a) Preparación del terreno: Cuando el trigo va en regadío puede
suceder a muchos otros cultivos y, según el cultivo precedente, será
distinta la labor de preparación. Si por tratarse de sembrar sobre rastrojo
de maíz o incluso sobre un rastrojo anterior de trigo, etc., se considera
conveniente alzar el terreno a cierta profundidad, siempre hay que tener muy
en cuenta que al trigo le va mal para su nascencia que se encuentre la tierra
demasiado hueca.
Si
por las razones que sean se ha realizado una labor de alzar relativamente
profunda, habrá que tratar de dejar el terreno más apelmazado. Esto se
consigue mucho con las gradas de discos pesadas, que, aunque aparentemente
dejan el terreno muy fino y hueco, esto ocurre en algunos centímetros de la
superficie, pero debajo de esta capa superficial, dado su elevado peso, más
bien compactan.
Es
curioso observar que en las rodadas de los tractores, al regresar de la besana
sobre el terreno sembrado, la nascencia del trigo es mejor.
b) Siembra: La cantidad de semilla a emplear el trigo es siempre una
cuestión muy debatida. En España se emplean en secano desde 60 kg. Hasta 200
kg. por ha., y en regadío, desde 90 a 250 kg. por hectárea.
Sembrando
con sembradora se puede ahorrar alguna semilla, ya que es menor el número de
granos que se pierden por caer demasiado profundos.
Una
siembra temprana necesitará menos semilla que una tardía, ya que en la
primera se favorece el ahijamiento. Finalmente, un terreno bien preparado
necesitará también menos semilla que otro mal preparado.
Cuando
se siembra a mano se dice que se siembra “a voleo”. En este caso la
distribución no es regular. La siembra a chorrillo con sembradora se suele
realizar con distancias que varían algo entre líneas. Son corrientes las
sembradoras fijas que guardan una distancia entre líneas de 17 ó 18 cm.
c) Riego: No es corriente tener que regar el trigo antes del encañado.
En otoños secos puede ser necesario regar antes o después de nacer. Durante
el espigado es conveniente regar, aunque puede ser peligroso en los sitios
donde las temperaturas elevadas favorecen la roya.
Cada
vez se va extendiendo más el riego por aspersión. Cuando se riega por pie se
suele regar en tablares, con elevado coste de jornales y sin poder evitar
causar algún daño físico al cultivo.
d) Recolección: Actualmente todo el trigo se recoge con cosechadora
autopropulsada. El trigo recolectado con cosechadora suele salir
suficientemente limpio para su entrega. No obstante, aunque su humedad, sobre
todo en zonas poco húmedas, no suele exceder del 11%, es conveniente dejar el
trigo en la era en montones para que se solee durante varios días. Es
evidente que esta práctica es propia de las comarcas en que son poco
frecuentes las lluvias en el verano.
Solear
el trigo es especialmente interesante cuando se va a almacenar y no se entrega
inmediatamente, pues si no se guarda muy seco aumenta el riesgo de los ataques
de gorgojo.
En
cuanto al almacenaje, debe tenerse en cuenta que los almacenes deben ser secos
y muy bien ventilados, procurando que las ventanas expuestas a los vientos que
pueden acarrear lluvias estén acondicionadas de manera que no penetre la
lluvia y puedan permanecer abiertas. Las ventanas deben cubrirse con malla que
impida la entrada de roedores.
-Chinches del trigo: Paulilla, garrapatillo o sampedrito (géneros
Aelia y Eurygaster).
Estas
grandes chinches atacan a las espigas clavando su pico en el grano, que
arrugan y deforman. Más que por la disminución de cosecha que producen,
los daños que ocasionan son porque su pico emite unos enzimas que
destruyen el gluten y dan origen a harinas de inferior calidad.
Entre
los medios de lucha da buen resultado el Dimetoato (Rogor 40) en dosis de
2 litros por ha, cuando los ataques de paulilla coinciden con los de pulgón.
Por avión debe emplearse de 50 a 60 litros por ha de agua, para mojar
bien.
También
es empleado por avión el Malathión, usado normalmente en ultrabajo
volumen (U.L.V). Se emplea a razón de 1,5 litros por ha. El Malathión
puede emplearse también por procedimiento terrestre en espolvoreo usando
Malathión 4% a 25 kg. por ha.
Otros
productos empleados son el Triclorfón, el Carvaril, el Alfacipermetrin y
el Tau Fluvalinato.
-Pulgones:
Los
pulgones, también conocidos por los agricultores con el nombre de
“piojillos”, son insectos chupadores, con un largo pico que clavan en la
planta, absorbiendo sus jugos. Pertenecen a la familia
Aphidae, por lo que se les conoce con el nombre de áfidos.
La
mariquita, llamada también vaquita de San Antón en algunos lugares, se
alimentan de las larvas y de los adultos de los pulgones. Muchos
agricultores, al ver coincidir la mariquita con el líquido segregado por
los pulgones, creen que es debido a ella, y lo consideran como insecto
nocivo, cuando en realidad es claramente beneficioso. Otro enemigo de los
pulgones es el Neuróptero Chrysopa
vulgaris, cuya larva devora cientos de pulgones. Tambien son insectos
parásitos de los pulgones algunos dípteros y, sobre todo, unas avispitas
(Himenópteros), que viven en su estado de larva en el interior de los
pulgones.
Al
trigo le atacan los pulgones, haciéndolo en las hojas y, sobre todo, en las
espigas una vez salidas del “zurrón”, causando daños en la producción
de grano cuando son abundantes.
