El crisantemo es
una de las pocas flores que se pueden regar por aspersión, ya que
generalmente el riego se interrumpe cuando se abren los botones florales. Los
suelos se mantienen cerca de la capacidad de campo, ya que los crisantemos
presentan un gran área foliar y ocupan el suelo con sus raíces.
Los crisantemos
son muy exigentes en nutrientes y, especialmente, en nitrógeno y potasio.
Durante los dos primeros meses de crecimiento es muy importante mantener
niveles altos de nitrógeno para obtener flores y plantas de calidad, ya que
si durante este período se produce una deficiencia moderada, de este
nutriente, no se logrará recuperarla calidad de la flor que se haya perdido,
incluso con aplicaciones posteriores de nitrógeno. Además, durante los
primeros 80 días las plantas crecen rápidamente y hay grandes requerimientos
de nitrógeno, los sistemas radiculares no están expandidos por todo el suelo
y la eficiencia en la recuperación de nitrógeno es baja. Sin embargo, la
eficiencia aumenta con el tiempo y durante los últimos 20 días solamente la
inflorescencia crece rápidamente y los nutrientes minerales se transportan
desde las hojas.
Antes de la
desinfección del suelo, suelen incorporarse ciertos fertilizantes de baja
solubilidad: urea-formaldehído, superfosfato simple, cal dolomítica, sulfato
de potasa, etc.
Inmediatamente
después de la plantación de los esquejes, deben regarse con un fertilizante
líquido que contenga unos 200 ppm tanto de nitrógeno como de potasio y dicho
fertilizante líquido será aplicado en cada riego. También pueden aportarse
abonos de cobertura tales como el nitrato potásico, nitrato cálcico, etc.
Entre los microelementos hay que cuidar especialmente la adición de hierro.
Es importante
controlar periodicamente los valores de pH y CE en la solución del suelo. El
pH deberá situarse entre 5,5, y 6,5 y la CEe (conductividad
eléctrica de un extracto de pasta saturado) no deberá exceder los 2,5
mmhos.cm-1.
El análisis del
tejido foliar refleja de forma más precisa el estado mineral de la hoja que
un análisis de suelo.
Los crisantemos
de floración estival cultivados en climas de verano cálido, pero no
excesivamente caluroso, suministran flores desde finales de diciembre
hasta últimos de marzo, adelantando su crecimiento y floración cuando se
cultivan en invernadero.
El sistema AYR
requiere el cultivo en invernadero con control de la calefacción y de la
longitud del día. Los crisantemos deben estimularse a crecer rápidamente, ya
que en unos 4 meses una estaquilla enraizada puede desarrollarse a una planta
floreciendo.
Los esquejes enraizados se plantan en camas y se fertirrigan e iluminan
durante la noche desde el primer
día. Se espacian dependiendo del número de tallos que se vayan a dejar,
variedad, estación, etc. El suelo de be estar húmedo. El número de horas
de iluminación durante la noche varía con la estación y con la latitud
debido a la duración del día. Cuanto mayor es la energía radiante durante
el día, mayor es la energía luminosa requerida para una interrupción
nocturna efectiva. Cuando los períodos de día largo se realizan con
iluminación cíclica incandescente, por un período muy largo (pej.: 7
semanas), la inhibición de las flores puede ser marginal o incompleta.
Los cultivos se sostienen con una malla de alambre que se va elevando
conforme van creciendo.
Cuando las plantas se aclimatan, pueden ser despuntadas para inducir la
ramificación para producción de "sprays".
Cuando los tallos solitarios de "estándar" o las ramas de las
plantas despuntadas ("sprays") alcanzan una altura dada (unos
35-50 cm), se les
dan días cortos (un mínimo de 12 horas de oscurecimiento), hasta una etapa
que no sea afectada por la duración del día, para inducir la floración.
Hasta este momento, las plantas deben crecer bajo condiciones de días
largos para inhibir la formación de yemas florales. Se requiere un
fotoperíodo más corto para el desarrollo de la inflorescencia del
necesario para la iniciación floral. El oscurecimiento debe aplicarse al
menos 21-28 días consecutivos, para crisantemos "estándar" y
durante un período más largo (unos 42 días) para los "spray".
Durante períodos de elevada intensidad luminosa, las flores en desarrollo
que empiecen a mostrar color se deberán sombrear para evitar las
quemaduras.
Las flores se cosechan con la longitud apropiada de tallo y el desarrollo de
inflorescencia requerido por el mercado. El desarrollo de la flor dentro de
la cama no es uniforme, y se pueden requerir de 5 a 10 días para que todas
las flores alcancen la etapa apropiada de corte (menos en verano, ya que las
temperaturas adelantan la madurez de la flor).
Para el aumento de la longitud del tallo pueden emplearse giberelinas, en
forma de giberelato potásico, a concentraciones de 1,5 a 6 ppm, de 1 a 3
días después de la plantación, repitiendo la aplicación unas tres
semanas después. Si lo que se desea es alargar el pedúnculo de los
pompones, puede pulverizarse la parte superior de la planta con ácido
giberélico, hasta el punto de saturación, 4 semanas después del inicio de
los días cortos. Si se sobrepasan las 4 semanas, pueden producirse
inflorescencias débiles, siendo el tratamiento más efectivo durante
períodos de alta energía radiante.
Con objeto de acortar el pedúnculo en los crisantemos "estándar"
puede aplicarse ácido succínico-2, 2-dimetilhidracida, justo después del
desbotonado, a 2.500 ppm en pulverización hasta el punto de saturación.
Así se reduce la división y alargamiento de las células en la zona
situada justo debajo de la inflorescencia, donde el alargamiento se produce
rápidamente cuando las florecillas se están desarrollando activamente.
Para el inicio de la raíz la hormona más utilizada es el ácido
indolbutílico (AIB) mezclado con talco (1-2 mg de AIB/g de talco), al
0,1-0,2 %.
La iniciación floral puede inhibirse con la aplicación de etileno (3-4 ppm).
La recolección
de las flores se efectúa cuando los "pétalos" exteriores se han
expandido totalmente y aún se están extendiendo los interiores. Los
"spray" se seleccionan cuando tres o más de las "flores"
superiores están en este estadio. Los tallos se quiebran cerca de la base de
la planta o se cortan con tijeras de podar. Se van haciendo ramos con los
tallos cortados y luego se colocan en un cubo de agua o se llevan directamente
al área de empaquetado. En este área se coloca la base de los tallos en agua
hirviendo durante 30 segundos, llevándolos posteriormente a cubos con agua
que contenga algún desinfectante, como puede ser la lejía.
Las flores
pueden almacenarse en frío durante dos semanas a 2-3 ºC, con los tallos en
agua, pero las flores deben estar secas y haber sido sometidas a un
tratamiento fungicida de prerrecolección.
En tiempo
cálido, las flores deben enfriarse antes del empaquetado, ya que debido a la
respiración pueden calentarse durante el transporte. También es recomendable
enfriar las cajas vacías antes del empaquetado para que estén a la misma
temperatura que las flores.
El empaquetado
de las flores puede realizarse con mangas de plástico, colocando normalmente
cinco tallos por manga, de forma que los ramos sean siempre del mismo color.
En el método tradicional, se toman flores individuales y se colocan en capas
de forma alterna a cada extremo de la caja., colocando una pieza de papel bajo
el pedicelo en la capa del fondo a ambos lados para soportar el tallo y evitar
que la flor sea aplastada o partida.