Con el empleo de
portainjertos es posible extender las variedades más interesantes sobre
portainjertos adaptados y conseguir precocidad en la entrada en
fructificación. Como portainjertos se emplean dentro del género Juglans
tres grandes grupos:
Nogal
común: Juglans regia L.
Nogales
europeos: Juglans nigra L., J. hindsii Jeps., J.
californica Watson, J. major Heller y J. ruspetris
Engelm.
Nogales
grises y nogales blancos: Juglans cinerea L., J. sieboldiana
Mazim, J.cordifornis Maxim, J. stenocarpa Maxim,
J. catayensis Dode y J. mandshurica Maxim.
El mejor
portainjertos para el nogal ha sido el nogal negro del norte de California, J.
hindsii Jeps., ya que forma una excelente unión al injertarlo, muestra
cierta resistencia al hongo de la raíz del roble (Armillaria), es
aparentemente resistente al nematodo Heterodera marioni y al nematodo Cacopaurus
pestis, pero puede ser dañado por el Pratylenchus pratensis. Es
susceptible a la podredumbre del pie.
las plantas del
nogal europeo se emplean como pies en el sur de California, son vigorosas,
pero susceptibles al hongo del pie y a los suelos con álcalis; se injertan
bien, formando una unión perfecta; son más resistentes a la podredumbre del
pie y de las raíces; pero más susceptibles de ser dañadas por las lesiones
de nematodos a las raíces que el nogal negro del norte de California.
Es
preciso preparar el suelo antes de la plantación. En suelos profundos bastará
con un desfonde de unos 0,6 m. Si el suelo es superficial y el subsuelo no
facilita el desarrollo de las raíces entonces se efectuará un subsolado en dos
o más pasadas cruzadas. Estas labores se realizarán con el terreno seco y
varios meses antes de la plantación.
En
las labores de riego y suelos muy arcillosos es preciso evitar que el agua quede
encharcada, por lo que se realizará el movimiento de tierras oportuno.
La
plantación se realizará durante el reposo vegetativo (en otoño, después de
la caída de las hojas) en hoyos de dimensiones 0,60 x 0,60 x 0,40 para que
permitan una buena disposición de las raíces. Es importante que el pivote
principal de las raíces no sufra daños ya que entonces facilitaría el
desarrollo de parásitos y el debilitamiento de la planta. El punto de injerto
quedará sobre la superficie. Los hoyos se taparán con tierra fina y aireada.
Será preciso un riego post-plantación de 40 a 50 litros/árbol.
Con
una escarda periódica se evita la concurrencia de vegetación espontánea, se
mantiene la humedad del suelo y se obliga a las raicillas a profundizar.
En
plantaciones jóvenes es común el empleo de trozos de plástico negro
alrededor del tronco con el fin de mantener la humedad, eliminar la invasión
de vegetación espontánea y provocar una brotación más rápida y fuerte
debido a que el plástico acelera el calentamiento del suelo.
El
nogal es muy sensible a las labores profundas por lo que las labores
superficiales serán ligeras mediante pases cruzados de cultivador de discos
para evitar daños a las raíces superficiales del árbol.
En
plantaciones en producción es posible dejar el suelo con hierba o sembrar
algún cultivo como raygras, veza o habas que será enterrado posteriormente
obteniendo así un abonado que mejora la estructura del suelo y enriquece en
materia orgánica y en nitrógeno.
Si
se prefiere la escarda química se realizará en bandas más o menos anchas a
lo largo de las hileras de los árboles. Los productos más empleados son
paracuat, dicuat, simazina, aminotriazol o diuron.
Los objetivos de la
poda del nogal son controlar el tamaño de los árboles, mantener el vigor y
la producción en ramos fructíferos, sustituir las ramas viejas menos
productivas por otras de renuevo y eliminar las ramas agotadas, secas o mal
situadas con el fin de que la luz llegue a todas las partes del árbol. La
mejor época de poda es el periodo que transcurre desde la recolección de la
nuez hasta la caída de las hojas.