Se
suele tratar al pulgón con Dimetoato (Rogor 40) usando generalmente para el
tratamiento el avión, el Malathión, el Dioxacarbo Elocrom, el Tiometón o
el Fentoato.
También
son útiles contra los pulgones el Alfacipermetrín, Carvaril+Dimetoato y
Carvaril+Lindano.
-Hetrodera Avenae:
El trigo y los demás cereales de invierno
pueden verse afectados por varias especies de Nematodos entre la que destaca esta especie.
Los
ataques de Nematodos suelen presentarse en rodales, tomando las hojas del
trigo un color atabacado. Los ataques pueden confundirse con el pulgón de
raiz o con encharcamientos, pues los síntomas son parecidos.
La
lucha es difícil, pues los nematicidas resultan caros para este tipo de
cultivos extensivos. Sólo son recomendables medios indirectos como:
No
repetir trigo sobre trigo.
Si
el ataque ha sido fuerte, esperar a repetir el trigo dos años.
Son
hongos del género Puccinia, que ocasionan unas pústulas en las hojas y las espigas de
los cereales. En las hojas, las pústulas perjudican la asimilación y
perturban el metabolismo, con lo que el rendimiento disminuye. En el tallo
afectan a los vasos conductores, disminuyendo el transporte de savia. El
grano queda pequeño y rugoso.
Las
pústulas que ocasionan son origen de un gran número de esporas, que son
transportadas por el viento y originan la propagación de la enfermedad.
Entre
las royas más importantes se encuentran la Roya amarilla, producida por
el hongo Puccinia striiformis,
la Roya de la hoja, producida por Puccinia
recondita y la Roya del tallo, producida por Puccinia graminis.
La
defensa contra las royas es el cultivo de variedades resistentes a ella.
No obstante, en caso de años de enfermedad, pueden ser útiles económicamente
algunos fungicidas como triadimefón y butrizol.
-Oidio
(Erysiphe graminis):
La
enfermedad se manifiesta por la aparición del micelio, que toma forma de
una borra blanca, que al final toma una tonalidad gris y aparecen pequeños
puntos negros (peritecas). La enfermedad tiene lugar sobre todo cuando
alternan días húmedos con cálidos.
Entre
los productos que se pueden utilizar en el control del oidio podemos
citar: Ciproconazol, Diniconazol, Etirimol, Pirazofos y Triadimenol entre
otros.
También
se utiliza para la prevención del oidio el azufre, que resulta muy económico.
-Caries
o tizón del trigo:
También
llamado niebla. Es un hongo del grupo de los Basidiomicetos, del género
Tilletia. Los granos enfermos contienen en su interior un polvillo
negruzco, constituido por numerosísimas esporas del hongo. Estos granos
atacados suelen ser más pequeños y redondos que los granos normales.
El
interior del grano queda destruido y sólo subsiste la envoltura externa.
Las espigas atacadas son más erectas que las sanas, debido a que el grano
no pesa.
Para
combatir el tizón lo mejor es desinfectar previamente la semilla con un
producto llamado “Vitavax”, cuya materia activa es la carboxina o
carboxina+tiram. Otro bastante empleado es el maneb+metilpirimifos, aunque
son muchos más los productos empleados.
Las
heladas originan un movimiento del agua desde el interior hacia el exterior de
las células, yendo a ocupar los meatos intercelulares, donde se hiela y
transforma en cristales. En consecuencia, se produce una deshidratación de la
célula, que puede llegar a producir una congelación del protoplasma. Es
claro que el perjuicio de las heladas será tanto menor cuanto mayor sea la
concentración celular y más rico sea el protoplasma en agua.
La
fertilización influye sobre la resistencia al frío, al aumentar la
concentración del jugo celular, elevando la presión osmótica y retardando
la emigración de agua fuera de las células. El ión potasio, que favorece la
asimilación clorofílica y, por tanto, la formación de azúcares, y que es
absorbido fácilmente por la permeabilidad selectiva de la membrana celular,
tiene a este respecto un papel preponderante.
-Accidentes
debidos a exceso de humedad:
Un
exceso de humedad provoca la asfixia de las raíces y esta asfixia puede
favorecer, además, el desarrollo de gérmenes anaeróbios causantes de
podredumbre. Por otra parte, muchos microorganismos aerobios que intervienen
en la nitrificación mueren por falta de oxígeno.
El
exceso de humedad perjudica notablemente en los terrenos arcillosos, hasta el
punto de que los años buenos de trigo suelen coincidir con los inviernos
secos, siempre que la primavera sea lluviosa.
-Accidentes
debidos al calor:
En
lugares donde azotan con frecuencia vientos fuertes y secos, el riesgo de
asurado se hace especialmente importante, hasta el punto de que se haga
imposible el cultivo del trigo.
-Encamado:
El
encamado es tan importante en zonas fértiles que tan sólo se pueden sembrar
variedades que no sean propensas a este riesgo, tanto por su tamaño como por
la resistencia del tallo.
El
encamado es más frecuente en terrenos de regadío que en los de secano y, por
tanto, en esta forma de cultivo presenta un problema muy a tener en cuenta,
por lo que hay que buscar siempre variedades resistentes, sobre todo en
terrenos fértiles.
-Corrimiento
de la flor:
Generalmente
es debido a ausencia de fecundación. A veces es debido a no existir un
equilibrio de los tres elementos principales NPK.