Este
tipo de invernadero se utiliza en zonas poco lluviosas, aunque no es aconsejable
su construcción. La estructura de estos invernaderos se encuentra constituida
por dos partes claramente diferenciadas, una estructura vertical y otra
horizontal:
· La estructura vertical está
constituida por soportes rígidos que se pueden diferenciar según sean
perimetrales (soportes de cerco situados en las bandas y los esquineros) o
interiores (pies derechos).
Los
pies derechos intermedios suelen estar separados unos 2 m en sentido
longitudinal y 4m en dirección transversal, aunque también se presentan
separaciones de 2x2 y 3x4.
Los
soportes perimetrales tienen una inclinación hacia el exterior de
aproximadamente 30º con respecto a la vertical y junto con los vientos que
sujetan su extremo superior sirven para tensar las cordadas de alambre de la
cubierta. Estos apoyos generalmente tienen una separación de 2 m aunque en
algunos casos se utilizan distancias de 1,5 m.
Tanto
los apoyos exteriores como interiores pueden ser rollizos de pino o eucalipto y
tubos de acero galvanizado.
· La estructura horizontal
está constituida por dos mallas de alambre galvanizado superpuestas,
implantadas manualmente de forma simultánea a la construcción del invernadero
y que sirven para portar y sujetar la lámina de plástico.
Los
invernaderos planos tienen una altura de cubierta que varía entre 2,15 y 3,5 m
y la altura de las bandas oscila entre 2 y 2,7 m. Los soportes del invernadero
se apoyan en bloques troncopiramidales prefabricados de hormigón colocados
sobre pequeños pozos de cimentación.
Las
principales ventajas de los invernaderos planos son:
· Su economía de construcción.
· Su gran adaptabilidad a la
geometría del terreno.
· Mayor resistencia al
viento.
· Aprovecha el agua de
lluvia en periodos secos.
· Presenta una gran
uniformidad luminosa.
Las
desventajas que presenta son:
· Poco volumen de aire.
· Mala ventilación.
· La instalación de
ventanas cenitales es bastante difícil.
· Demasiada especialización
en su construcción y conservación.
· Rápido envejecimiento de
la instalación.
· Poco o nada aconsejable en
los lugares lluviosos.
· Peligro de hundimiento por
las bolsas de agua de lluvia que se forman en la lámina de plástico.
· Peligro de destrucción
del plástico y de la instalación por su vulnerabilidad al viento.
· Difícil mecanización y
dificultad en las labores de cultivo por el excesivo número de postes, alambre
de los vientos, piedras de anclaje, etc.
· Poco estanco al goteo del
agua de lluvia y al aire ya que es preciso hacer orificios en el plástico para
la unión de las dos mallas con alambre, lo que favorece la proliferación de
enfermedades fúngicas.