La higuera tolera bien las altas y las bajas
temperaturas vegetando con normalidad. Se encuentran higueras en coma o
regiones muy variadas, de climas diversos. Sin embargo cultivo comercial de
la higuera requiere unas condiciones cl ticas específicas. Los frutos de
mayor valor en el mercado las brevas y éstas varían muchísimo de precio
entre ser tempranas o tardías. Por otra parte, la humedad excesiva y las
lluvias frecuentes perjudican enormemente la calidad de los frutos. ello el
cultivo de la higuera, principalmente la brevera, sólo reviste interés en
zonas de clima benigno en invierno y caluroso en verano, con precipitaciones
escasas, es decir, clima mediterráneo cálido y seco. Es uno de los árboles
más resistentes a la sequía. Cuando ésta es intensa permanece en estado
de reposo desarrollando pocas hojas y no dando frutos.
Es muy poco exigente en suelos (crece en los
pedregosos y áridos), pero para dar cosecha de calidad los requiere con
alto contenido en calcio y que no sean demasiado húmedos. Es árbol muy
sensible a la podredumbre radicular.
Se reproduce por acodo y esqueje, enraizando fácilmente.
Su multiplicación es muy sencilla partiendo
de estacas. Por ello, en la práctica, los agricultores no suelen comprar
barbados a los viveros, sino que plantan directamente con estacas ramificadas
que obtienen de sus mismos árboles, eligiendo las higueras mejores, de la
variedad que desean reproducir. Es preferible sacar las estacas de ramas
laterales ya que las centrales (chupones) originan higueras con excesivo
vigor que perjudicaría la normal fructificación. Cuanto más grandes son
las estacas empleadas, más rápidamente se desarrollarán las higueras y
por tanto en menos tiempo se obtendrán producciones.
La
época normal de plantación es durante todo el mes de enero. Los marcos
empleados son muy variables. En cultivo extensivo, marco real de 8 x 8 y
actualmente, en cultivo intensivo con marcos de 5 x 5 o aún más intensos
si se ponen higueras sólo, ya que lo más frecuente es asociar este cultivo
con almendros o granados. La tendencia actual es plantar espeso, con mayor
número de árboles por unidad de superficie, con el fin de lograr mayores
producciones unitarias, con más facilidad de recolección al ser los árboles
más pequeños de copa. No obstante sigue habiendo muchos árboles en
hileras, puestos en los márgenes de los bancales dedicados a otros
cultivos, con portes elevados al estar en marcos anchos y beneficiarse de
operaciones culturales que se prodigan a los cultivos básicos, tales como cítricos,
almendros u hortícolas diversos.
La plantación se realiza en hoyos de forma
rectangular de 1 m. de largo y 0,40 m. de ancho, con una profundidad de 0,50
m. Las estacas se colocan inclinadas o curvadas en forma de L, sobresaliendo
de 15 a 20 cm. del terreno. Suele abrigarse con tierra la parte que asoma,
colocando unas señales que indiquen donde están plantadas las higueras
para reconocimiento fácil de los operarios que tengan que cultivar el
terreno. También hay que rodear los troncos salientes de las plantas jóvenes
con piteras, pajas, etc., a fin de evitar fríos, insolaciones, daños por
animales, etc.
En bancales grandes es recomendable, por
economía de la plantación, realizar la misma en surcos profundos abiertos
con vertedera arrastrada por tractor, separados entre sí el marco
previamente establecido. La práctica de plantar es idéntica que cuando se
realiza en hoyos.
La práctica del injerto sólo puede tener algún
interés para cambiar de variedad las higueras ya establecidas. Para ello en
el invierno se desmochan las higueras por encima de la cruz. En la primavera
salen fuertes chupones que pueden ser injertados en junio de ese mismo año
o del siguiente de yema, bien de escudete, bien con chapa o placa. El
injerto es, no obstante, muy poco frecuente, ya que la higuera tiene un
crecimiento tan rápido que mejor que cambiar de variedad por injerto es
aconsejable volver a plantar con estacas la variedad que se desee.
Es una especie frutal que requiere pocas podas
y aclareos. Las higueras sueltas o «marginales» apenas
si se podan. Solamente se le cortan las ramas secas o estropeadas.
En las plantaciones regulares o uniformes es
aconsejable:
*Realizar
limpias periódicas (especie de aclareo de ramas), procurando siempre evitar
que las higueras crezcan excesivamente y los frutos no se puedan recoger
desde el suelo, sin necesidad de subir a los árboles. Para ello cortaremos
en enero, con hacha, las ramas demasiado altas.
*Eliminar
algunos «ojos» (yemas) en enero-febrero, práctica llamada «desroñar»,
para favorecer el engorde de las brevas situadas al final del tallo.
Las podas ligeras o nulas favorecen la
producción de brevas de junio-julio, pero perjudica la cosecha de higos
de otoño, pues hay una cierta incompatibilidad entre ambas producciones.
Por ello las breveras no suelen cultivarse para higos frescos o para secar.