7.2.1.
OIDIO DEL MANZANO
Descripción y daños
El
hongo causante de esta enfermedad pasa el invierno en las yemas en forma
de hilos muy finos enredados entre sí. Está protegido por las escamas de
las yemas, por lo que es muy difícil alcanzarlo con los tratamientos
hasta que no llega el desborre.
Parece
que la infección se efectúa muy temprano, en el momento de la brotación,
poco antes de la floración, siendo más difícil la contaminación más
tardía cuando las escamas se han endurecido.
Por
este motivo los ataques tempranos, en los alrededores de la floración,
son peligrosos. Los brotes infectados en este estado tan sensible dan
lugar en la primavera siguiente a brotes atacados de oidio, que actuarán
como focos de infección y que contribuirán, si no se dan tratamientos
adecuados, a hacer más enérgica la infección secundaria.
El
hongo necesita para su evolución una temperatura mínima de 20 ºC y cesa
de crecer a los 35 ºC. La humedad del aire debe ser al menos del 60 %,
bien causada por rocíos abundantes, lluvias o una transpiración excesiva
del árbol.
Métodos de control
En
el caso de fuertes ataques, se suprimirán todos los brotes atacados de
oidio, desde el momento de su aparición. Esto sólo tiene validez para
los pequeños huertos y formas enanas.
-Una
pulverización a base de azufre micronizado mojable al 0,4 % en el estado
C, y otra en el estado C3 al 0,5 %.
-Pulverización
a base de azufre micronizado mojable al 0,3 % del estado D en adelante,
cada 8 días.
-Según
la temperatura ambiente, se abandonará el azufre y se sustituirá por:
dinocap, pirazofos, fenarimol, bupirimato, etc.
Teniendo
en cuenta que tanto el azufre como el dinocap actúan como vapores y por
contacto, es indispensable añadir a estos productos un buen mojante.
Para
obtener buenos resultados es preciso gastar gran cantidad de líquido y
efectuar la lucha contra la enfermedad dos años seguidos.
7.2.2.
ROÑA O MOTEADO DE LAS MANZANAS Y PERAS
Enfermedad muy
frecuente en estos árboles, ocasionada por dos hongos diferentes, uno en
el manzano y otro en el peral; no obstante, los daños que producen son idénticos.
Síntomas de la
enfermedad
· En las hojas:
manchas aceitunadas, osurecidas y regulares sobre el haz. Cuando el ataque
es grave, los tejidos mueren y toman un tinte castaño.
· Sobre los
ramos: el ataque se produce en los ramos todavía verdes. Se forman
escamas en la corteza, especialmente en la base de los ramos, y se detiene
el crecimiento de éstos.
· Sobre las
flores: el moteado aparece generalmente después de la floración, pero
cuando el ataque alcanza a las flores, éstas pueden marchitarse y caer.
· Sobre los
frutos: la enfermedad obstaculiza su desarrollo, se deforman, agrietan y
caen. En el mejor de los casos quedan depreciados.
Transmisión
de la enfermedad
Todas las partes
atacadas por la enfermedad que caen al suelo o bien quedan en el árbol,
llevan unas esporas o semillas que germinan cuando las condiciones de
humedad y temperatura son adecuadas. Estas circunstancias se dan en
primavera, coincidiendo con la brotación del árbol. Cuando la germinación
de estas esporas se produce sobre un tejido tierno, el hongo penetra
dentro de él y produce la enfermedad.
Métodos de
control
-Tratamientos
llamados de seguridad, que empezarán el 15 de marzo y se repetirán cada
10-12 días, para terminar a primeros de mayo.
-Tratamientos
de circunstancias, que las condiciones atmosféricas imponen al
fruticultor cuando aquéllas son favorables para el desarrollo de la
enfermedad.
-Entre
los productos a utilizar en los tratamientos preflorales se encuentran las
sales de cobre, oxicloruro de cobre o sulfato de cobre. Para el resto de
los tratamientos se emplearán: benomilo, captafol, carbendazima,
metil-tiofanato, tiram, ziram, dodina, etc. estos anticriptogámicos
pueden asociarse a determinados insecticidas para combatir conjuntamente
plagas que suelen presentarse en la misma época.
7.2.3.
CHANCRO DEL MANZANO
Descripción y daños
Originado por un
hongo parásito que causa daños muy importantes en ramas y provoca la
podredumbre de los frutos. La infección se inicia en los brotes jóvenes,
por las lenticelas o en una herida.
Destruye
los tejidos alrededor de los ramos. Se forman unos rebordes cicatriciales.
Entre las zonas de ataque se observan unas pústulas claras de esporas
blancas o rosadas. Después aparecen unos puntos rojo-coral, perceptibles
a simple vista, que son unas cavidades donde se protegen las esporas o
semillas que luego dispersa la lluvia.
Métodos de control
Extirpar
las zonas enfermas del tronco y ramas gruesas hasta llegar a la parte
sana. Desinfectar la herida con una solución de sulfato de cobre al 2 %,
sulfato de quinoleina o sales de mercurio, recubriéndola después con un
"mástic" de injertar.
Deben
suprimirse los frutos y brotes atacados por la enfermedad y quemarlos
inmediatamente.
Deben
evitarse las grandes heridas de poda.
Desinfectar los instrumentos de poda
después de haber podado un árbol enfermo.