado con ocasión de la celebración de la conferencia de Nairobi sobre
desertificación de 1977.
En
síntesis, la agricultura se convierte en una actividad favorecedora de la
erosión de los suelos desde el momento que elimina o reduce la protección
vegetal de los mismos y permite que éstos se mantengan desnudos por largos
periodos de tiempo, en ocasiones coincidiendo con la máxima virulencia de
los agentes erosivos. Y por otra parte, el material erosionado
contiene una particular riqueza frente al que queda. Contiene aquél
21 veces más materia orgánica, 2,7 veces más nitrogeno, 3,5 veces más fósforo
asimilable y 19,3 veces más potasio intercambiable. La significación económica
de estos datos no necesita de mayor comentario ( Agricultura y erosión
en la cuenca del Guadalquivir, por Manuel Clavero Salvador y Juán Mena
Cabezas. Jornadas de agricultura ecológica, 1985).
En
este apartado juega un papel muy importante la denominada agricultura
marginal, que es aquella que se desenvuelve tanto sobre terrenos que no
reunen las condiciones necesarias para el aprovechamiento agrícola como en
aquéllos donde no se da la necesaria adecuación entre aptitud de los
suelos y cultivos y técnicas agronómicas y de conservación. Por tanto
cabría citar los estudios realizados en las provincias de Jaén, Córdoba y
Sevilla para la elaboración de los Planes Especiales y las Directrices
Territoriales para la protección del Medio Físico (programa
desarrollado por la Consejeria de Política Territorial y Energía de la
Junta de Andalucía. Los estudios técnicos para estas provincias han sido
realizados por VERDE. Estudios Territoriales Urbanos y Ambientales, S.A.).
2.3.-
Problemática del monocultivo
Grandes
superficies dedicadas a un solo cultivo debilitan a éste favoreciendo la
aparición de plagas y resistencias, y por tanto el abuso de productos
fitosanitarios. La explicación de este hecho reside (Juan Fernández.
Recursos genéticos. Jornadas de agricultura ecológica, 1985) en la
introducción a gran escala de las llamadas "Variedades de alto
rendimiento" (HYV = High Yield Varieties), que son realmente
"Variedades de alta respuesta" para fertilizantes y las técnicas
de cultivo extensivas (tratamientos fitosanitarios, mecanización, etc.). Así
pues, se presenta una gran homogeneidad varietal con muchos cultivos, sobre
todo en los que se emplea semilla híbrida (F1). Un ejemplo ilustratrivo del
problema podría ser el de la variedad de trigo "Siete carros",
que fue introducida hace unos años y destruida en poco tiempo por las
enfermedades criptogámicas.
El
uso de estas variedades, obtenidas en los centros de investigación de los
países más avanzados, conduce a otras situaciones problemáticas, como
son:
- La alta dependencia económica de los países sin investigación
propia respecto de los más desarrollados.
- La constante pérdida de ecotipos y poblaciones locales de muchas
especies de cultivo (sobre todo de hortícolas), que genera la desaparición
de futuras fuentes de resistencia a plagas, enfermedades y condiciones
adversas.
- Y por último se da lugar a una importante pérdida de las
cualidades nutritivas y organolépticas por la introducción de variedades
muy aptas para el procesado industrial o el transporte, con gran resistencia
mecánica y uniformidad, etc.
Pero
la problemática del monocultivo no acaba aquí, sino que se extiende con el
exceso de mecanización, que debido a sus características repercute en la
conservación del suelo y el medio así como en la dependencia económica
antes citada.
2.4.-
Contaminación de los recursos naturales y del medio ambiente
Debido
al empleo indiscriminado de fertilizantes y todo tipo de productos químicos
se presentan los siguientes problemas en las aguas tanto superficiales como
subterraneas:
- Acumulación de nitritos y fosfatos, que se traduce en una pérdida
de la potabilidad.
