Organización de las
Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación Organización Mundial
de la Salud
PREOCUPACIONES DEL COMERCIO
Los diferentes conjuntos de normas derivados de la elaboración espontánea e independiente de leyes y normas alimentarias por diferentes países ocasionaron, inevitablemente, obstáculos al comercio que suscitaron creciente preocupación entre los comerciantes de alimentos a comienzos del siglo XX. Las asociaciones comerciales que se crearon como reacción a esos obstáculos presionaron a los gobiernos para que armonizaran sus diversas normas alimentarias con el fin de facilitar el comercio de alimentos inocuos y de una calidad bien definida. La Federación Internacional de Lechería (FIL), fundada en 1903, fue una de esas asociaciones. Su labor relativa a las normas para la leche y los productos lácteos desempeñó posteriormente una función catalizadora en la creación de la Comisión del Codex Alimentarius y en el establecimiento de sus procedimientos para la elaboración de normas.
Cuando se fundaron la FAO y la OMS a finales del decenio de 1940, la tendencia seguida por el sector de la reglamentación alimentaria era motivo de gran preocupación a nivel internacional. Los países estaban actuando de manera independiente y las consultas entre ellos con fines de armonización eran escasas, de haber alguna. Esta situación se refleja en las observaciones de las reuniones internacionales de la época.
EL PROBLEMA DE LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS
En 1955, el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Nutrición hizo constar que:
«... el uso creciente, y en ocasiones insuficientemente controlado, de aditivos alimentarios se ha convertido en una cuestión de interés público y administrativo».
El Comité señaló también que los medios para resolver los problemas inherentes a la utilización de aditivos alimentarios podían variar de un país a otro, y declaró que este hecho:
«... debe ser, de por sí, motivo de preocupación, dado que la existencia de medidas de control muy diferentes puede constituir un factor disuasivo perjudicial para el comercio internacional».
PREOCUPACIONES DE LOS CONSUMIDORES
En el decenio de 1940 la ciencia y la tecnología de los alimentos hicieron rápidos progresos. Con la aparición de instrumentos analíticos más sensibles, crecieron también rápidamente los conocimientos sobre la naturaleza de los alimentos, su calidad y los riesgos para la salud. Se intensificó el interés por la microbiología, la química de los alimentos y las disciplinas afines, y los nuevos descubrimientos fueron objeto de amplias reseñas periodísticas. Se multiplicaron los artículos sobre los alimentos a todos los niveles y los consumidores se vieron literalmente bombardeados con mensajes en las revistas populares, la prensa y la radio. Algunos eran correctos, otros no, pero todos ellos se proponían atraer el interés y muchos eran excesivamente sensacionalistas.
Sin embargo, a pesar de la calidad discutible de parte de la información difundida, el resultado fue un aumento de la conciencia del público acerca de las cuestiones alimentarias, y en consecuencia los conocimientos sobre la inocuidad de los alimentos mejoraron gradualmente. Al mismo tiempo, al haber cada vez más información disponible sobre los alimentos y temas afines, hubo una mayor aprensión por parte de los consumidores. Mientras que anteriormente las preocupaciones de los consumidores solo abarcaban lo «visible» -peso insuficiente del contenido, variaciones en el tamaño, etiquetado engañoso y calidad deficiente- ahora incluían un temor a lo «invisible», es decir los peligros para la salud que no podían percibirse con la vista, el olfato o el gusto, como por ejemplo microorganismos, residuos de plaguicidas, contaminantes ambientales y aditivos alimentarios. Con la proliferación de grupos de consumidores bien organizados y documentados, tanto a nivel internacional como nacional, aumentó en todo el mundo la presión sobre los gobiernos para que protegieran a las comunidades contra los alimentos peligrosos y de mala calidad.
DESEO DE INICIATIVA
Responsables de la reglamentación alimentaria, comerciantes,
consumidores y expertos expresaron de modo creciente su esperanza de que la
FAO y la OMS tomaran la iniciativa de desenmarañar la madeja de las
reglamentaciones alimentarias que obstaculizaban el comercio y en la mayoría
de los casos proporcionaban a los consumidores una protección insuficiente.
En 1953, la Asamblea Mundial de la Salud, órgano rector de la OMS, declaró
que la utilización cada vez más amplia de sustancias químicas en la
industria alimentaria representaba un nuevo problema para la salud pública, y
se propuso que las dos organizaciones llevaran a cabo estudios pertinentes.
Uno de esos estudios determinó que el uso de aditivos alimentarios constituía
un factor esencial. Como resultado de ello, la FAO y la OMS convocaron en 1955
la primera Conferencia Mixta FAO/OMS sobre Aditivos Alimentarios. De esa
Conferencia surgió el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos
Alimentarios (JECFA) que, más de 40 años después de su creación, continúa
reuniéndose periódicamente. La labor del JECFA sigue siendo de importancia
fundamental para las actividades del Comité del Codex sobre Aditivos
Alimentarios y Contaminantes, así como para las deliberaciones del Codex
sobre las normas aplicables a los aditivos alimentarios.
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