Familia:
Solanaceae
Nombre
científico: Solanum muricatum
Aiton.
Planta:
Perenne, pero generalmente cultivada como anual.
Sistema
radical: Es muy ramificado y superficial. Puede llegar a alcanzar los 60 cm de
profundidad, con el 75% de las raíces en los primeros 45 cm.
Produce
abundantes raíces adventicias en condiciones de humedad elevada. Eso hace que
sea muy fácil su propagación por esquejes o pequeñas estacas.
Tallo:
Herbáceos aunque con el tiempo se lignifican, sobre todo en su base. Son de
color verde, aunque en algunas variedades toman tonos morados más oscuros. Su
sección es redondeada, aunque también se encuentran cultivares con tallos de
sección cuadrada e incluso alados.
Hojas:
Suelen ser simples y lanceoladas, aunque no es extraño encontrar hojas
compuestas con entre 3 y 7 foliolos. Suelen medir entre 10 y 12 cm, aunque
pueden llegar a los 30 cm.
Flores:
Hermafroditas y se encuentran en racimos, generalmente simples, aunque a veces
son compuestos. Normalmente hay entre 5 y 20 flores por racimo. Los pétalos
son de color blanco con vetas moradas, aunque algunos cultivares tienen flores
completamente blancas y en otros las vetas cubren totalmente el pétalo. Las
condiciones ambientales influyen marcadamente en la coloración y tamaño de
las flores. En general pocas flores del racimo llegan a cuajar y pocas de las
que cuajan llegan a desarrollar totalmente el fruto.
Las
flores son autocompatibles y autógamas. En cultivo protegido la ausencia de
viento e insectos polinizadores dificulta el cuajado de las flores. Por ello
es necesario favorecerlo mediante el vibrado mecánico de las flores, o la
utilización de hormonas.
Fruto:
Baya bicarpelar, bilocular, carnosa, de forma variable según el cultivar,
encontrándose tipos redondeados, ovoides y alargados. Tiene semillas, aunque
hay cultivares con distintos grados de partenocarpia. Suele ser de color
amarillo dorado y con vetas de color púrpura, aunque el color es variable según
el cultivar y las condiciones ambientales, sobre todo la iluminación y la
temperatura. En algunos casos las vetas llegan a cubrir todo el fruto. La
pulpa presenta desde colores amarillo dorado a tonos casi blanquecinos.
El
fruto tiene un sabor fresco y agradable, tiene un alto porcentaje en agua y es
poco calórico. Tiene bajos contenidos en proteínas, fibra y minerales, con
excepción del contenido en potasio, cuyos niveles son medios (Tabla nº 1).
Tiene elevados contenidos en vitamina C, aunque éstos son muy variables
dependiendo del cultivar, las condiciones ambientales y la forma de cultivo.
Tabla
nº 1 Composición del fruto de pepino dulce
Componentes |
Contenido |
Perú |
Chile |
Nueva
Zelanda |
Calorías
(g/100g) |
26.00 |
25.00 |
|
Agua
(%) |
92.30 |
92.40 |
91.8-93.2 |
Proteínas
(g/100g) |
0.30 |
0.4 |
0.10-0.13 |
Carbohidratos
(g/100g) |
7.00 |
6.3 |
5.1-6.2 |
Fibra
(g/100g) |
0.5 |
0.5 |
|
Cenizas
(g/100g) |
0.40 |
0.1 |
0.3 |
Calcio
(mg/100g) |
30.00 |
21.00 |
2.3-3.0 |
Fósforo
(mg/100g) |
10.00 |
13.0 |
10.7-12.3 |
Potasio
(mg/100g) |
|
117.0 |
115-123 |
Hierro
(mg/100g) |
0.30 |
|
0.20-031 |
Sodio
(mg/100g) |
|
1.0 |
0.76-2.3 |
Azufre
(mg/100g) |
|
|
3.4-4.0 |
Vitamina
A |
317.00
(U.I.) |
20
(mg/100g) |
|
Vitamina
B1 (mg/100g) |
0.04 |
0.09 |
|
Vitamina
C (mg/100g) |
29.70 |
26.0 |
48-68 |
Semillas:
Arriñonadas y de pequeño tamaño (un gramo contiene entre 600 y 900
semillas), a veces son aladas. El pepino dulce es una especie muy heterocigota
y la reproducción por semillas da planta poco homogéneas, por ello no se
utiliza como forma de propagación, pero sí en los planes de mejora genética.
El
pepino dulce es una planta que se cultiva en zonas de clima benigno, algo húmedo
y con temperaturas moderadas, siendo muy adecuadas las zonas cercanas al mar.
Es
una planta sensible a las heladas, aunque el daño depende de la temperatura
alcanzada. Heladas suaves dañan la planta, pero ésta se recupera, aunque se
produce un retraso en la producción. Heladas más fuertes pueden producir la
pérdida total de la planta. Temperaturas menores de 10-12 º pueden afectar
el desarrollo de los frutos.
Los
vientos cálidos y secos pueden dañar el desarrollo vegetativo normal. Los
vientos fuertes también pueden dañar la planta, por lo que si se cultiva al
aire libre en zonas donde sean frecuentes es necesario utilizar setos o mallas
cortavientos.
Requiere
suelos bien drenados y sueltos, aunque no tiene problemas debidos al exceso de
humedad o al encharcamiento del suelo, siendo más resistente que el tamarillo
(Cyphomandra betacea) o el tomate.
En general no tiene restricciones importantes en el tipo de suelo y
probablemente su nivel de exigencias debe ser similar al requerido por el
pimiento (Capsicum annum L.).