El
género Chrysanthemum pertenece a la familia de las Asteráceas o
Compuestas y engloba flores de las más antiguas cultivadas. El crisantemo que
actualmente cultivan los fruticultores es un híbrido complejo y la mayoría
de las especies de donde se han generado los cultivares actuales son
originarias de China: Chrysanthemum indicum, C, morifolium y la
maragarita Chusan (especie desconocida).
Actualmente
la mejora para la obtención de híbridos comerciales se basa tanto en la
forma y en el color como en su adaptación para la producción de flores
durante todo el año, incidiendo siempre en la calidad.
Las hojas pueden
ser lobuladas o dentadas, ligulosas o rugosas, de color variable entre el
verde claro y oscuro, recubiertas de un polvillo blanquecino que le da un
aspecto grisáceo y casi siempre aromáticas.
Lo que se conoce
como flor es realmente una inflorescencia en capítulo. Existen diversos tipos
de capítulo cultivados comercialmente, aunque, en general, esta
inflorescencia está formada por dos tipos de flores: femeninas (radiales; se
corresponden con la hilera exterior en las margaritas) y hermafroditas
(concéntricas; se corresponden con las centrales). El receptáculo es plano o
convexo y está rodeado de una envoltura de brácteas.
Según su forma
las inflorescencias se pueden clasificar en:
Sencillas:
tipo margarita. Compuestas de una o dos hileras de flores radiales y con
flores hermafroditas centrales.
Anémonas:
similares a las sencillas, pero con flores concéntricas tubulares y
alargadas. El color de las flores radiales y concéntricas puede ser el
mismo o no.
Recurvadas: en forma globular, con las flores radiales recurvadas
hacia dentro.
Reflejas: en forma redondeada con las flores radiales doblándose
hacia afuera y hacia abajo.
Araña, pluma, cuchara, hirsuta, etc.: las flores radiales se
incurvan y son tubulares, excepto en el caso de la cuchara.
Pompones: en forma globular, constituidos por flores radiales cortas
y uniformes. No presenta flores concéntricas. La Sociedad Nacional de
Crisantemos de Norteamérica, reconoce tres tamaños diferentes: a) botones
pequeños, de 4 cm o menos de diámetro; b) intermedios, de 4 a 6 cm de
diámetro; c) grandes, de 6 a 10 cm de diámetro.
Decorativas: similares a los pompones, ya que se componen
principalmente de flores radiales, aunque las hileras exteriores son más
largas que las centrales, dándole a la inflorescencia una forma plana e
irregular.
Las formaciones tipo
"estándar" se obtienen cuando se eliminan todos los botones
florales, dejando que se desarrolle una inflorescencia por tallo.
Las formaciones tipo
"spray" se obtiene cuando se elimina la inflorescencia
terminal en el momento en que el color empieza a aparecer en las flores
radiales. Dado que se trata de la inflorescencia más antigua, envejecerá
antes que las inflorescencias laterales si no se retira.
Los cultivares
pueden dividirse en dos grupos de acuerdo a su respuesta ante la temperatura
de crecimiento y la longitud del día (fotoperíodo) (Salinger, 1991):
Crisantemos de floración veraniega o temprana: aquellos que florecen
en respuesta a temperaturas cálidas, mayores o iguales a 15 ºC,
independientemente de la longitud del día (termopositivos). La temperatura
de 15 ºC es la media de las temperaturas diurna y nocturna, con
temperaturas diurnas que no excedan los 25 ºC y nocturnas superiores a 10
ºC.
Crisantemos de todo el año (AYR; All year round): aquellos que
responden al fotoperíodo, concretamente a días cortos, y en menor medida a
las temperaturas. Manipulando la longitud del día pueden obtenerse flores
en cualquier época del año. Se subdividen en grupos de respuesta, de
acuerdo con el número de semanas necesarias entre la iniciación de la yema
floral y la floración real: la mayoría de las flores para corte se
obtienen de los cultivares de 10 a 12 semanas.
Cathey
(1954) (en Kofranek, 1988) clasificó numeroso cultivares de crisantemo según
la respuesta de la floración a la temperatura:
Cultivares de termocero: muestran poca inhibición floral entre los
10 ºC y los 27 ºC. La floración se produce rápidamente a 15,5 ºC. Son
los más adecuados para la floración de todo el año.
Cultivares termopositivos:
la floración se inhibe por debajo de los
15,5 ºC. Las yemas florales se pueden iniciar pero no se desarrollan más
allá de un estado de cabezuela a bajas temperaturas. Si se mantiene la
temperatura apropiada, estos cultivares pueden utilizarse para floración
durante todo el año.
Cultivares termonegativos: la floración se inhibe por encima de los
15 ºC. Temperaturas inferiores pueden retardar (10 ºC), pero no inhiben la
iniciación. Deberán cultivarse sólamente cuando las temperaturas
nocturnas puedan ser controladas a 15,5 ºC ó ligeramente por debajo. Se
deberá evitar el cultivo en verano.