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   AGRICULTURA ECOLÓGICA   (Apartados del 4. al 5.2.1.)

Autora: María del Pilar Romera Pérez - Ingeniera Técnica Agrícola  e Ingeniera Agrónoma

Colaborador: Luis Guerrero - Ingeniero Técnico Agrícola

CAPÍTULO I.- LA AGRICULTURA ECOLÓGICA COMO SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS PLANTEADOS POR LA AGRICULTURA CONVENCIONAL

        I.- TÉCNICAS ACTUALES DE LA AGRICULTURA Y PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE SU EJECUCIÓN

        II.- SISTEMAS ALTERNATIVOS DE PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN SINTONÍA CON EL AMBIENTE

    

CAPÍTULO II.- CANALES DE COMERCIALIZACIÓN DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS

        I.- INTRODUCCIÓN

        II.- MERCADO EXTERIOR

        III.- MERCADO INTERIOR

        IV.- PUNTOS DE VENTA DE LOS PRODUCTOS ECOLÓGICOS

        V.- EL CONSUMO DE PRODUCTOS ECOLÓGICOS Y MEDIDAS PARA EL DESARROLLO DEL MERCADO

    

CAPÍTULO III.- IMPORTANCIA DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA AGRICULTURA ECOLÓGICA

        I.- DESARROLLO HISTÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN DEL HUMUS DEL SUELO

        II.- NATURALEZA DE LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO

        III.- PAPEL DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA FORMACIÓN DEL SUELO Y EN LA CREACIÓN DE SU FERTILIDAD

                1.- MATERIA ORGÁNICA Y EROSIÓN DEL SUELO

                2.- PARTICIPACIÓN DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA FORMACIÓN DE L PERFIL DEL SUELO

                3.- MATERIA ORGÁNICA Y ESTRUCTURA DEL SUELO

                4.- MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO COMO FUENTE DE ANHÍDRIDO CARBÓNICO PARA LA PLANTAS

                5.- MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO COMO FUENTE DE ELEMENTOS DE NUTRICIÓN PARA LAS PLANTAS

                        5.1.- Naturaleza química de las formas orgánicas del nitrógeno, fósforo y azufre en el suelo

                        5.2.- Toma de sustancias nutritivas por la planta y reposición de sus reservas en el suelo

                                5.2.1.- Factores que regulan la velocidad de humificación

 

CAPÍTULO III.- IMPORTANCIA DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA AGRICULTURA ECOLÓGICA

 

    III.- PAPEL DE LA MATERIA ORGÁNICA EN LA FORMACIÓN DEL SUELO Y EN LA CREACIÓN DE SU FERTILIDAD

 

        4.- MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO COMO FUENTE DE ANHÍDRIDO CARBÓNICO PARA LAS PLANTAS

 

Las plantas utilizan los elementos nutricionales en condiciones del ciclo biológico y geológico de materias, de manera que, la acumulación de elementos dispersos en la atmósfera, hidrosfera y corteza terrestre por los organismos autótrofos y heterótrofos en formas de materia viva, y la liberación de dichos elementos, representa en sí un ciclo biológico de sustancias que se desarrolla en la trayectoria del ciclo geológico.

 

Después de la muerte, la descomposición de los organismos vegetales y animales no es total hasta los productos finales de mineralización, sino que va acompañada de una nueva formación de sustancias complejas de naturaleza orgánica (turbas, carbones fósiles, sapropeles, petróleo, sustancias húmicas del suelo) que poseen mayor resistencia a la descomposición de los restos orgánicos originales.

 

Esta reserva total de la Tierra contiene grandes cantidades tanto de anhídrido carbónico como de carbono, en formas inorgánicas y orgánicas. Sin embargo, la principal fuente de anhídrido carbónico que se consume por el mundo vegetal en el proceso de fotosíntesis es la atmósfera, donde el CO2 constituye aproximadamente el 0,03 % o cerca de 0,57 mg en 1 litro de aire, y la reserva es de 2.100 billones de toneladas. Considerando que las plantas de la Tierra asimilan anualmente en el proceso de fotosíntesis cerca de 20.000 millones de toneladas de carbono (aproximadamente 80.000 millones de toneladas de CO2), la reserva total de anhídrido carbónico alcanzaría sólo para unas cuantas decenas de años. Pero, es sabido que el contenido de CO2 en el aire se va restableciendo continuamente de otras reservas, entre ellas la hidrosfera, cuya superficie está en comunicación libre con la atmósfera. La cantidad total de anhídrido carbónico en el aire y en las aguas del globo terráqueo, asequible a las plantas terrestres, supera las 1.1014 t, lo que cubre la necesidad de las plantas en anhídrido carbónico en miles de años. Sin embargo existen ciertas observaciones que indican que en los períodos de intenso crecimiento, a las horas de la fotosíntesis, las plantas pueden experimentar falta de este ácido. A estas horas la concentración de CO2 en la capa de aire lindante con la tierra se hace inferior a la normal, y esta circunstancia puede ser un factor que reduzca la energía de la fotosíntesis.

