Aunque admite una amplia gama de suelos, los más indicados son los
suelos ligeros, de textura silíceo-limosa, con buen drenaje y ricos en materia
orgánica. En suelos fuertemente arcillosos, muy calizos y demasiado salinos
vegeta deficientemente, siendo muy sensible a los encharcamientos, de forma que
un riego excesivo puede ser suficiente para dañar el cultivo, quedando la
planta de color pajizo y achaparrada.
Los valores de pH óptimos oscilan entre 6 y 7,5, aunque en suelo
enarenado s desarrolla bien con valores de hasta 8,5.
Es una de las especies hortícolas más sensibles a la salinidad tanto
del suelo como del agua de riego, sufriendo importantes mermas en la cosecha. No
obstante, el cultivo en enarenado y la aplicación del riego localizado, pueden
reducir bastante este problema, aunque con ciertas limitaciones. Actualmente se
están llevando a cabo cultivos de poroto con aguas de 2 a 2,4 mmhos.cm-1
de CE, con concentraciones de sodio y cloruros de 8 meq.l-1 y 9 meq.l-1,
respectivamente, sin apreciarse disminución en las producciones. Para conseguir
estos resultados es necesario un aporte de calcio y de magnesio más elevado de
lo normal, así como mantener un nivel de humedad lo más constante posible.
-Características
de la variedad comercial, que pueden ser de mata alta o poroto de enrame (tipo
Perona y tipo Helda, de vaina aplastada) o de mata baja (tipo Strike, de vaina
redonda).
-Mercado
de destino
-Estructura
de invernadero.
-Suelo.
-Clima,
teniendo en cuenta que las fechas de siembra más frecuentes son:
agosto-septiembre (con recolección en noviembre-diciembre-enero),
noviembre-diciembre (con recolección en marzo-abril-mayo) y febrero-marzo
(con recolección en mayo-junio-julio).
En poroto suele realizarse la siembra directa, a razón de 2-3 semillas
por golpe, que se cubrirán con 2-3 cm de tierra, o arena en suelos enarenados.
Dichas semillas deben haber sido seleccionadas adecuadamente y tratadas con
funguicidas.
Si la temperatura no es suficiente o si se desea mantener el cultivo
anterior más tiempo en el terreno, se procede a la siembra en semillero y
posterior trasplante al invernadero.
Es una práctica imprescindible en la poroto de enrame para permitir el
crecimiento vertical y la formación de una pared de vegetación homogénea.
Consiste en la colocación de un hilo, generalmente de polipropileno (rafia) que
se sujeta por un extremo al tallo y por el otro al emparrillado del invernadero.
Colocando un tutor más entre cada par de plantas, aumenta la uniformidad de la
masa foliar, mejorando la calidad y la producción.
Existen también mallas que se colocan a lo largo de las líneas de
cultivo a modo de pared, pero presentan el inconveniente de su elevado coste, así
como una mayor dificultad en las operaciones de recolección, ya que la
movilidad de la planta se ve reducida.
Se realiza en tiempo seco en plantaciones de ciclo largo cuando se
prolonga el período de recolección, eliminando las hojas más viejas, siempre
y cuando el cultivo esté bien formado, con abundante masa foliar y ya se haya
recolectado una parte importante (1,5-2,5 kg.m-2). Esta práctica
mejora la calidad y cantidad de la producción y disminuye el riesgo de
enfermedades, al mejorar la ventilación y facilitar el alcance de los
tratamientos fitosanitarios.
La recolección es la labor más costosa en cultivo de poroto, siendo de
gran importancia el momento fisiológico de recolección para aumentar el
rendimiento comercial, ya que el mercado es muy exigente y demanda frutos con
vainas tiernas (pero no demasiado), con el grano poco marcado. La frecuencia con
que se realiza eta operación oscila entre 3 y 7 días, dependiendo de la
variedad y el ciclo de cultivo.