7.2.2.
MONILIA
Daños
Provoca
la podredumbre de los frutos y, a menudo, en la primavera, la destrucción
de las flores, de los ramos jóvenes o de las hojas, dando la apariencia de
una helada.
La
infección del fruto se hace principalmente por las heridas (picadura de un
insecto, contacto estrecho entre dos frutos); sin embargo, no es precisa la
presencia de una herida para la introducción del hongo.
El
fruto es especialmente atacado cuando está próximo a la madurez, pues la
epidermis es más tierna, pero los frutos verdes pueden ser también
atacados. La enfermedad se conserva de un año para otro por medio de los
frutos desecados que quedan sobre el árbol o en la tierra.
Métodos de control
·
Precauciones a tomar:
-
Recoger
y quemar todos los frutos momificados.
-
Hacer
desaparecer con la poda todos los ramos secos.
-
Se
deben evitar las heridas gruesas y refrescar los cortes hechos con la
sierra. Cuando la poda es regular y deja perfectamente limpio el árbol, la
resistencia de éste a la Monilia es mayor.
·
Tratamientos: las sales de cobre tienen una acción insuficiente sobre la
germinación de las esporas. Los tratamientos hechos contra el cribado
sirven para reducir los daños de la Monilia, pero no los evitan por
completo. Deben aplicarse tratamientos al inicio y en plena floración, con
captafol, metil-tiofanato, folpet, carbendazima, etc.
En
caso de aplicarse benomilo o metil-tiofanato en un tratamiento, el siguiente
debe realizarse con otro tipo de funguicida, al objeto de evitar al aparición
de razas de Monilia resistentes.
Para
evitar los daños sobre los frutos, resulta muy interesante luchar contra
los insectos que causan las heridas en los mismos, empleando insecticidas
orgánicos.
7.2.3.
ROYA
Descripción y daños
Afecta
a duraznero, ciruelo, almendro y albaricoquero. Provoca defoliación
prematura.
En
estos frutales, la enfermedad produce en el haz de las hojas unas pequeñas
manchas amarillas que se corresponden en el envés con otras de color pardo
que al ser frotadas desprenden un polvillo color pardo claro. Este polvillo
está formado por las uredosporas que propagan la enfermedad.
A
finales de verano el hongo emite un nuevo tipo de esporas bicelulares, las
teleutosporas, que son la fase invernante del hongo.
Los
ataques suelen comenzar en los meses de julio-agosto, por lo que a la
aparición de las primeras manchitas deben aplicarse fungicidas adecuados.
Métodos de control
Aplicaciones
de zineb, maneb, propineb, etc., en las fechas indicadas, suelen ser
suficientes.- En casos graves puede recurrirse al metil-tiofanato,
oxicarboxina, etc.
7.2.4.
GOMOSIS
Descripción y daños
Se
trata de una alteración de carácter fisiológico que no puede ser
atribuida a la presencia de bacterias, virus, insectos o hongos. No
obstante, estas dos últimas causas favorecen su aparición al igual que los
malos tratamientos, la carencia de abonado o el cultivo en terrenos no
adecuados. Es decir, todo lo que contribuye a debilitar al árbol, lo
predispone a la gomosis: podas excesivas, falta de afinidad entre patrón e
injerto, abonados desequilibrados, excesiva sequía o humedad persistente,
ataques violentos de parásitos vegetales o animales, etc.
La
aparición de la goma resulta de la formación en los tejidos de una materia
viscosa y blanda, que escapa por las hendiduras, No es raro encontrar lágrimas
alargadas, que se escapan en abundancia de los ramos y se desecan al aire.
Métodos de control
Hace
falta buscar causas de la secreción de la goma y corregirlas. Hacer las
podas más moderadas, si es posible, a fin de verano: drenar el suelo, hacer
correctamente los tratamientos contra las plagas y enfermedades, y sobre
todo no escatimar en el abonado.
Las
heridas serán limpiadas de sus masas de goma y lavadas abundantemente con
la siguiente solución de caldo: acetato de cobre-1.000 g, permanganato potásico-500
g, agua-100 l.
7.2.5.
CHANCRO DEL duraznero Y DE OTROS FRUTALES DE HUESO
Descripción y
daños
Enfermedad
debida al ataque de un hongo denominado Fusicoccum, que suele confundirse
con el que produce el cribado.
El
ataque se inicia en las yemas de los brotes del alo o en los de la estación
precedente. Aparece un área necrosada de color parduzco, ligeramente
deprimida, de contorno elíptico y centrada sobre la yema atacada.
Más
tarde, cuando el chancro ha dado la vuelta al ramo, se observa el
marchitamiento de la parte situada por encima de la zona atacada.
Este
desecamiento se manifiesta en la primavera, en la floración y,
generalmente, a lo largo del verano. Es debido a que el hongo produce una
sustancia tóxica que arrastra la corriente de savia ascendente.
Si
el ramo del año no muere, el parásito se mantiene y prosigue su evolución.
Al año siguiente aparecen las fructificaciones negras del hongo que son las
semillas o esporas, a partir de las cuales se propaga la enfermedad.
La
hojas manifiestan el cribado del limbo y hasta las flores pueden ser
atacadas.
Métodos de
control
Supresión
inmediata de las partes atacadas y pulverización en los estados siguientes:
a la caída de las hojas, al desborre, a la floración y a la recolección
con un caldo a base de funguicidas como el ziram, ferban, tiram o captan a
la dosis corriente de 300 g de producto comercial por 100 l de agua.
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