- Eutrofización de las aguas continentales y mares costeros, al
aumentar hasta niveles nocivos los productos orgánicos e inorgánicos
derivados de aguas residuales y fertilizantes agrícolas, originando graves
cambios en las características del medio y desoxigenación de las aguas
profundas.
- Salinización de los acuíferos por sobreexplotación de las aguas
subterráneas.
Toda
esta problemática se extiende a los suelos de uso agrícola, ya que si las
aguas están contaminadas, y las empleamos para el riego, terminaremos por
contaminar también el suelo de cultivo.
El
fenómeno de la contaminación atmosférica no se puede separar de los
anteriormente mencionados, así como de los efectos de los residuos
contaminantes sobre seres animados o inanimados e incluso sobre las
propiedades de la atmósfera misma (reducción de la visibilidad, absorción
o difusión de la radiación solar y terrestre, alteración del balance de
calor del sistema tierra-atmósfera con las posibles influencias sobre el
tiempo y el clima locales, etc.).
En
realidad, para hablar acerca de la contaminación atmosférica debería
haber comenzado por definirla. Así, según Puigcerver (1979), diríamos que
se trata de la impurificación de la atmosfera por inyección y
permanencia temporal en ella de materias -gaseosas, líquidas o sólidas-
ajenas a su composición normal o en proporción claramente superior a la de
aquélla. Para el autor estas sustancias no son necesariamente tóxicas,
nocivas o irritantes, ni son siempre antropogénicas, aunque son estas últimas,
y concretamente las relacionadas con la actividad agrícola, las que en este
apartado son cuestionadas. De aquí surge una polémica mostrada en algunas
de las publicaciones (Dávila Zurita, 1992).
Pero
éste es un tema muy complejo que podría constituir por sí solo un extenso
trabajo y requiere un profundo conocimiento en meteorología y otros
aspectos concernientes al comportamiento físico de la atmosfera. Por tanto
me limitaré a citar algunos ejemplos representativos: así tenemos el caso
del sector de los abonos nitrogenados, en el que se liberan como pérdidas
al aire amoniaco, ácido nítrico, particulas de nitrato amoniacal y urea.
La emisión de polvo de urea alcanza los 3 kg.t-1 de urea
producida. Por otro lado, en la fabricación del ácido nítrico se produce
la emisión de un vapor rosado cargado de óxido de nitrógeno. También en
la fabricación de los abonos fosfatados las emisiones de polvo, flúor y la
producción de yeso fosfórico son las causantes de los principales
problemas.
2.5.-
Pérdida de la calidad natural de los alimentos
Entendemos
por calidad toda aquella relacionada con el contenido nutritivo (proteinas,
vitaminas, oligoelementos, etc.), con sus características organolepticas
(aromas, olores y sabores) y con la simultánea ausencia de productos tóxicos
o contaminantes (pesticidas, drogas, etc.). Es decir, no solamente los
aspectos puramente externos del producto, aunque estos también puedan tener
su importancia (Agricultura ecológica, conceptos, valores y situación
actual en España por Miguel Angel García Dory. Formación de asesores en
agricultura ecológica, 1985).
Los
abonados desequilibrados y la forma en que éstos se suministran al suelo,
como sales solubles y no bajo forma orgánica, modifican profundamente la
bioquímica de la planta. Por tanto, los abonos químicos alteran la
composición de los alimentos. Según Cerisola (1989), el uso de abonos
nitrogenados puede causar algunos efectos negativos:
- Disminución del contenido de ácidos esenciales en las proteínas,
con un incremento de la proteína bruta debido al aumento del nitrógeno no
proteico y de aminoácidos no esenciales. En este sentido, debe recordarse
que el exceso de nitrato en el suelo da lugar a la formación de nitritos en
las plantas, que posteriormente se transforman en nitrosaminas, es decir, en
agentes cancerígenos.
- Aumento del contenido de nitratos.
