Nombre
científico:Cucúrbita pepo :L. Esta especie comprende 2
variedades botánicas: var. “condesa” u “oblonga” y var.
“ovifera”, siendo la primera a la que pertenecen los calabacines y la
segunda con destino ornamental.
Planta:
anual, de crecimiento indeterminado y porte rastrero.
Sistema
radicular: constituido por una raíz principal axonomorfa, que alcanza un
gran desarrollo en relación con las raíces secundarias, las cuales se
extienden superficialmente. Pueden aparecer raíces adventicias en los
entrenudos de los tallos cuando se ponen en contacto con tierra húmeda.
Tallo
principal: sobre éste se desarrollan tallos seundarios que llegan a
atrofiarse si no se realiza una poda para que ramifique a 2 o más brazos.
Presenta un crecimiento en forma sinuosa, pudiendo alcanzar 1 metro o más de
longitud, dependiendo de la variedad comercial. Es cilíndrico, grueso, de
superficie pelosa y áspero al tacto. Posee entrenudos cortos, de los que
parten las hojas, flores, frutos y numerosos zarcillos. Estos últimos son
delgados, de 10-20 centímetros de longitud y nacen junto al pedúnculo del
fruto.
Hoja:
palmeada, de limbo grande con 5 lóbulos pronunciados de margen dentado. El
haz es glabro y el envés áspero y está recubierto de fuertes pelos cortos y
puntiagudos a lo largo de las nerviaciones. Los nervios principales parten de
la base de la hoja y se dirigen a cada lóbulo subdividiéndose hacia los
extremos. El color de las hojas oscila entre el verde claro y oscuro,
dependiendo de la variedad, presentando en ocasiones pequeñas manchas
blanquecinas. Las hojas están sostenidas por peciolos fuertes y alargados,
recubiertos con fuertes pelos rígidos.
Flor:
la floración es monoica, por lo que en una misma planta coexisten flores
masculinas y femeninas. Son solitarias, vistosas, axilares, grandes y
acampanadas. El cáliz es zigomorfo (presenta un solo plano de simetría) y
consta de 5 sépalos verdes y puntiagudos. La corola es actinomorfa y está
constituida por cinco pétalos de color amarillo. La flor femenina se une al
tallo por un corto y grueso pedúnculo de sección irregular pentagonal o
hexagonal, mientras que en las flores masculinas (de mayor tamaño) dicho pedúnculo
puede alcanzar una longitud de hasta 40 centímetros. El ovario de las flores
femeninas es ínfero, tricarpelar, trilocular y alargado. Los estilos, en número
de tres, están soldados en su base y son libres a la altura de su inserción
con el estigma, este último dividido en 2 partes. Las flores masculinas
poseen tres estambres soldados.
Fruto:
pepónide carnoso, unilocular, sin cavidad central, de color variable, liso,
estriado, reticulado, etc. Se recolecta aproximadamente cuando se encuentra a
mitad de su desarrollo; el fruto maduro contiene numerosas semillas y no es
comercializable debido a la dureza del epicarpio y a su gran volumen. Las
semillas son de color blanco-amarillento, ovales, alargadas, puntiagudas,
lisas, con un surco longitudinal paralelo al borde exterior, longitud de 1,5
centímetros, anchura de 0,6-0,7 centímetros y grosor de 0,1-0,2 centímetros
El
manejo racional de los factores climáticos de forma conjunta es fundamental
para el funcionamiento adecuado del cultivo, ya que todos se encuentran
estrechamente relacionados y la actuación sobre uno de estos incide sobre el
resto.
La
humedad relativa óptima del aire en el invernadero oscila entre el 65 % y
el 80 %. Humedades relativas muy elevadas favorecen el desarrollo de
enfermedades aéreas y dificultan la fecundación.
