El
trigo, como los demás cereales, es una planta monocotiledónea perteneciente
a la familia de las gramíneas. Actualmente, los trigos duros o cristalinos se
clasifican botánicamente como Triticum
turgidum, subespecie durum, y los harineros como Triticum aestivum, subespecie vulgaris.
Sistema
radicular: El trigo tiene raíces
fasciculadas.
El mayor o menor desarrollo de las raíces es función de muchas variables,
tales como la textura del terreno, la situación de la capa freática, la época
de la siembra, la mayor o menor cantidad de lluvia caída en las primeras
fases de su desarrollo, la variedad, etc.
El
50% de la raíces está comprendido entre 0 y 25 cm de profundidad y el resto
puede llegar hasta un metro, y en suelos sueltos hasta 1,50 m.
Tallo:
Al comienzo de la fase vegetativa, el tallo se halla dentro de una masa
celular que constituye el nudo de ahijamiento. Este tallo presenta brotes
axilares, de los que se originan los tallos hijos.
El
tallo se alarga durante el encañado y lleva 7 u 8 hojas envainadoras a lo
largo de la longitud de un entrenudo
En
casi todas las variedades, el tallo, que es al principio macizo, se vuelve
después hueco, salvo en los nudos donde permanece macizo.
Hojas:
Las hojas son cintiformes, paralelinervias y terminadas en punta.
Espiga:
La espiga se forma en el brote terminal del nudo del ahijamiento. Cuando
termina el ahijamiento comienza a elevarse en el tallo, a la vez que este último
se alarga en la fase de encañado.
Al
terminar el desarrollo del tallo aparece la espiga, envuelta en la última
hoja. Cuando esto ocurre decimos que está el trigo en fase de espigado.
La
espiga está constituida por un eje llamado raquis, que lleva insertas las
espiguillas alternativamente a derecha e izquierda. Estas espiguillas están
unidas directamente al raquis. Su número puede llegar hasta 25 y se recubren
unas a otras.
Cada
espiguilla contiene varias flores. Está compuesta de dos brácteas o glumas.
Por encima de ellas, e inserta sobre un pedúnculo, se encuentra la bráctea
inferior, que posee en su axila una flor, la cual lleva a su vez otra bráctea
superior. Estas brácteas se denominan glumillas o glumelas.
El
número de flores fértiles que contiene cada espiguilla depende de la
variedad y del estado en que se ha desarrollado el trigo, pero suele variar de
2 a 5.
El
trigo es planta autógama, es decir, que la fecundación de la flor tiene
lugar antes que su apertura. Cuando las antenas aparecen al exterior, ya la
flor está fecundada.
Por
ser planta autógama, cada variedad de trigo conserva sus características
agronómicas de forma notablemente constante.
La
flor da lugar a un fruto único, denominado grano, que lleva un embrión o
germen junto a la sustancia de reserva.
La
integral térmica del trigo es muy variable según la variedad de que se
trate. Como ideal puede decirse que los trigos de otoño tienen una integral térmica
comprendida entre los 1.850 ºC y 2.375 ºC.
La
temperatura no debe ser demasiado fría en invierno, pero no estando el trigo
muy desarrollado cuando lleguen las heladas, éstas tienen un efecto
beneficioso en el desarrollo de las raíces. Son perniciosas las temperaturas
elevadas en primavera y al final de la maduración, cuando se puede producir
el asurado, sobre todo si la cantidad total de lluvia caída durante el ciclo
ha sido escasa y especialmente si lo han sido las lluvias de primavera.
El
coeficiente de transpiración del trigo es de 450 a 550, es decir, que se
necesitan de 450 a 550 litros de agua para elaborar 1 kg. de materia seca.
Se
ha demostrado en años secos que un trigo puede desarrollarse bien con 300 ó
400 mm de lluvia, siempre que la distribución de esta lluvia sea buena, es
decir, escasa en invierno y más abundante en primavera.
En
las tierras arenosas es más importante que en las arcillosas que la lluvia se
distribuya regularmente en la primavera, ya que, como hemos dicho, hay en aquéllas
muy poca capacidad de retención del agua.
