En los cultivos
protegidos de pimiento el aporte de agua y gran parte de los nutrientes se
realiza de forma generalizada mediante riego por goteo y va ser función del
estado fenólogico de la planta así como del ambiente en que ésta se
desarrolla (tipo de suelo, condiciones climáticas, calidad del agua de riego,
etc.).
En cultivo en suelo y en enarenado el establecimiento del momento y
volumen de riego vendrá dado básicamente por los siguientes parámetros:
-Tensión del agua en el suelo (tensión mátrica), que se determinará
mediante la instalación de una bateria de tensiómetros a distintas
profundidades. Alrededor del 75 % del sistema radicular del pimiento se
encuentra en los primeros 30-40 cm del suelo, por lo que será conveniente
colocar un primer tensiómetro a una profundidad de unos 15-20 cm, que deberá
mantener lecturas entre 11 y 14 cb, un segundo tensiómetro a unos 30-50 cm,
que permitirá controlar el movimiento del agua en el entorno del sistema
radicular y un tercer tensiómetro ligeramente más profundo para obtener
información sobre las pérdidas de agua por drenaje; valores inferiores a
20-25 cb en este último tensiómetro indicarán importantes pérdidas de agua
por lixiviación.
-Tipo de suelo (capacidad de campo, porcentaje de saturación).
-Evapotranspiración del cultivo.
-Eficacia de riego (uniformidad de caudal de los goteros).
-Calidad del agua de riego (a peor calidad, mayores son los volúmenes
de agua, ya que es necesario desplazar el frente de sales del bulbo de
humedad).
Tabla 2. Consumos medios
(l/m2.día) del cultivo de “pimiento largo de carne gruesa” en
invernadero. Fuente: Documentos Técnicos Agrícolas. Estación Experimental
“Las Palmerillas”. Caja Rural de Almería.
MESES
JULIO
AGOSTO
SEPT.
OCT.
NOV.
DIC.
Quincenas
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
A
1,80
2,18
2,46
3,21
3,04
3,16
3,11
2,20
1,88
1,78
1,41
B
1,63
1,98
2,30
2,66
2,81
2,54
2,20
1,88
1,78
1,41
C
1,48
1,84
1,90
2,46
2,26
1,80
1,88
1,78
1,41
D
1,38
1,53
1,76
1,98
1,60
1,53
1,78
1,41
MESES
ENERO
FEB.
MARZO
ABRIL
MAYO
Quincenas
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
A
1,33
1,31
1,19
1,31
1,70
1,93
2,79
3,39
4,15
4,54
B
1,33
1,31
1,19
1,31
1,70
1,93
2,79
3,39
4,15
4,54
C
1,33
1,31
1,19
1,31
1,70
1,93
2,79
3,39
4,15
4,54
D
1,33
1,31
1,36
1,31
1,70
1,93
2,79
3,39
4,15
4,54
A: trasplante 2ª
quincena de julio; B: trasplante 1ª quincena de agosto; C: trasplante
2ª quincena de agosto; D: trasplante 1ª quincena de septiembre.
Tabla 3. Consumos medios
(l/m2.día) del cultivo de “pimiento corto” en invernadero.
Fuente: Documentos Técnicos Agrícolas. Estación Experimental “Las
Palmerillas”. Caja Rural de Almería.
MESES
JUNIO
JULIO
AGOSTO
SEPT.
OCT.
NOV.
DIC.
ENERO
FEB.
Quincenas
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
1ª
2ª
A
1,91
3,04
4,21
4,34
4,44
5,05
4,18
3,86
3,11
2,20
1,88
1,78
1,29
1,19
1,31
1,36
1,50
B
1,83
3,01
3,80
3,94
4,13
4,18
3,86
3,11
2,20
1,88
1,78
1,29
1,19
1,31
1,36
1,50
C
1,80
2,18
2,46
3,21
3,04
3,16
3,11
2,20
1,88
1,78
1,29
1,19
1,31
1,36
1,50
A: trasplante 2ª
quincena de junio; B: trasplante 1ª quincena de julio; C: trasplante
2ª quincena de julio.
Existe otra técnica
empleada de menor difusión que consiste en extraer la fase líquida del suelo
mediante succión a través de una cerámica porosa y posterior determinación
de la conductividad eléctrica.
Para un cultivo de
pimiento de primavera (diciembre-julio), las necesidades hídricas se estiman
en 1m3.m-2, aproximadamente. Tras el asentamiento de la
planta resulta conveniente recortar riegos, con el fin de potenciar el
crecimiento del sistema radicular. Durante la primera floración, un exceso de
humedad puede provocar la caída de las flores.
