Planta:
Pequeño árbol caducifolio, a veces con porte arbustivo, de 3 a 6 m de
altura, con el tronco retorcido. Madera dura y corteza escamosa de color
grisáceo. Algunas ramas a veces espinosas. Ramillas angulosas. Copa extendida
y con mucho ramaje.
Sistema
radicular:
Raíz nudosa consistente, con corteza rojiza, que lleva un alcaloide,
llamado peletierina o punicina, de propiedades vermífugas.
Hojas: Simples, opuestas, generalmente fasciculadas, cortamente
pecioladas, oblongas u oval-lanceoladas, de 3-8 cm de longitud, algo
coriáceas y de color verde lustroso.
Flores:
Solitarias o reunidas en grupos de 2-5 al final de las ramas nuevas. Son
grandes y de color rojo, lustrosas, acampanadas, subsentadas, con 5-8 pétalos
y sépalos, persistiendo el cáliz en el fruto. En algunas variedades las
flores son abigarradas e incluso matizadas en blanco. Florece en Mayo-Julio,
aunque algunas variedades lo hacen más tarde.
Fruto: En baya denominado balausta. Es globoso, de 10-15 cm de
diámetro, con la piel correosa de amarillenta a rojiza y con numerosas
semillas envueltas en una pulpa comestible rosada.
El clima que
más conviene al granado es el clima subtropical e incluso el tropical. Los
mejores frutos se obtienen en las regiones subtropicales donde el periodo de
temperaturas elevadas coinciden con la época de maduración de las
granadas.
El granado exige
mucha agua y frescura para sus raíces y solamente en estas condiciones es
cuando da muchos frutos de buena calidad. Al mismo tiempo soporta muy bien la
sequía.
Fuera de las
regiones subtropicales, el granado se adapta bien en regiones donde la
temperatura no alcance los -15 ºC. El árbol no resiste las temperaturas
bajas y solo ciertas variedades Chinas y del Turquestán, más rústicas,
soportan mejor los fríos llegando a soportar temperaturas de -18 y -20 ºC.
El granado es
muy sensible a las heladas tardías a partir de la entrada en vegetación.
Prefiere más bien un clima templado e incluso caluroso que los relativamente
fríos. Debido a su retraso vegetativo y de floración, corre peligro de que
las flores se vean afectadas por las heladas tardías de primavera. En pleno
invierno resiste temperaturas inferiores a los -7 ºC.
El
granado no es exigente en suelo. Sin embargo, da mejores resultados en suelos
profundos; le conviene las tierras de aluvión. Los terrenos alcalinos le son
favorables; incluso los excesos de humedad favorecen su desarrollo. El suelo
ideal debe ser ligero, permeable, profundos y frescos. Le es indiferente la
alcalinidad o acidez del suelo.
En
tierras de secano, la sequía en el momento de la floración puede provocar la
caída de la flor y reducir la cosecha al mínimo. En las tierras de regadío,
sus necesidades hídricas son muy reducidas, y de abusar de los riegos poco
antes de entrar el fruto en envero puede ser causa de su agrietamiento.
Como
patrón destaca el pie "Borde" procedente del estaquillado de los
sierpes emitidos por el granado, que se corta a ras de suelo. No existen
plantones en los que se replante directamente la variedad.
3.2.
Variedades.
Hay tres
tipos de granados que se cultivan:
Granado
común de frutos dulces.
Granado
agrio. Cuyas flores se emplean en ornamentación.
Granado
de frutos sin pepita. Esta variedad se produce en Persia.
Comercialmente
destacan dos variedades:
Mollar
de Elche. Árbol muy vigoroso, de rápido desarrollo, fruto de tamaño
grande, grano grueso, rojo oscuro y pepitilla (semilla) muy reducida y
blanda. madura entre octubre y noviembre.
Mollar
valenciana. Árbol vigoroso, fruto tamaño grande, forma redondeada y
aplanada, granado grueso y pepitilla muy reducida. Madura en octubre.