El
trigo es planta que necesita luz y, por otra parte, sabemos que el ahijamiento
se realiza con un determinado valor del fotoperiodismo, que es diferente según
las variedades.
Es
importante que las tierras donde se cultiva el trigo sean profundas, para que
haya un amplio desarrollo del sistema radicular. Las tierras arcillosas tienen
el inconveniente de que por su poca permeabilidad, conservan mucha humedad en
inviernos lluviosos. Las arenosas, en cambio, requieren mucha lluvia de
primavera, dada su poca capacidad de retención. En general, serán mejores en
secano las tierras que tengan capacidad de retención, pero que, a la vez,
tengan un drenaje bueno.
En
el ciclo vegetativo del trigo se distinguen tres períodos:
-Período vegetativo, que comprende desde la siembra hasta el comienzo
del encañado.
-Período de reproducción, desde el encañado hasta la terminación
del espigado.
-Período de maduración, que comprende desde el final del espigado
hasta el momento de la recolección.
Germinación:La facultad germinativa del trigo se mantiene durante un período de 4 a 10 años, aunque prácticamente la duración del período de utilización no debe sobrepasar los dos años, ya que, a medida que pasa el tiempo, disminuye la capacidad germinativa. La humedad del trigo no debe sobrepasar el 11%. Cuando se sobrepasa este porcentaje de humedad la conservación del grano se hace difícil.A
partir del momento en que se han desarrollado las jóvenes raíces primarias,
la planta puede ya alimentarse por sí misma a expensas de las soluciones del
suelo, una vez que se agoten las reservas del grano. El coleóptilo sirve de
protección a al plúmula al tener que perforar ésta la capa superficial del
suelo; en el momento que ha alcanx¡zado la superficie, la primera hoja
perfora el coleóptilo, que comienza a amarillear y a desecarse. En este
instante se han desarrollado ya tres raíces primarias.
La
temperatura óptima de germinación es de 20-25 ºC
Ahijamiento:Esto ocurre cuando va a aparecer la cuarta hoja y el nudo de ahijamiento se engruesa. Esto se puede considerar como si estuvieran 4 ó 5 nudos juntos, a cada uno de los cuales corresponde una hoja. En la axila de cada una de esas hojas surge una yema axilar que da nacimiento a un tallo secundario. Posteriormente, las raíces secundarias rompen la base del nudo de ahijamiento y éste se alarga. A medida que las raíces secundarias se desarrollan, dejan de crecer las primarias y toman una coloración parda.El
poder de ahijamiento es un carácter varietal, pero, a parte de la variedad,
depende de la importancia del abonado nitrogenado, de la fecha de siembra y de
la temperatura, que condiciona la duración del período de ahijamiento.
Encañado:Cuando se llega a la fase de encañado, un determinado número de tallos herbáceos se transforma en tallos rematados por espigas, mientras que otros se retrasan en su crecimiento, se detienen e incluso pueden llegar a retroceder en el mismo.En
el momento del encañado el crecimiento requiere unas necesidades elevadas de
elementos fertilizantes y, particularmente, en nitrógeno, necesario para la
formación de las nucleoproteínas de los núcleos de las células jóvenes.
Por esta necesidad de elementos fertilizantes, y sobre todo de nitrógeno, se
le denomina a éste, segundo período crítico, siendo el primero el de
ahijamiento.
Espigado:El crecimiento de las plantas en la fase de espigado es máximo. Se estima que las plantas elaboran las ¾ partes de su materia seca total entre el ahijamiento y la floración.
Maduración:El período de maduración es la última fase del período vegetativo y corresponde a la acumulación de almidón en el grano. Este almidón procede de la fotosíntesis que prosigue aún en las últimas hojas y en la espiga. Por otra parte se produce un movimiento de los glúcidos y de las proteínas hacia la espiga. Si las temperaturas son muy elevadas y el viento fuerte y seco, la movilización de los últimos recursos de agua disponible para la emigración de glúcidos y prótidos se perjudica y ocurre el fenómeno del asurado, quedando los granos arrugados por no poder acumular el máximo de reservas.El
peso del hl de grano suele variar entre 76 y 82 kg. En algún caso muy
excepcional hemos llegado a ver trigos con 86 kg. por hl.