4.3.1.
Poda de formación.
Se realizan podas en
vaso ya que proporcionan copas de mayor rendimiento y menor altura,
permitiendo una mejor aireación de la masa vegetal y un árbol más manejable
en cuanto a la realización de la poda, tratamiento y recolección.
4.3.2.
Poda de fructificación.
Su objetivo es
rebajar las guías para que los árboles no se alarguen excesivamente, aclarar
los centros, eliminando aquellas ramas mal situadas y entrecruzadas que
impiden una correcta aireación e iluminación de la copa del árbol, con el
objeto de desarrollar una mayor fructificación en esa región. En variedades
con abundante producción en ramas laterales habrá que eliminar algunas de
ellas ya que a medida que la planta envejece, tiende a fructificar solamente
en la periferia, quedando el centro de la copa más o menos sombreado.
Los nogales se
propagan en los viveros por injerto de púa y por yemas.
El injerto por yema sobre el nogal negro se hace para que quede una corta sección de
tronco de éste, lo que disminuye el peligro de quemaduras por el sol y la
entrada del hongo de la raíz de roble.
Cuando el tronco
tiene unos 2,5 cm de altura se descalza con una azada unos 5 a 10 cm y la púa
se injerta en el pie debajo del nivel del terreno. Se ata bien, se cubre con
emulsión asfáltica y se vuelve a cubrir con tierra esta región. Las plantas
así injertadas en el vivero se mantienen un año más formando un eje
central, sin laterales, que se ata a una estaca de 2,5 a 5 cm por 2,4 m de
alto.
El injerto de
parche puede emplearse en plantas de vivero de crecimiento rápido de un año
de edad. Conviene premadurar las yemas, quitando las hojas a la rama, dejando
el raquis adherido, 10 días antes de sacar las yemas. Pueden usarse bandas
plásticas o de goma para atar la yema firmemente al pie.
4.4.2.
Propagación por semilla.
Aunque no es muy
empleado se eligen las nueces de un árbol bien conocido por su adaptabilidad
a la región en la cual se cultiva y por la calidad de su producto. De las
nueces se eligen las que han madurado las primeras y una vez despojadas del
cocón se estratifican en arena, para más tarde macerarlas y que se abra la
cáscara. Se colocarán de dos a tres semillas por hoyo en viveros
durante dos años hasta la aparición del pie.
La
nuez cae del árbol por su propio peso o vareándola y luego su recogida es
manual. Es un sistema tradicional muy empleado en zonas con plantaciones
irregulares y pequeñas donde no es rentable emplear la recolección
mecanizada. la recolección se realiza desde finales de septiembre a finales
de octubre y se debe evitar que la nuez quede sobre el terreno más de tres
días para evitar un posible ennegrecimiento de la cáscara.
4.5.2.
Recolección mecanizada.
Es
propia de las grandes zonas productoras como Estados Unidos y Francia. Con
este sistema de recolección se consiguen reducir los grandes costos de mano
de obra de la recolección manual, que a veces llega hasta el 40-45 % de los
costos totales.
En
la recolección mecanizada se emplean aparatos como el sacudidor o vibrador
mecánico con el que se consiguen sacudir entre 60 y 80 árboles por hora,
desprendiendo el 90-95 % de las nueces del árbol. La nuez cae sobre una lona
o malla para facilitar su transporte.
Este
sistema de recolección tiene ventajas e inconvenientes. Como ventajas
destacan el ahorro de mano de obra y el tiempo destinado a la recogida,
reduciendo su coste hasta un 80 %. La nuez no permanece en el suelo y se
disminuye el peligro de deterioro de la misma. Como inconvenientes hay que
preparar el suelo previamente, llegándose incluso a recoger impurezas
(cortezas, piedras, etc.) junto a las nueces.
Los grados comerciales
se establecen en función del porcentaje de semillas comestibles, color de
la semilla y apariencia de la cáscara.