3.1. VIDRIO.
Este material fue el
primero en utilizarse hasta la aparición de los materiales plásticos. Se
emplea principalmente en zonas de clima extremadamente frío o en cultivos
especializados que requieren una temperatura estable y elevada.
El cristal que se
utiliza como cubierta de invernadero es siempre el vidrio impreso. El vidrio
impreso, está pulido por una parte y por la otra está rugoso. En la colocación
del cristal sobre la cubierta de la instalación, la cara rugosa quedará hacía
el interior y la cara lisa hacia el exterior. Así recibirá por la parte
exterior casi todas las radiaciones luminosas que al pasar a su través se
difundirán en todas las direcciones al salir por la cara rugosa.
El vidrio es el que
presenta una transmisión óptica y térmica más óptima. Es un material no
combustible, resistente a la radiación UV y a la polución manteniendo sus
propiedades iniciales a lo largo de su vida.
El principal
problema del vidrio es su vulnerabilidad a los impactos, especialmente zonas
con altas posibilidades de granizo desaconsejan su uso. Otro inconveniente es
su peso y que se trata de unidades pequeñas necesitando por tanto estructuras
sólidas y estables que soporten su peso y eviten la rotura del material por
desplazamientos de la misma. Esto provoca que los elementos estructurales
produzcan importantes sombras dentro del invernadero. Requiere un
mantenimiento regular de limpieza y sellado.
El cristal tiene la
propiedad de ser casi totalmente opaco a las radiaciones de longitud de onda
larga, es decir, a las que emiten las plantas y el suelo por la noche; esta
cualidad del vidrio es muy interesante, ya que las pérdidas de calor durante
la noche son mucho menores que las que ocurren con los demás materiales
plásticos utilizados como cubierta.
El utilizado para
invernadero tiene un espesor de 2 a 4 mm con una densidad de 2.400
Kg/m3.
3.2. PLÁSTICOS RÍGIDOS.
3.2.1. POLIMETACRILATO DE
METILO (PMM).
Es un material
acrílico, que procede del acetileno mediante formación de acrilato de metilo y
polimerización de éste último. Se conoce comercialmente como vidrio acrílico o
plexiglass. Es un material ligero con una densidad de 1.180 kg/m3.
presenta buena resistencia mecánica y estabilidad.
Existen dos tipos de
polimetacrilato de metilo: incoloro y blanco translúcido; al mismo tiempo se
fabrica en forma de placa celular.
La transparencia de
este plástico está comprendida entre el 85 y el 92%, por lo que deja pasar
casi todos los rayos UV y su poder de difusión es casi nulo. Tiene una gran
opacidad a las radiaciones nocturnas del suelo.
La resistencia a la
rotura es siete veces superior a la del cristal a igualdad de espesores, por
lo que resulta más resistente a los golpes. En horticultura esto significa
reducción de gastos por rotura y menores costes de mantenimiento del
invernadero.
A pesar de su ligereza
el vidrio acrílico puede soportar una sobrecarga de 70 kg por metro cuadrado,
lo cuál es importante para aquellas zonas con riesgo de nevadas; el
coeficiente de conductividad térmica de polimetacrilato de metilo es de 0,16
kilocalorias/metro-hora ºC a 0,64 del vidrio lo que impide el enfriamiento
nocturno del invernadero.
Entre las ventajas que
ofrece el vidrio acrílico están:
- resistencia a los
agentes atmosféricos
- deja pasar los rayos
UV
- gran resistencia al
impacto, por lo que a penas existen roturas
- facilita el
deslizamiento de la nieve
- gran transparencia a
las radiaciones solares
- uso de estructuras
más ligeras que las que precisa el vidrio.
En cuánto a sus
inconvenientes el principal de ellos es su elevado coste, que junto al tipo de
estructura requerida hacen que los invernaderos construidos con este material
sean de costes elevados. El metacrilato es fácil de rallar con cualquier
instrumento, con lo que habrá que considerar este aspecto como factor
negativo.
Su duración es mayor
que la del poliéster.
Se fabrican en placas
de hasta 2 metros de ancho y más de 3 metros de largo. Las placas
extrusionadas tienen 4 mm de espesor y la longitud que se
precise.