El
grado de intensificación del cultivo dependerá del tipo de producto (madera
o fruto) a conseguir:
En
plantaciones extensivas requieren una densidad de 70 a 90 árboles por
hectárea a un marco que puede variar de 10 x 12 m a 12 x 12 m. Este tipo de
plantaciones están destinadas a un aprovechamiento mixto de fruto y madera.
Las
plantas muy intensivas, destinadas a la producción de frutos, requieren una
fuerte densidad de árboles (150-200 árboles/ha), a un marco de 7 x 7 m o de
8 x 8 m. Se pretende conseguir un máximo de producción en un tiempo muy
corto.
Las
plantaciones intensivas requieren una densidad de 100 a 140 árboles por
hectárea a un marco que varía entre los 9 x 8 m a los 10 x 10 m. Estos
marcos permiten un buen desarrollo y producción de los árboles.
La
práctica correcta del riego es fundamental para obtener un desarrollo rápido
y homogéneo del árbol y la obtención de una producción importante de nuez
de calibre regular. El tamaño de la nuez dependerá de
las disponibilidades de agua durante las seis semanas que siguen a la
floración.
En
producciones intensivas el árbol no debe sufrir escasez de agua durante la
formación del fruto ni durante el engrosamiento del mismo. Esto tiene ligar
durante Mayo a Julio y el aporte de agua será de 40 a 50 m3/ha y día. Cuando
lignifique la cáscara (agosto y septiembre) las necesidades serán de unos 30
a 35 m3/ha y día.
Se
realizará un abonado de fondo antes de la plantación en función del análisis
de suelo realizado previamente para determinar la composición y carencia de
nutrientes del mismo. El nogal es muy exigente en
nitrógeno y más moderado en cuanto a fósforo y potasio.
En
suelos muy ácidos se añadirá cal en dosis moderadas con el fin de evitar el
bloqueo de otros elementos, en función del pH y textura del suelo.
A
parte del abonado de fondo, es preciso fertilizar con regularidad para obtener
una buena producción de nueces. En la tabla siguiente se resumen las
cantidades recomendadas de fertilizante para una explotación intensiva de
nogal:
Es un lepidóptero (Laspeyresia
pomonella) cuya larva parasita la nuez realizando distintas galerías. la
mariposa deposita los huevos sobre las hojas y frutos a finales de mayo o
principios de junio. Las orugas colonizan los frutos donde se desarrollan y
provocan daños que devalúan el producto comercialmente.
Su control se realiza
a base de insecticidas como fosalón, fentión, etc. en tratamientos a
mediados de junio y hasta que la cáscara de la nuez esté lignificada.
8.2. Zeuzera.
Las orugas de
este lepidóptero noctuido realizan galerías en la madera de los
árboles jóvenes. Los primeros ataques se centran en las hojas y en la madera
de las ramas jóvenes. Pueden provocar la muerte del árbol y la rotura de las
ramas afectadas.
Su control es
químico mediante parathión, metil-azinfos, etc. antes de que penetre en la
madera. Si la oruga ya ha realizado la galería se puede emplear un alambre o
taponar la entrada con algodón empapado en sulfuro de carbono.
8.3. Pulgones.
Destacan Callaphis
juglandis y Chromaphis juglandicola. El primero pica el haz de la
hoja y el segundo se encuentra en el envés de la misma. No ocasionan daños
importantes y su control es mediante insecticidas sistémicos (dimetoato) o de
contacto (dioxacarb, pirimicarb).
Provocada
por el hongo Phytophthora cinnamoni se presenta en suelos ácidos. El
hongo se instala en las raíces sanas provocando lesiones e incluso su
destrucción. Estas lesiones pueden alcanzar la zona del cuello y extenderse
alrededor del tronco, ocasionando la muerte del árbol. las partes atacadas se
pudren apareciendo una supuración negra o tinta en la base del tronco. La
debilidad en el vigor de los árboles, el secado de la punta de las ramas y la
caída prematura de hojas, son síntomas indicadores de que el árbol está
atacado por este hongo.
9.1.2.
Podredumbre.
Está
provocada por el hongo Armillaria mellea. El micelio de este hongo penetra
bajo la corteza de la raíz del nogal produciendo un líquido amarillento.
Ocasiona muerte de los tejidos de las raíces, apareciendo bajo su corteza un
micelio blanco. Los síntomas de esta enfermedad son un amarilleamiento de las
hojas, baja producción de fruto y de pequeño calibre y secado de las ramas.