En cultivo hidropónico el riego está
automatizado y existen distintos sistemas para determinar las necesidades de
riego del cultivo, siendo el más extendido el empleo de bandejas de riego a
la demanda. El tiempo y el volumen de riego dependerán de las características
físicas del sustrato.
En cuanto a la nutrición, el pimiento es
una planta muy exigente en nitrógeno durante las primeras fases del cultivo,
decreciendo la demanda de este elemento tras la recolección de los primeros
frutos verdes, debiendo controlar muy bien su dosificación a partir de este
momento, ya que un exceso retrasaría la maduración de los frutos. La máxima
demanda de fósforo coincide con la aparición de las primeras flores y con el
período de maduración de las semillas. La absorción de potasio es
determinante sobre la precocidad, coloración y calidad de los frutos,
aumentando progresivamente hasta la floración y equilibrándose
posteriormente. El pimiento también es muy exigente en cuanto a la nutrición
de magnesio, aumentando su absorción durante la maduración.
A la hora de abonar, existe un margen muy amplio de abonado en el que
no se aprecian diferencias sustanciales en el cultivo, pudiendo encontrar
“recetas” muy variadas y contradictorias dentro de una misma zona, con el
mismo tipo de suelo y la misma variedad. No obstante, para no cometer grandes
errores, no se deben sobrepasar dosis de abono total superiores a 2g.l-1,
siendo común aportar 1g.l-1 para aguas de conductividad próxima a
1mS.cm-1.
Actualmente se
emplean básicamente dos métodos para establecer las necesidades de abonado:
en función de las extracciones del cultivo, sobre las que existe una amplia y
variada bibliografía, y en base a una solución nutritiva “ideal” a la
que se ajustarán los aportes previo análisis de agua. Este último método
es el que se emplea en cultivos hidropónicos, y para poder llevarlo a cabo en
suelo o en enarenado, requiere la colocación de sondas de succión para poder
determinar la composición de la solución del suelo mediante análisis de
macro y micronutrientes, CE y pH.
Teniendo en cuenta
que las extracciones del cultivo a lo largo del ciclo guardan una relación de
3,5-1-7-0,6 de N, P2O5, K2O y MgO,
respectivamente, las cantidades de fertilizantes a aportar variarán
notablemente en función del abonado de fondo y de los factores antes
mencionados (calidad del agua de riego, tipo de suelo, climatología, etc.).
Cuando se ha efectuado una correcta fertilización de fondo, no se suele
forzar el abonado hasta que los primeros frutos alcanzan el tamaño de una
castaña, evitando así un excesivo desarrollo vegetativo que provoque la caída
de flores y de frutos recién cuajados. Tras el cuajado de los primeros frutos
se riega con un equilibrio N-P-K de 1-1-1-, que va variando en función de las
necesidades del cultivo hasta una relación aproximada de 1,5-0,5-1,5 durante
la recolección. Actualmente el abonado de fondo se ha reducido e incluso
suprimido, controlando desde el inicio del cultivo la nutrición mineral
aportada, pudiendo llevar el cultivo como si de un hidropónico se tratara.
Los fertilizantes de
uso más extendido son los abonos simples en forma de sólidos solubles
(nitrato cálcico, nitrato potásico, nitrato amónico, fosfato monopotásico,
fosfato monoamónico, sulfato potásico, sulfato magnésico) y en forma líquida
(ácido fosfórico, ácido nítrico), debido a su bajo coste y a que permiten
un fácil ajuste de la solución nutritiva, aunque existen en el mercado
abonos complejos sólidos cristalinos y líquidos que se ajustan
adecuadamente, solos o en combinación con los abonos simples, a los
equilibrios requeridos en las distintas fases de desarrollo del cultivo.
El aporte de
microelementos, que años atrás se había descuidado en gran medida, resulta
vital para una nutrición adecuada, pudiendo encontrar en el mercado una
amplia gama de sólidos y líquidos en forma mineral y en forma de quelatos,
cuando es necesario favorecer su estabilidad en el medio de cultivo y su
absorción por la planta.
También se dispone
de numerosos correctores de carencias tanto de macro como de micronutrientes
que pueden aplicarse vía foliar o riego por goteo, aminoácidos de uso
preventivo y curativo, que ayudan a la planta en momentos críticos de su
desarrollo o bajo condiciones ambientales desfavorables, así como otros
productos (ácidos húmicos y fúlvicos, correctores salinos, etc.), que
mejoran las condiciones del medio y facilitan la asimilación de nutrientes
por la planta.