La
gran masa foliar de la planta y el elevado contenido en agua del fruto
(alrededor de 95 %), indican que se trata de un cultivo exigente en agua,
por lo que el rendimiento dependerá en gran medida de la disponibilidad de
agua en el terreno. No obstante, los excesos de humedad en el suelo impiden
la germinación y pueden ocasionar asfixia radicular, y una escasa humedad
puede provocar la deshidratación de los tejidos, la reducción del
desarrollo vegetativo, una deficiente fecundación por caída de flores,
redundando en una disminución de la producción y un retraso del
crecimiento.
Es
poco exigente en suelo, adaptándose con facilidad a todo tipo de suelos,
aunque prefiere aquellos de textura franca, profundos y bien drenados. Sin
embargo se trata de una planta muy exigente en materia orgánica.
Los
valores de pH óptimos oscilan entre 5,6 y 6,8 (suelos ligeramente ácidos),
aunque puede adaptarse a terrenos con valores de pH entre 5 y7. A pH básico
pueden aparecer síntomas carenciales, excepto si el suelo está enarenado.
Es
una especie medianamente tolerante a la salinidad del suelo y del agua de
riego, (menos que el melón y la sandía y más que el pepino).
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Tipo
de producto demandado por el mercado; generalmente son muy apreciadas las
variedades comerciales de frutos cilíndricos, tamaño mediano, pulpa
compacta, epicarpio delgado y escasas semillas. Otras características
deseables son: que el tallo sea erecto (no demasiado exigente al tutorado
temprano), la precocidad, que la vegetación no sea demasiado exuberante, que
la floración sea mayoritariamente femenina y que los frutos sean uniformes,
con buen color externo y buena resistencia al transporte y conservación.
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Ciclos
de cultivo: extra-temprano (siembras de agosto-septiembre; recolección de
septiembre hasta finales de diciembre), temprano (siembra de
octubre-noviembre; recolección desde final de noviembre hasta finales de
febrero), semi-tardío (siembra en febrero; recolección desde marzo hasta
junio) y tardío (siembra a principio de abril, iniciándose la recolección
en junio).
Por
tanto, las características de la variedad deberán ajustarse a las fechas
elegidas para la siembra, siendo aconsejable el empleo de variedades vigorosas
para ciclos tempranos.
En
calabacín suele realizarse la siembra directa en el suelo o en la capa de
arena, a razón de 2-3 semillas por golpe, que se sembrarán juntas al objeto
de que al emerger rompan la costra del suelo con mayor facilidad, cubriéndolas
con 3-4 cm de tierra o arena, según corresponda.
Se
lleva a cabo cuando se desea mantener el cultivo anterior más tiempo en el
terreno, trasplantando el cepellón procedente del semillero cuando la planta
tiene dos hojas verdaderas.
Se
llevan a cabo cuando nace más de una planta por golpe, en estado de 2-3 hojas
verdaderas (8-10 días desde la germinación), dejando la más vigorosa y
eliminando las restantes. En caso de realizarse un segundo aclareo, es
conveniente eliminar las plantas cortando el tallo por su base, en vez de
arrancarlas, dado que las raíces están más desarrolladas, pudiendo
ocasionar daños a las de la planta que se deja en el terreno.
Práctica
que se realiza a los 15-20 días de la nascencia y que consiste en cubrir con
tierra o arena parte del tronco de la planta para reforzar su base y favorecer
el desarrollo radicular. Es aconsejable no sobrepasar la altura de los
cotiledones.
Es
una práctica que se realiza cuando el tallo comienza a inclinarse, con objeto
de restablecer su verticalidad, mediante la colocación de un hilo,
generalmente de polipropileno (rafia) que se sujeta por un extremo al tallo y
por el otro al emparrillado del invernadero. De este modo se aprovecha mejor
la iluminación, se mejora la ventilación, reduciendo el ataque de
enfermedadesy se facilitan las labores y prácticas culturales.
Pueden
considerarse dos modalidades:
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Una
de ellas consiste en hacer un nudo corredizo en el extremo del hilo que va
atado al emparrillado de forma que se pueda ir soltando hilo para ir
rodeando a la planta conforme ésta crezca.
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La
segunda modalidad consiste en dejar el hilo fijo e ir atando el tallo de la
planta con trozos de hilo más cortos al hilo principal.