El
escarificado, poda vertical o verticut, es una operación superficial de
mantenimiento que produce el corte y disgregación de las raíces
superficiales, así como la aireación y mejora de la actividad biológica en
la capa superficial del suelo, donde se encuentran los restos vegetales en
descomposición. Los beneficios del escarificado son:
Entresaca
el fieltro o la acumulación en la base del césped de restos vegetales.
Con ello se impide una compactación del suelo y facilita la circulación
de aire y agua a través del perfil del suelo.
Mejora
de la permeabilidad del césped y el acceso de los abonos al sistema
radicular de las plantas.
Estimula
el ahijamiento de las plantas y el rejuvenecimiento de la pradera.
Este
tratamiento suele efectuarse a en primavera y en otoño, cuando la planta
está en fase de crecimiento, evitando épocas de elevadas temperaturas o de
excesiva humedad en el suelo. El escarificado se realiza con la ayuda de
un escarificador o verticut, que está provisto de unas cuchillas o discos
giratorias, situados sobre un eje horizontal. Para pequeñas superficies es
común el empleo de un rastrillo o herramienta similar ejerciendo una gran
presión hacia abajo.
Las
gramíneas son iguales que otras plantas, por lo tanto, necesitan: sol,
alimento, agua y aire.En
el césped el suelo se torna gradualmente más compacto tanto a causa del
constante corte, como por el continuo tráfico.
Se
unen las partículas del suelo eliminando el aire, y con él el oxígeno, con
lo cual las raíces no respiran. Y si además contamos con un suelo pesado, se
hace aún más impermeable al paso del agua y los encharcamientos pudren las
raíces. Como resultado, cesa el crecimiento de la planta, aparecen manchas
pardas irregulares y las enfermedades se instalan en el césped, perdiendo su
buen aspecto.
La
aireación consiste en perforar el suelo con unos pinchos huecos, los cuales
extraen de la capa de enraizamiento un material que se desea eliminar, dejando
el suelo agujereado o lleno de hendiduras para que el aire y el agua puedan
penetrar en el mismo. La aireación del césped puede conseguirse de varias
formas:
Punzado
del suelo.El
apelmazamiento a causa del tránsito normal alcanza una profundidad de 6 a
7 cm, por lo que es conveniente punzarlo hasta una profundidad de 8 a 10
cm. Este trabajo puede hacerse con horquilla para ese propósito, o si el
terreno es de grandes proporciones, con rodillo de púas adaptado a la
máquina de cortar.
Rastrillado.Otra
forma de airear el césped es rastrillándolo, ayuda a que el aire y la
luz lleguen a toda la planta, y elimina las plantas muertas.Este
trabajo conviene ejecutarlo en primavera y otoño para que la vegetación
muerta no produzca enfermedades especialmente los hongos.El
rastrillado de otoño es el menos agresivo, ya que la gramínea se
encuentra debilitada naturalmente, y se sentirá poco afectada por esta
operación. De este modo en primavera sólo tendremos que hacer un
rastrillado suave para quitar los residuos que quedaron sobre el césped.Si el
césped se encuentra infectado con musgo, no efectuar esta tarea, porque
contribuye a diseminar la plaga y será mayor el daño que el beneficio.
Se
denomina resiembra a la operación destinada a sembrar de nuevo las zonas de
la superficie que presentan una baja o nula densidad de césped. En otros
casos, cuando se quiere cambiar el porcentaje de especies que forman la
cubierta vegetal, tras un escarificado se realiza una siembra con la semilla
de la nueva especie elegida.
Después
de realizar la resiembra, la semilla se recubre con una capa fina de arena
mezclada con una enmienda orgánica. A esta operación se le denomina recebo y
permite obtener una mayor cantidad de agua retenida en la parte superficial de
la capa de enraizamiento para ayudar a la germinación y nascencia de las
semillas resembradas.
Consiste
en el paso de un rulo de tamaño y peso muy limitado (menor de 200 Kg), a fin
de igualar las irregularidades producidas por el pisoteo del terreno. En esta
labor es importante evitar la compactación del terreno.
El
control de las malas hierbas difiere según se trate de una pradera recién
sembrada o de un césped ya establecido. En los céspedes establecidos se
puede controlar fácilmente la mayoría de las malas hierbas aplicando
herbicidas selectivos, combinado con unas medidas de labranza apropiadas. Si
se utilizan en un césped nuevo, esos herbicidas pueden dañar las plántulas
antes de que llegue a arraigar del todo. Por esta razón no se emplearán
tales productos en las praderas recién sembradas hasta como mínimo tres
meses después de la germinación.
Los
céspedes son invadidos principalmente por dos tipos de malas hierbas:
Dicotiledóneas
o hierbas de hoja ancha (trébol, acedera, Bellis, verónica, senecio,
cenizo, antemis, etc.). Su eliminación se realiza mediante la aplicación
de herbicidas selectivos o de productos antigerminativos de preemergencia
como el ioxynil, utilizándolo sólo en las formulaciones recomendadas y
hasta que la hierba no haya desarrollado al menos dos hojas. Las mezclas
de ioxynil y mecoprop solo deberán emplearse en praderas ya establecidas.
Antes de la siembra conviene tratarlas dejando el suelo en barbecho. Se
puede realizar una escarda manual cuando la superficie del suelo es firme
y no está blanda ni húmeda. Una labranza profunda garantiza la
eliminación de raíces o los rizomas de las especies de hoja ancha que
hayan penetrado en profundidad.
Monocotiledóneas
o hierbas de hoja estrecha. Son las gramíneas perennes tales como el
jopillo (Dactylis glomerata), el heno blanco (Holcus lanatus)
y la espiguilla (Poa annua). Su eliminación se realiza por escarda
manual arrancándolas, utilizando una de las manos para sujetar la planta
y la otra para apretar la tierra a su alrededor y que se mantenga firme.
Antes de la siembra es aconsejable realizar un buen barbecho del
terreno.