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CÉSPEDES: ESPECIES, INSTALACIÓN Y MANEJO

1. ESPECIES FORMADORAS DE CÉSPED.

        1.1. ESPECIES DE CLIMA TEMPLADO.

        1.2. ESPECIES PARA CLIMAS SUBTROPICALES Y MEDITERRÁNEOS.

2. MEZCLAS DE SEMILLAS PARA CÉSPEDES.

3. INSTALACIÓN DEL CÉSPED.

        3.1. PREPARACIÓN DEL TERRENO.

        3.2. SIEMBRA.

        3.3. COLOCACIÓN DE TEPES.

4. LABORES DE MANTENIMIENTO.

        4.1. SEGADO.

        4.2. ESCARIFICADO.

        4.3. AIREACIÓN.

        4.4. RESIEMBRAS Y RECEBOS.

        4.5. RULADO.

        4.6. CONTROL DE LAS MALAS HIERBAS.

5. ABONADO.

6. RIEGO.

7. PLAGAS.

8. ENFERMEDADES.

9. BIBLIOGRAFÍA

       

        5. ABONADO.

Dependiendo del tipo de césped, las necesidades nutritivas varían en equilibrio y en cantidad. Siempre deberá plantearse un abonado equilibrado, que considere los tres macronutrientes básicos (nitrógeno, fósforo y potasio), elementos secundarios (magnesio) y micronutrientes (hierro, cinc, manganeso, etc.).

Necesidades nutritivas medias de distintos tipos de césped (PUEYO, A. 1990)

Tipo de césped

Necesidades nutritivas (Kg/Ha/año)

N

P2O5

K2O

MgO

Greens de golf, campos deportivos de utilización muy frecuente 

250-400

120-150

150-250

40-50

Ante-greens, tees, campos deportivos de utilización poco frecuente

180-260

100-120

120-200

30-50

Calles de golf (fairways), céspedes ornamentales (parques y jardines) intensivos: siega frecuente

120-200

60-80

100-150

20-40

Céspedes ornamentales (parques y jardines) extensivos: siega poco frecuente

90-150

50-70

80-120

10-30

El abonado fortalece y engrosa la hierba, confiriéndole más resistencia a la sequedad, las enfermedades, las malas hierbas, los musgos y el desgaste intenso. También mantiene el color y la textura, pero puede incrementar la velocidad de crecimiento de la hierba y por tanto será preciso un segado más continuo.

La siega presenta una merma importante de las reservas de los principales nutrientes vegetales del suelo. El nitrógeno mantiene la planta verde y favorece el desarrollo de los brotes, el fósforo es esencial para las raíces y el potasio hace a la planta resistente favoreciendo un crecimiento saludable. Las gramíneas pobres en nitrógeno, se amarillean y obtienen colores pálidos. 

Aspectos importantes a considerar en el abonado del césped (PUEYO, A. 1990)

Altas necesidades nutritivas

- Recubrimiento total del suelo, crecimiento continuo, cortes frecuentes (constante extracción de materia seca)

Riego elevado de pérdidas de nutrientes

- Intensa lixiviación de nutrientes (riegos frecuentes e intensos, escasa capacidad del suelo para retener nutrientes).

- Evaporación de formas nitrogenadas situadas en superficie (dificultad de enterrar el abono).

Riesgo elevado de quemaduras y daños por salinidad

- Hojas: contacto inevitable entre el abono y la parte aérea de la planta.

- Raíces: escasa profundidad radicular que imposibilita la absorción de agua de capas profundas para reducir la concentración salina.

El abonado puede aplicarse en primavera, verano y otoño.

  • El abonado de primavera se efectúa con un abono comercial rico en nitrógeno, fosfato y potasio. Se aplica a comienzos de primavera, cuando la hierba a comenzado a crecer vigorosamente. El contenido y formulación de los abonos varía en función del fabricante. Así se pueden encontrar formulados combinados con herbicidas y otros con un abono orgánico a base de turba. La mayoría de las praderas requieren fertilizantes con un 5-7% de nitrógeno, un 10-15% de ácido fosfórico y un 2-4% de potasio. Cualquier producto empleado se aplicará durante la estación especificada y únicamente en las fechas recomendadas por el fabricante.

  • En verano el desarrollo del césped es más lento en aquellas praderas que han sido segadas, cortadas o abonadas en primavera con fertilizantes inorgánicos de acción rápida, por lo que se aplicarán de 9 a 17 g de sulfato amónico por metro cuadrado, dando un riego abundante con antelación si el césped está seco. Solo se aplicará en aquellas parcelas en las que el césped está descolorido y crece mal.

  • Si el césped ha sufrido un estrés hídrico o la compactación y a finales de verano aparece ralo, es recomendable aplicar un abonado de otoño. Se administrará un nivel bajo de nitrógeno, pero bueno en fosfato y potasio para estimular el crecimiento sanode las raíces. 

La aplicación del abonado debe ser uniforme, para evitar el parcheado o el chamuscado del césped. Se hará cuando la hierba esté seca pero el suelo húmedo, preferentemente con tiempo fresco y con chubascos. Después del abonado se dará un pequeño riego controlado. La aplicación puede ser: manual mezclando el fertilizante con arena seca o tierra arenosa, en disolución con ayuda de una regadera o un diluidor con una manguera y mecánica con un distribuidor estándar o lineal.

        6. RIEGO.

Para mantener un césped creciendo sano y verde es esencial regarlo en períodos de sequía. El exceso de agua en el césped produce aumento de materia verde, incremento de enfermedades, raíces poco profundas, desaprovechamiento de recursos valiosos, etc.

La frecuencia de riego varía de un lugar a otro y debe determinarse de acuerdo a la apariencia del césped. La necesidad de agua puede identificarse cuando el césped se torna de un color verde azulado y cuando las pisadas permanecen marcadas en él, ya que la falta de agua hace que a la hoja le cueste recuperar su posición original. A medida que la sequía del césped aumenta, este se marchita y su color se torna verde grisáceo. Una vez que el pasto está marchito debe regarse de inmediato y se recuperará considerablemente rápido. Si se llega a un cuadro de sequía severa, la planta deja de crecer y las hojas se tornan marrones y mueren. 

Los riegos se aplican en un solo riego o en dos riegos iguales con 2 ó 3 días de espacio entre sí. Después del riego, la tierra debe estar húmeda hasta 15 centímetros de profundidad. Es recomendable humedecer a fondo toda la zona de las raíces.

Se recomienda aplicar los riegos por la noche o a primera hora de la mañana. A esta hora el viento no interfiere en el riego y no hay prácticamente evaporación de agua. Una de las complicaciones que ocasiona el riego en horas de la tarde, es la creciente incidencia de enfermedades. Este inconveniente puede reducirse regando únicamente cuando el césped lo necesita y regando esporádica pero profundamente. Regar durante el medio día no es efectivo ya que gran cantidad de agua se evapora siendo por consiguiente muy difícil humedecer la tierra adecuadamente.



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