 

Por esto, la cuestión de suministro ininterrumpido de anhídrido carbónico a la planta no se puede excluir en agricultura, sobre todo al solucionar los problemas de elevación brusca de la productividad de los cultivos. El método más importante que asegura la producción de anhídrido carbónico por el suelo es el de reponer las reservas de materias orgánicas frescas y regular los procesos de su descomposición. 

 

        5.- MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO COMO FUENTE DE ELEMENTOS DE NUTRICIÓN PARA LAS PLANTAS

 

5.1.- Naturaleza química de las formas orgánicas del nitrógeno, fósforo y azufre en el suelo

   

La principal parte del nitrógeno en las capas superiores del suelo está representada por formas orgánicas, sin embargo, en los horizontes inferiores una parte considerable se encuentra en forma de NH4, adsorbido por el retículo cristalino de los minerales arcillosos. Stevenson relaciona la presencia de nitrógeno en las capas inferiores con el pasado de la Tierra, y afirma que éste se incorporaba con las precipitaciones atmosféricas y fue fijado por las rocas aun antes de que se transformaran en suelo.

 

Una parte considerable del nitrógeno se puede hacer pasar a la solución, mediante hidrólisis del suelo, que se efectúa con la ayuda de HCl 6N. Cerca de 1/3 del nitrógeno del suelo no pasa al hidrolizado ácido; esta parte está representada por formas heterocíclicas o bien por compuestos de nitrógeno firmemente unidos con la parte mineral del suelo. Éste, llamado nitrógeno de las huminas, es la parte menos móvil de fondo nitrogenado del suelo.

 

La naturaleza de los compuestos organofosforados no está del todo clara. La forma más difundida de P2O5 es la finita, que representa el producto de interacción del ácido fosfórico con el inositol (alcohol cíclico hexatómico) y sales de calcio y magnesio. La finita constituye el 30-38 % de toda la reserva de fósforo orgánico en el suelo. El segundo grupo son los ácidos nucleicos, cuya cantidad total es aproximadamente el 10 % de la reserva de P2O5 en formas orgánicas. Entre los ácidos nucleicos han sido identificados el desoxirribonucleico (DNA) y el ribonucleico (RNA), evidentemente de origen microbiano. Algunas formas orgánicas del fósforo, especialmente la fitina, pueden asimilarse por las plantas directamente, o después de ser desintegradas por los fermentos, que contienen las  secreciones radiculares de la planta.

 

Se sabe muy poco referente a las formas orgánicas del azufre en los suelos, aunque sí es seguro que la principal fuente de estas formas son los restos de animales y plantas, así como el plasma de los  microorganismos, en los cuales el azufre forma parte de los distintos compuestos , entre ellos las proteínas y los aminoácidos. Por su participación en la formación de las sustancias húmicas, puede explicarse la presencia en éstas de aminoácidos que contienen azufre, metionina y cistina.

 

Las considerables reservas potenciales de nitrógeno y fósforo en el suelo se mineralizan gradualmente, pasando a ser formas asequibles a las plantas. Pero la agricultura no puede seguir la vía de movilización continua de estas reservas sin reponerlas. Por eso, la importancia del problema de la creación de un balance no deficitario de sustacias nutritivas en el suelo no deja lugar a dudas.

 

5.2.- Toma de sustancias nutritivas por la planta y reposición de sus reservas en el suelo

  

Al mismo tiempo que se produce la absorción de nutrientes por la planta, ésta devuelve al suelo sustancias nutritivas, preferentemente en forma de restos radiculares y rastrojo, con los que se incorpora cerca de 1/3 de la cantidad total del nitrógeno y fósforo que se emplean por la planta en el proceso de vegetación.