El
tratamiento de las enfermedades del sistema radicular en el nogal es difícil
pudiéndose emplear productos como el captan y el maneb en dosis de 100 gr/m2.
Otro método de control es descubrir las raíces afectadas , rascar las partes
enfermas y enterrarlas, aplicando a su vez un fungicida o antichancro.
También se pueden emplear patrones resistentes a estas enfermedades como J.
regia o J. nigra, pero no otorgan una protección
completa.
9.2.
Enfermedades del FOLLAJE Y DE LOS FRUTOS.
9.2.1.
Bacteriorsis
El nogal es una
especie sensible a la bacteriosis. Está provocada por las bacterias del
género Xanthomonas (X. juglandis) y se manifiesta en
condiciones de precipitaciones abundantes y temperaturas de suaves a elevadas
(por encima de los 15 ºC). Afecta a hojas, yemas y frutos, pudiendo reducir
la cosecha a la mitad. Los momentos más propicios para su ataque son
los comprendidos entre la floración y la fecundación, además del período
de máxima actividad vegetativa (mayo-junio).
Los frutos afectados
presentan unas manchas oscuras que pueden alcanzar algunos centímetros
cuadrados de superficie y que tienen un centro agrietado. Sobre las hojas
aparecen unas manchas negras que se sitúan en los brotes, dándole a la hoja
forma de cuchara. Los brotes atacados presentan unos chancros agrietados, en
donde hibernan las bacterias, pudiendo rodear y secar la rama. Estos chancros
serán fuente de inóculo de futuras infecciones.
9.2.2. Antracnosis
La produce el hongo Gnomonia
leptsostyla y su desarrollo es favorecido por un tiempo húmedo y fresco.
En las hojas produce manchas circulares de color oscuro, rodeadas de un halo
amarillo. Las manchas van creciendo hasta invadir todo el limbo, provocando el
secado y la caída de la hoja. En la corteza del árbol produce unas manchas
de color intenso que sólo afectan a la superficie.
El control de estas enfermedades se
puede realizar con productos derivados del cobre con dosis que oscilan entre
los 150 y 250 gramos de cobre por hectolitro de agua. También se emplea maneb
con dosis de 200 gramos por hectolitro de agua.
Las nueces son los frutos más ricos
en aceite que se conocen. El aceite que se extrae tiene un sabor dulce y
agradable. Los subproductos procedentes de la extracción se emplean para la
alimentación animal y como base de productos químicos en la fabricación de
pinturas y esmaltes. La medicina utiliza las hojas y cocones en decocción
como astringentes, vermífugos y contra la ictericia. Las raíces, la corteza
y el cocón de los frutos se utilizan en tintorería para obtener un tinte
pardo indeleble.
Las almendras contenidas en la
cáscara se comen también verdes y secas; se utilizan para componer
emulsiones, forman parte de confituras, etc. Con el cocón se prepara nuecino,
licor al que se le atribuyen propiedades febrífugas.
En el nogal destaca su madera ya que
es una de las mejores de Europa, dura, bastante fuerte, ligeramente venosa y
susceptible de bellísimo pulimento.
Después de la recolección el fruto
sufre una serie de tratamientos que se pueden resumir en:
Lavado y destrío del fruto. Mediante
una descortezadora se separan los cocones de la nuez. La nuez se somete
a un lavado con agua corriente y seguidamente se realiza un destrío de
ramillas, piedras, nueces defectuosas, cortezas, etc.
Secado. Con él se consigue reducir
el contenido de humedad del fruto desde un 30-45 % hasta un 12-15 %. El
secado puede ser natural mediante la exposición al sol de las nueces o
artificial mediante el empleo de una corriente de aire caliente en secaderos.
Calibrado. Su objetivo es conseguir
lotes homogéneos de nueces, para ello se emplean calibradoras de cilindro
giratorio.
Blanqueado. Las nueces de primera
y segunda calidad se someten después del secado a un blanqueamiento superficial
mediante un baño de en una disolución de hipoclorito sódico. Con ello
se consigue aportar a la nuez un color más homogéneo y natural, libre
de manchas negruzcas.
Almacenamiento. Una vez secada
la nuez puede conservarse en silos durante 5-6 meses a una temperatura
de 7 a 10 ºC.
Empaque y venta. La nuez sale al
mercado en grandes sacos de 25 ó 50 Kg. o en fracciones pequeñas de bolsas
de medio kilogramo.