6.1.4.
MOSCA DE LA FRUTA
Descripción y ciclo
de vida
Es una mosca algo más
pequeña que la común que presenta los ojos verdes, el tórax gris plateado
y el abdomen amarillo con dos bandas grises. La hembra está dotada de un
puntiagudo taladro que le sirve para hacer la puesta sobre distintos frutos.
Las larvas que nacen de
estos huevos, mal llamadas gusanos, son blancas y alargadas.
La hembra perfora la piel
de la fruta para depositar los huevos. A los 3-5 días nacen las larvas que
causan la descomposición de la pulpa. Al cabo de unos días las larvas se
dejan caer al suelo transformándose en pupas, de las que nacen los insectos
adultos.
Los ataques a damascos y
duraznos comienzan a partir de junio.
Daños
La
carne, reblandecida hasta el hueso, queda con una consistencia semilíquida,
apareciendo en esta masa unas larvas blancas, causantes del daño.
Métodos
de control
-
Empleo de mosqueros. Estos frascos de
vidrio, de forma especial para que una vez que entre la mosca no pueda
salir, deben colocarse hacia el mes de junio. En su interior se pondrá un
cebo a base de 2 partes de fosfato amónico y 100 partes de agua. Antes de
que se haya evaporado el líquido, se volverá a llenar con las misma solución.
Se colgarán de una rama orientada al mediodía y sombreada para evitar la
evaporación. Actualmente se emplean los mosqueros desarrollados por el
INIA, a base de trimedlure (atrayente sexual) y un insecticida diclorvos
(DDVP), que poseen un gran poder de atracción sobre los machos.
-
Empleo de cebos. Se puede utilizar el
fention, el malation o el triclorfon, preparados con arreglo a la siguiente
fórmula para cebo: fention-600 g, azúcar-4 kg, agua-100 l. El azúcar
puede sustituirse por 1kg de proteína hidrolizable. Con esta fórmula se
pulverizará una franja de medio metro alrededor de la copa del árbol. El
tratamiento se repetirá cada 20-25 días si se emplea el fentión y cada 8
días si se emplea el malation.
-
Pulverización total. Para combatir la
plaga por medio de pulverizaciones totales, los productos que mejor
resultado proporcionan son los siguientes: fention 40 %, a dosis de 150-200
g /Hl de agua; triclorfon 80 %, a 200 g /Hl de agua. El malation es
igualmente eficaz, pero dada su menor persistencia (7-8 días), debe
emplearse con fruta próxima a la recolección.
6.2.1.OIDIO
Descripción
y daños
Enfermedad de gran importancia en la mayoría
de las variedades de duraznero y , en menor medida, en albaricoquero.
Ataca las hojas de las extremidades de los ramos, en las que se manifiesta
en forma de un polvo blanco que las recubre. Las hojas acaban por caer.
Los frutos pueden ser atacados cuando tienen
el tamaño de una nuez, cubriéndose de manchas circulares de 1 a 2 cm de diámetro,
que alteran la piel y la resquebrajan. Los ataques tienen lugar en mayo,
junio, septiembre y octubre.
El parásito inverna en las yemas o en la
vellosidad de los ramos. Cuando la temperatura media es apropiada, comienza
a desarrollar esporas que, transportadas por el viento, aseguran su
diseminación. Estas esporas germinan cuando se dan humedades altas y
temperaturas sobre los 20 ºC.
Métodos
de control
Dada la forma de invernar el hongo, los
tratamientos deben iniciarse ya a la caída de los pétalos y repetirse a
los 12-15 días.
Si en el curso de la vegetación se
presentan nuevos ataques, hay que efectuar un nuevo tratamiento y repetirlo
a los 8 días.
El azufre es el funguicida antioidio clásico.
No obstante, para su empleo correcto han de tenerse en cuenta los siguientes
puntos:
- No tratar con temperaturas elevadas, para evitar el
riesgo de quemaduras.
- Las variedades de albaricoquero Búlida y Moniquí son
sensibles al azufre.
- En las variedades con destino a conserva, los residuos
de azufre resultan perjudiciales.
En caso de ataques leves, los tratamientos
con dinocap, quinometionato y pirazofos, pueden ser eficaces. En ataques
intensos, el bupirimato y el fenarimol, han dado buenos resultados.
6.2.2.CRIBADO
Esta enfermedad se conoce también con el
nombre de "perdigonada".
Daños
· Sobre los botones de flor y las yemas de
madera provoca su destrucción. Este hongo resiste al frío y puede
desarrollarse a -6 ºC, es decir, que su desarrollo es posible en pleno
invierno, si la humedad es la adecuada.
Generalmente los daños se aprecian al final
de diciembre y las yemas o botones alcanzados por la enfermedad desaparecen
o se secan. Con frecuencia escurre un rastro de goma de la base y del punto
atacado, formando un chorro negruzco que puede contaminar las yemas
inferiores. La yema terminal de los ramos casi nunca es atacada. Esta
enfermedad causa gravísimos daños en la región mediterránea sobre los
botones de flor y yemas de madera.
· Sobre las hojas las esporas pueden caer
en el pedúnculo y provocar su desecamiento y, por consiguiente, la caída
de la hoja, o bien sobre el limbo, en cuyo caso forman una mancha violácea
y después un agujero, de donde le viene el nombre de cribado o perdigonada.
· Sobre los ramos: 1) todavía verdes, en
los cuales provoca su desecamiento y un escurrimiento de goma o bien forma
una mancha marrón rodeada de rojo. 2) de más de 1 año, en los cuales da
lugar a una especie de chancros, cuyo punto de partida es una yema que ha
sido atacada y destrozada previamente.
· Sobre los frutos: manchas en número
variable que se caracterizan por su coloración roja, que puede prestarse a
confusión con los ataques de piojo de San José. En algunos casos por estas
manchas aparecen también pequeñas gotitas de goma.
Métodos
de control
· Precauciones que deben tomarse:
Existe una estrecha relación entre la
resistencia de los árboles al cribado, por una parte, y el medio, el
portainjerto y la variedad frutal, por otra.
Otras precauciones a adoptar son:
-
Al podar en invierno, recoger y quemar todas las partes
atacadas y desecadas.
-
Tener árboles sanos y vigorosos mediante el cultivo
racional, el trabajo del suelo, el abonado equilibrado, etc.
-
El cribado es extremadamente frecuente en los árboles
debilitados por ataques de pulgones verdes y de lepra, especialmente en las
partes del árbol menos regadas por la savia. Parece que los árboles no
podados no sufren ataques tan violentos como los podados. La práctica de
una poda muy metódica es por lo tanto aconsejable cuando se apliquen
tratamientos muy seguidos y regulares.,
· Tratamientos:
-
Caldo bordelés con un adherente, al 2
%, a la caída de las hojas, a lo más tardar en los primeros días de
diciembre. Este tratamiento es el más importante, pues limita la destrucción
de las yemas y botones.
- Caldo bordelés, al 2 %, antes de la entrada en
vegetación de los árboles.
- Oxicloruro de cobre o funguicidas de síntesis (ziram,
tiram, zineb o captan) 15 días después de la caída de los pétalos,
cuando el fruto queda al desnudo, para protegerlo, así como a las hojas y
ramos jóvenes.
Cuando la primavera es húmeda, se debe
completar con uno o dos tratamientos m,ás, realizados con tres semanas de
intervalo después de los precedentes y efectuados con funguicidas de síntesis
(zineb, ziram, tiram, captan, etc.).