 

Pero hay que considerar también otras fuentes de aportación de sustancias nutritivas al suelo. Así, cierta cantidad de ellas se contiene en las secreciones radiculares y raicillas que van decayendo en el proceso de vegetación, aunque en el caso de los cereales esta cantidad es insignificante.

 

En el apartado de ingresos del balance, se debe incluir la aportación de nitrógeno a cuenta del material de siembra (cerca de 3 kg.ha-1), así como de las precipitaciones atmosféricas, que lejos de las ciudades, en condiciones de clima moderado, constituye de 4 a 6 kg.ha-1.

 

No debe ignorarse la posibilidad de completar las reservas de nitrógeno del suelo a cuenta de la actividad de las bacterias libres fijadoras del nitrógeno atmosférico.

 

Una elevación considerable de las reservas del nitrógeno se consigue con cultivos de leguminosas vivaces, a condición de su buen desarrollo.

 

La reposición de reservas de nitrógeno y otros elementos nutritivos se puede realizar por medio de la aportación de abonos orgánicos, teniendo en cuenta que lo verdaderamente importante no es la cantidad de materia orgánica en el suelo, sino la velocidad con que ésta se mineraliza.

  

5.2.1.- Factores que regulan la velocidad de humificación

   

La velocidad de humificación de los materiales orgánicos es un parámetro muy importante a la hora de valorar el equilibrio húmico de un suelo y, por lo tanto, su fertilidad, que se ve favorecida al aumentar los valores de aquella.

 

Los factores que regulan dicha velocidad de humificación son (Urbano Terrón, 1988):

 

                        a) Naturaleza del residuo

En los residuos vegetales, la lignina engloba la mayor parte de la celulosa y hemicelulosa retrasando su descomposición.

                         b) Humedad

La multiplicación microbiana exige la presencia de agua en el propio residuo (tallos y hojas tiernas, estiércoles frescos, etc.), o en el suelo.

                         c) Aireación

La flora microbiana aerobia presenta mayor actividad y por tanto se puede beneficiar con las labores del suelo, un buen drenaje, con la disgregación de los montones de estiércol, etc. Por el contrario, en condiciones anaerobias la humificación es muy lenta e incompleta.

                         d) Temperatura

Según la ley de Van't Hoff, la velocidad de reacción se duplica o triplica por cada 10°C que aumenta la temperatura media anual de una zona, aunque esta ley sólo es válida para un intervalo entre 5°C y 40°C. Si se supera esta temperatura, al oxidación de los compuestos carbonados y la pérdida de nitrógeno es tan intensa que se reduce el valor fertilizante del humus que se forma a estas temperaturas. Si se superan los 70°C, las pérdidas vuelven a ser pequeñas, pues la actividad microbiana se reduce a la actuación de la microflora termófila.

             e) Contenido en elementos minerales

 La multiplicación microbiana exige la utilización de lementos minerales, tales como: nitrógeno fósforo, azufre, calcio, etc. Pero de todos ellos el que juega el papel más importante en la humificación es el nitrógeno, ya que actua de elemento limitante. En este sentido los materiales orgánicos se clasifican de la siguiente forma:

- Materiales con un contenido en nitrógeno superior al 2,4 % en su materia seca. Existe suficiente nitrógeno y durante la humificación habrá liberación de nitrógeno mineral, que enriquecerá el suelo y favorecerá la nutrición de los vegetales culitivados.

 

- Materiales con un contenido en nitrógeno entre 1,2 y 2,4 % en su materia seca. Existe cierto equilibrio que permite la nutrición de los microorganismos sin que se produzca globalmente variación en el contenido de nitrógeno del suelo.

 

- Materiales con un contenido en nitrógeno menor del 1,2 % en su materia seca. Se manifiesta una falta de nitrógeno en los materiales orgánicos que da lugar a que los microorganismos utilicen el nitrógeno del suelo y, por lo tanto, establezcan una competencia con las plantas, disminuyendo la fertilidad nitrogenada temporal ya que, al morir los microorganismos, el nitrógeno de su protoplasma se mineraliza.

            f) Condiciones del suelo: pH y salinidad

Para que se produzca una adecuada evolución de la materia orgánica el pH debe estar comprendido entre 6 y 7,2, siendo las condiciones más desfavorables las de pH menor de 5,5, en el que se desarrolla una flora acidófila, y las de pH superior a 7,5, donde la flora es basófila.



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