La
especie más cultivada de champiñón es Agaricus bisporus (Lange) Sing.,
perteneciente a la familia Agaricaceae. El micelio de este hongo es blanco por
lo que a menudo se le conoce como "blanco". Destacan las variedades
Blanchocamp BL-40, para producción en primavera, otoño e invierno; Claron
A.5.1., Fungisem (H-10, H-12), Gurelan (15,35), para cosechas invernales, etc.
También
se ha extendido el cultivo estival de Agaricus bitorquis (Quel.) Sacc.
con líneas o variedades como Gurelam ABK, Gurelan ABC, Fungisem (B-10), etc.
Ambas
especies se diferencian entre sí por:
Forma
y color. Existen champiñones blancos, crema claro, crema oscuro, pardo
claro y pardo oscuro.
Sombrero:
liso o escamoso, más o menos resistente a los golpes.
Asiento
más o menos estable sobre la tierra de cobertura.
Productividad,
desarrollo y aspecto de las oleadas.
En
un champiñón se distinguen las siguientes partes:
Sombrero.
Es la parte más carnosa del hongo; tiene forma redondeada, globosa,
que recuerda a la de un paraguas; su tamaño es mayor o menor según la
edad del hongo; puede alcanzar hasta unos 15 cm de diámetro, pero desde
el punto de vista comercial no interesa que llegue a tener este tamaño.
Pie
o estipe. Es la parte del hongo que sirve de soporte al sombrero;
tiene forma cilíndrica, es liso, blanco y por su parte inferior está
unido al micelio o filamentos del hongo que crecen en el sustrato.
Himenio.
Está situado en la parte inferior del sombrero y está formado por
numerosas laminillas, dispuestas a manera de radios, que van desde el pie
hasta el borde externo del sombrero. El color de las laminillas es rosado
al principio y después se vuelve pardo e incluso negro. Cuando el hongo
es pequeño el himenio está protegido por una fina membrana llamada velo,
que está unida al sombrero y al pie. Cuando el champiñón alcanza su
completo desarrollo, este velo se rompe y sólo queda de él un pequeño
trozo unido al pie, llamado anillo.
Entre
las laminillas se encuentran millones de esporas, que cuando germinan dan
lugar a unos hilillos o filamentos, que constituyen el micelio o "blanco"
del champiñón.
Las
condiciones ambientales dependen en gran parte de las características de los
locales donde se realiza el cultivo. El hongo se desarrolla perfectamente
cuando la temperatura del local es de 12º a 14º C. y la humedad relativa del
aire del 75-80%. Pero el cultivo del hongo puede realizarse siempre que la
temperatura del aire esté comprendida entre 8-18º C. y la humedad entre el
70-90%.
La
temperatura del desarrollo micelar del champiñón es de 25º C, deteniéndose
el mismo a partir momento en el que se rebasan los 34º C. El contenido en
humedad del sustrato debe oscilar entre el 62-67%.
El
contenido en CO2 del ambiente juega un importante papel en la fructificación
y es necesario que éste no rebase el 0,1% para que no haya interferencias
negativas. Por ello es necesaria una buena aireación.
Como
todos los hongos, el champiñón carece de clorofila por lo que no puede
alimentarse con las sustancias minerales que hay en la tierra y ha de vivir
sobre un sustrato que le proporcione debidamente preparados los alimentos que
precisa. Este sustrato generalmente es estiércol natural o artificial
adecuadamente preparado.
El
estiércol natural más idóneo para el cultivo dl champiñón es el de
caballo, el de mulo o el de asno. El estiércol ha de proceder de animales
trabajados y que no coman forrajes frescos o alimentos verdes. Este estiércol
debe estar compuesto a base de paja de trigo o de centeno.
Cuando
no se dispone de estiércol de caballería se puede recurrir al empleo de
estiércol artificial, constituido por paja de trigo bien picada, gallinaza,
sustancias ricas en principios nitrogenados, urea, torta de soja o de
algodón, etc.