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    EL CULTIVO DE LA GERBERA

1. MORFOLOGÍA Y TAXONOMÍA

2. EXIGENCIAS EN CLIMA Y SUELO

    2.1. EXIGENCIAS EN CLIMA

    2.2. EXIGENCIAS EN SUELO

3. VARIEDADES COMERCIALES

4. PRÁCTICAS CULTURALES

    4.1. PREPARACIÓN DEL SUELO

    4.2. PROPAGACIÓN

    4.3. PLANTACIÓN

    4.4. CUIDADOS POSTERIORES A LA PLANTACIÓN

    4.5. DESHOJADO

    4.6. REPOSO VEGETATIVO

5. FERTILIZACIÓN

6. RIEGO

7. ALTERACIONES FISIOLÓGICAS

8. PLAGAS

9. ENFERMEDADES

10. RECOLECCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN

11.BIBLIOGRAFÍA

 

    1. MORFOLOGÍA Y TAXONOMÍA

Familia: Compuestas

Especie: Gerbera jamesonii Bolus

Origen: Transvaal (Sur de África).

Planta: Planta herbácea, vivaz, en roseta, cuyo cultivo puede durar varios años, aunque comercialmente solo interesa cultivar durante dos o tres, según cultivares y técnicas de cultivo empleadas.

Sistema radicular: Pivotante en origen, pero a medida que se desarrolla, se convierte en fasciculada y está compuesto por gruesas raíces de las que parten numerosas raicillas.

Hojas: Forman en roseta, son alargadas, de unos 40 cm, y ligeramente hendidas en los bordes; del pecíolo de algunas de ellas evolucionarán los brotes florales, que van a desarrollar unos vástagos o pedúnculos con una inflorescencia terminal en capítulo. El pedúnculo puede ser de distintos grosores, y su longitud depende del cultivar y de las condiciones medioambientales existentes. 

Flores: El capítulo está formado, desde el exterior hacia el interior, por varias filas concéntricas de flores femeninas liguladas, normalmente una fila de flores hermafroditas no funcionales y, colocándose en el centro, las flores masculinas. Las flores liguladas son de forma y espesor variables y de amplia gama de colores, según cultivares.

Fruto: Es un aquenio, acostillado, con coloración marrón claro o marrón oscuro y presenta un vilano en el extremo posterior, lo que facilita su diseminación. Cada fruto contiene una semilla.

    2. EXIGENCIAS EN CLIMA Y SUELO

    2.1. EXIGENCIAS EN CLIMA

        2.1.1. Luz.

La gerbera se considera como una especie indiferente al fotoperiodismo, aunque se la luz influye en la emisión de los brotes laterales, que darán lugar a nuevas flores. Un mayor número de brotes laterales en el momento de la antesis de la primera flor, incrementa la producción total de la planta, y por otro lado, el número de brotes laterales aumenta cuando las plantas se sitúan en  condiciones de día corto.

La luz influye en el colorido y tonalidad de las flores, que adquieren su mayor belleza en otoño e invierno, aunque el comportamiento de los diferentes cultivares frete a la incidencia luminosa es muy variable.

Pueden presentarse problemas en otoño - invierno, al instalar doble malla paralela al suelo, ya que disminuye la incidencia de radiación sobre las plantas. Algunos cultivares pueden presentar pedúnculos excesivamente largos y poco diámetro y las inflorescencias pueden ser de diámetro muy reducido. Durante la primavera y el verano, la elevada intensidad luminosa, acompañada de altas temperaturas, provoca un fuerte crecimiento vegetativo y disminuye la calidad de la producción, por lo que es conveniente sombrear el cultivo mediante la utilización de mallas, el encalado de los techos de los invernaderos, o mediante la combinación de ambos sistemas.   

        2.1.2. Temperatura.

La temperatura del suelo y del ambiente influyen en la velocidad de la floración y en la longitud del pedúnculo. Asimismo la temperatura ambiental influye en la emisión de hojas, crecimiento de éstas y precocidad de la floración. La temperatura del suelo ejerce un efecto positivo sobre el diámetro de la flor y la longitud del pedúnculo, y el crecimiento de éste es mayor en periodos oscuros, dependiendo de la relación entre la temperatura del suelo y la del ambiente.

