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EL CULTIVO DE LA CHUFA    (Apartados del 3. al 6.)

1.ANTECEDENTES

2.LA PLANTA Y EL MEDIO

3.MATERIAL VEGETAL

4.FERTILIZACIÓN.

5.ALTERNATIVA.

6.RIEGOS.

7.PLAGAS.

3.Material vegetal


3.1.Variedades

En el cultivo de la chufa, los agricultores clasifican a los tubérculos en función de su forma, distinguiendo el tipo "Ametlla" (de forma aproximadamente esférica), presentando una anchura mayor que su longitud, y los del tipo "Llargueta" presentan una longitud mayor que su anchura.
Puede afirmarse que en las poblaciones valencianas de chufa a la hora de sembrar van encaminadas hacia el tipo "Ametlla".
Sembrando tubérculos del tipo "Ametlla" los resultados en la recolección son bastante impredecibles, ya que se obtienen tanto de un tipo como del otro.    En cuanto a las características que debe reunir una variedad de chufas, son las siguientes:

    • Aumento del rendimiento agrícola.
    • Ausencia de flores anticipadas.
    • Resistencia al encamado.
    • Resistencia a plagas y enfermedades.
    • Uniformidad de tamaños.
Buen almacenamiento y facilidad en el secado.

4.Fertilización. 

La chufa es un cultivo esquilmante para el terreno, y por ello debe mantenerse su fertilidad mediante el abonado. El suelo franco-arenoso en que se desarrolla el cultivo y la gran cantidad de riegos que se practican producen una lixiviación intensa de los elementos fertilizantes, en especial del nitrógeno. Además, la planta extrae en cada cosecha cantidades importantes de nitrógeno, fósforo y potasio que deben ser restituidos si no queremos empobrecer el suelo paulatinamente y obtener tubérculos malformados o desarrollos vegetativos de la planta realmente pobres.
Por todo ello, es necesario realizar un abonado suficiente y de forma adecuada a las necesidades de la planta.
Las aplicaciones de abonos orgánicos, sobre todo procedentes de estiércol de vacuno o cerdo con cama de arena, son muy necesarias en este cultivo.
El peligro del encamado precoz de la planta reduce las posibilidades de realizar un abono mineral intenso, sobre todo nitrogenado.
El cultivo precedente al de la chufa condiciona el abonado aconsejable, que debe ser menos cuantioso cuando sucede a la papa temprana, pues este cultivo es fertilizado intensamente.

5.Alternativa. 

Los criterios que deben considerarse en el momento de plantear una rotación de cultivos, considerando entre ellos a la chufa, son:

- La chufa se cultiva habitualmente como segunda cosecha, tras de otra hortaliza. Aquellos cultivos que permitan adelantar la fecha de siembra de la chufa serán muy adecuados, ya que después de ellos dará un mayor rendimiento (col, lechuga, escarola, etc). La alternativa más frecuente sitúa la chufa detrás de la papa temprana. Aunque en los últimos años, con la aparición de variedades híbridas de cebolla de ciclo más corto, se han convertido con frecuencia en el cultivo precedente.

- Son cultivos adecuados para la chufa aquellos que dejan el suelo limpio de malas hierbas, ya que éstas compiten mucho con la chufa en los primeros estadios vegetativos (Ej.: alcachofa, maní...). El problema se resuelve con la aplicación de herbicidas.

Los inconvenientes de la chufa como alternativa son: 


A. Inconvenientes del cultivo de la chufa. 

- Presenta problemas en el cultivo siguiente porque los tubérculos se quedan en el suelo al realizarse la recolección y rebrotan posteriormente. 

- Es un cultivo esquilmante, pues agota las reservas fertilizantes del suelo y en especial de materia orgánica. 

- La planta presenta un abundante sistema radicular muy superficial que compite normalmente con cualquier especie hortícila. 

B. Inconvenientes de la repetición del cultivo. 

- Presente fuertes ataques de Bactra lanceslana (barrenador) que parasita casi exclusivamente al género "Cyperus".


- Disminución de rendimiento y tamaño del tubérculo, amarilleamiento de la vegetación y aparición de floraciones anticipadas fuera de la época normal de floración.

6.Riegos. 

El cultivo de la chufa necesita un aporte hídrico elevado a lo largo de todo el ciclo que sólo se puede suministrar con el riego.
Una humedad suficiente del suelo estimula la tuberización, favorece el enraizamiento y la formación de bulbos basales y rizomas.
Es conveniente resaltar que en una Ha de terreno y en un espesor de 20-30 cm de suelo se encuentran unas 300-400.000 plantas que dan lugar a 20-30 millones de tubérculos, lo que requiere una humedad continuada y suficiente en el terreno.
La humedad del terreno debe ser en todo momento la controlada para el mejor desarrollo del cultivo, pues las plantas manifiestan desórdenes vegetativos tanto por falta como por exceso de humedad en el suelo.
La falta de humedad se detecta en la planta por la coloración oscura de las hojas, poca altura del tallo, insuficiente enraizamiento y hojas demasiado acogolladas sin desplegarse, llegando a necrosarse las puntas.
Por contra, el exceso de humedad se manifesta por una clorosis y encamado precoz, podredumbre de hojas y cuello de la planta y formación de tubérculos de tipo más alargado. 

En el ciclo vegetativo de la chufa existen unas épocas en las que el aporte hídrico debe ser perfectamente regulado por el riego. Una de ellas es los primeros momentos del ciclo vegetativo de la planta; así, el primer riego de cultivo, en las siembras de sazón, debe darse cuando la planta tenga como mínimo 15-20 cm de altura, o sea, unas 10-12 hojas (la planta alcanza este desarrollo a los 25-30 días de la plantación). Si se realiza antes, el suelo se compacta, la planta amarillea y enraíza mal. En cambio, si se retrasa, el crecimiento se atenúa, aunque no se perjudica el desarrollo posterior de las plantas. Los últimos riegos conviene retrasarlos hasta que la planta haya agostado el follaje, debiendo ser abundantes para favorecer el engorde del tubérculo. Si se produce un encamado precoz del cultivo (julio), conviene espaciar los riegos hasta 20-30 días incluso para conseguir que se refuercen los tallos y ofrezcan una mayor resistencia al vuelco.
Por el tipo de suelos de su zona de cultivo (franco-arenosos), la chufa exige un riego continuo, con turnos muy cortos para mantener la sazón.
Las fases vegetativas en que las plantas precisan de mayores aportes hídricos son: durante el ahijamiento (junio-julio) y en la tuberización (septiembre).
La chufa requiere una humedad continuada en el terreno desde junio hasta septiembre, o sea, a lo largo de todo su período de vegetación activa, con un período punta durante los meses de julio y agosto.
Los turnos de riego más recomendables pueden concretarse de la siguinte forma: 

- Junio: cada 10 días.
- Julio-agosto: cada 8 días.
- 1 de septiembre-15 de octubre: cada 10-12 días. 

El tipo y época de plantación, fisiología de la planta, condiciones climatológicas, etc., modifican estos turnos, y en la práctica el número total de riegos que se realizan al cultivo puede estimarse en 14 para las plantaciones con suelo seco y 11 en las del terreno de sazón, según el siguiente cuadro:


Número de riegos en el cultivo de la chufa:


Plantación en seco

 

- Mayo: 1 riego.
- Junio: 2 riegos.
- Julio: 4 riegos.
- Agosto: 4 riegos.
- Septiembre: 3 riegos.

TOTAL: 14 riegos

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