El pepino puede cultivarse en cualquier tipo
de suelo de estructura suelta, bien drenado y con suficiente materia orgánica.
Es una planta medianamente tolerante a la
salinidad (algo menos que el melón), de forma que si la concentración de
sales en el suelo es demasiado elevada las plantas absorben con dificultad el
agua de riego, el crecimiento es más lento, el tallo se debilita, las hojas
son más pequeñas y de color oscuro y los frutos obtenidos serán torcidos.
Si la concentración de sales es demasiado baja el resultado se invertirá,
dando plantas más frondosas, que presentan mayor sensibilidad a diversas
enfermedades.
Los
aspectos fundamentales a tener en cuenta para elegir una variedad que se
adapte a las condiciones de cultivo y al gusto del
consumidor son:
-Producción comercial, que debe ser lo más alta posible.
-Vigor de la planta, de forma que un buen vigor permite un ciclo largo y
una buena tolerancia a las bajas temperaturas y al acortamiento de los días.
-Buen nivel de resistencia a enfermedades (ej: Mildiu, oidio, etc.).
-Longitud de fruto, que debe ser estándar (mínima de 30 cm y máxima de
38 cm) y estable frente a las diferentes condiciones de cultivo.
-Firmeza y conservación del fruto, que debe ser adecuada para resistir el
transporte y mantenerse el tiempo suficiente en el mercado en óptimas
condiciones.
Otros
aspectos que pueden considerarse para la elección son la precocidad y las
características del fruto (longitud, color, estrías, etc.).
La
mayor parte de las variedades cultivadas de pepino son híbridas, habiéndose
demostrado su mayor productividad frente a las no híbridas. Se pueden
englobar en los siguientes tipo:
-Pepino corto y pepinillo (“tipo español”). Son variedades de fruto
pequeño (longitud máxima de 15 cm), de piel verde y rayada de amarillo o
blanco. Se utilizan para consumo en fresco o para encurtido, en este caso
recolectándolos más pequeños. Las variedades pueden ser monoicas, ginoicas
con polinizador y ginoicas partenocárpicas.
-Pepino medio largo (“tipo francés”). Variedades de longitud media
(20-25 cm), monoicas y ginoicas. Dentro de estas últimas se diferencian las
variedades cuyos frutos tiene espinas y las de piel lisa o minipepinos
(similares al “tipo Almería”, pero más cortos), de floración totalmente
partenocárpica.
-Pepino largo (“tipo Almería”). Variedades cuyos frutos superan los
25 cm de longitud, ginoicas, de frutos totalmente partenocárpicos y de piel
lisa, más o menos asurcada. El tamaño de las hojas es mucho más grande.
Puede
realizarse siembra directa sobre el suelo o llevar las semillas al semillero
en caso de que hubiera peligro de pérdidas en nascencia por las condiciones
ambientales o por la presencia de topos, ratones, pájaros u otros.
En
pepino “tipo Almería” se realiza a los pocos días del trasplante debido
al rápido crecimiento de la planta, con la eliminación de brotes secundarios
y frutos hasta una altura de 60 cm.
En
pepino “tipo Almería” se suprimirán todos los brotes laterales para
dejar la planta a un solo tallo. Para los restantes tipos de pepino la poda es
muy similar, aunque no se eliminan los brotes laterales, sino que se despuntan
por encima de la segunda hoja.
Los
frutos curvados y abortados deben ser eliminados cuanto antes, al igual que
aquellos que aparecen agrupados en las axilas de las hojas de algunas
variedades, dejando un solo fruto por axila.
Es
una práctica imprescindible para mantener la planta, mejorando la aireación
general de la planta y favoreciendo el aprovechamiento de la radiación y la
realización de las labores culturales (destallados ,recolección, etc.). Todo
ello repercutirá en la producción final, calidad del fruto y control de las
enfermedades.
La
sujeción suele realizarse con hilo de polipropileno (rafia) sujeto de una
extremo a la zona basal de la planta (liado, anudado o sujeto mediante
anillas) y de otro a un alambre situado a determinada altura por encima de la
planta. Conforma la planta va creciendo se va liando o sujetando al hilo tutor
mediante anillas, hasta que la planta alcance el alambre. A partir de ese
momento se dirige la planta hasta otro alambre situado aproximadamente a 0,5
m, dejando colgar la guía y uno o varios brotes secundarios.