- Disminución del contenido de oligoelementos, por descuidar su
aporte o por los efectos antagónicos del nitrógeno y los microelementos;
vemos que un exceso de nitrógeno provoca carencias de cobre y toda la
"cadena de resonancia" que pertenece al cobre queda perturbada (Roger,
1985).
- Reducción del contenido de materia seca por aumento de la cantidad
de agua en el protoplasma celular.
- Disminución de la capacidad de conservación y la resistencia a
los parásitos.
Con respecto al empleo de abonos potásicos, se obtiene:
- Una reducción del contenido de magnesio, con lo que quedan
perturbados muchos equilibrios (Na/Mg, P/Mg, etc.).
- Una disminución del contenido de oligoelementos, demostrado
experimentalmente a través del boro, manganeso y cobre en la hierba, en la
soja, etc.
Si
hablamos de abonos fosfatados, los efectos son menos evidentes que en los
dos casos anteriores, aunque sí resulta significativa la reducción del
contenido de ácido ascórbico y carotenos, como es el caso de la lechuga
con P2O5 que aparece frecuentemente como ejemplo de la
bibliografia especializada.
Si
quisiéramos solventar las carencias de microelementos bajo forma soluble, se
nos plantea el problema de que las diferencias entre las dosis óptimas y las
tóxicas suelen ser muy pequeñas.
Las
carencias de oligoelementos se van haciendo más frecuentes y los médicos
detectan cada vez más enfermedades debidas a aquéllas. Así, en mayo de
1971, en el primer simposio internacional celebrado en Vittel sobre la
deficiencia magnésica en patología humana, se concluyó que existía una
relación entre la carencia de magnesio y las enfermedades cardiovasculares,
depresiones nerviosas, fatigas y cáncer. El cobre, según Voisin que investigó
la relación entre el nivel de cobre en el suelo y el cáncer, es otro
oligoelemento que desempeña un papel protector contra esta enfermedad (Bellapart,
1988). Este agrónomo francés también enunció en 1965 que los modernos métodos
de fertilización utilizados en Europa determinarían unas producciones
vegetales con minerales en proporciones distintas a las que poseían hace 100
años, lo que fue corroborado en análisis de heno de los prados alpinos
austriacos, y en hortalizas.
También
resulta importante destacar que trece elementos minerales necesarios para el
crecimiento y desarrollo normal de las plantas interactúan entre sí en el
seno del suelo, y la variación importante de uno o más de ellos influirá en
la disponibilidad de los restantes.
En
lo que respecta a la toxicidad a través de los elementos, podemos distinguir
varios casos:
- Productos que inicialmente no son tóxicos pero que posteriormente,
tras sufrir una serie de transformaciones en el organismo, resultan altamente
tóxicos para el hombre. Un ejemplo lo encontramos en la ingestión de
nitratos, localizados sobre todo en hortalizas y embutidos, que como ya citaba
unas lineas atrás se transforman en nitritos que acarrean grandes problemas
de toxicidad, al igual que ocurre con muchos fungicidas (ditiocarbamatos),
herbicidas (propanil y cloropropano), etc.
- También puede ocurrir que aparezca en el producto alguna impureza más
peligrosa que el producto mismo (Bellapart, 1988), como es el caso de la
dioxina que se puede formar espontáneamente por la acción del calor sobre el
producto mismo antes de utilizarlo, o en el producto ya aplicado, por la acción
del sol o del fuego sobre las hierbas ya muertas. Este veneno generalmente está
presente en herbicidas frecuentemente utilizados y resulta ser acumulativo y
fuertemente teratógeno.
- Otra forma de toxicidad se da por sinergismos entre dos o más
productos, como ocurre con el carbaryl, que al combinarse con nitratos da
nitrosocarbaryl (potente cancerígeno) o con el DDT ,
cuyo efecto acumulativo, por ejemplo en el hígado y grasa de personas, ha
sido más evidente en el caso de individuos muertos por cáncer hepático con
metástasis.
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