Las altas temperaturas, en el momento de la plantación y en el arraigue, pueden producir desequilibrios entre la parte aérea y las raíces de la planta, sobre todo en los suelos pesados, en los que el desarrollo de éstas es más lento. Puede producirse muerte de plantas por estrés hídrico en los meses de julio y agosto, debido a que las raíces son incapaces de suministrar la savia que necesitan las partes aéreas para su crecimiento, favorecido por las condiciones ambientales.

Las bajas temperaturas en invierno pueden provocar malformaciones y abortos florales, debido a deficiencias fotosintéticas y a la baja absorción de minerales a nivel de la raíz. Las temperaturas estivales influyen sobre la depresión de producción que se aprecia en el segundo año de cultivo.

Las temperaturas más adecuadas para el cultivo de la gerbera son:

  • 25 ºC durante el día y 20 ºC por la noche, durante el periodo posterior al transplante y hasta que se inicia el periodo vegetativo.

  • 28 ºC día y 20 ºC noche, como temperaturas más adecuadas en épocas de elevada luminosidad.

  • 18 ºC día y 12 ºC noche, en periodos de baja luminosidad.

  • 14 ºC día y 12 ºC noche, como temperaturas mínimas que no producen alteraciones en el comportamiento del cultivo.

  • 16 ºC a 18 ºC en el suelo durante el invierno.

  • 14 ºC en el suelo, como mínimo, que no produce alteraciones en el comportamiento del cultivo.

        2.1.3. Humedad relativa.

Humedades comprendidas entre el 75 y 90 % no presentan problemas, pero a valores mayores pueden favorecer el desarrollo de enfermedades como Botrytis. Por ello se recomienda un control exhaustivo de la ventilación durante los meses de invierno. Las oscilaciones elevadas entre el día  y la noche y entre diferentes periodos, pueden afectar a la calidad de la flor, disminuyendo su conservación en vaso. Humedades relativas superiores al 90 %, pueden provocar manchas y deformaciones en las flores durante el invierno.

En los meses de temperaturas elevadas y fuerte ventilación crea condiciones de H.R. reducida que pueden afectar a la implantación del cultivo, por lo que se aconseja sombrear y aplicar riego por aspersión o nebulización.

        2.1.4. Concentración de CO2.

El aporte de CO2 favorece el desarrollo y la producción en gerbera. El umbral mínimo de contenido en CO2 de la atmósfera del invernadero, debe ser superior a 300 ppm y no rebasar las 600 ppm.

Para el aporte de CO2 se pueden emplear humos de caldera, previamente refrigerados por dilución, o generadores específicos para la producción de CO2.

    2.2. EXIGENCIAS EN SUELO

Entre las condiciones edáficas más indicadas para el cultivo de la gerbera destacan:

  • Suelos ligeros, profundos y aireados que posibiliten un desarrollo sin limitaciones del sistema radicular de la planta.

  • Ausencia de capas compactas en el terreno. Hay que dotar al suelo de un buen drenaje para evitar, tanto la asfixia radicular a la que es tan sensible la planta, como la infectación de determinados hongos que afectan al cuello y sistema radicular de la gerbera.

  • Terrenos poco calcáreos, con valores de pH medianamente ácidos. En el caso de no presentarse estas condiciones, la planta evoluciona con la presencia de numerosas clorosis al no poder asimilar ciertos microelementos.

  • Suelos provistos de materia orgánica, que deberá estar bien fermentada para evitar favorecer la presencia de determinadas enfermedades y quemaduras en el sistema radicular. 

    3. VARIEDADES COMERCIALES.

En la clasificación varietal de la gerbera se tienen en cuenta una serie de factores como son el color de la inflorescencia, si son simples, semidobles y dobles, según el número, disposición y tamaño de las coronas de flores liguladas. También se emplea el térmico corazón negro o verde, según sea el color de la parte central de la inflorescencia, además del diámetro del capítulo. 

A nivel mundial, los colores de las flores de gerbera más demandados son: rosa (incluye tonos fucsia, 40 %), rojo (20 %), amarillo (10 %), blanco (10 %), naranja (10 %) y otros. En función del tipo de inflorescencia, el consumidor prefiere el 20-40 % para las flores dobles, 20-40 % para las semidobles y del 30-60 % para las sencillas. Respecto al color de la parte central de la inflorescencia, la demanda es del 20-30 % para las flores de corazón negro y del 70-80 % para las de corazón verde.

Por todo lo comentado, se deduce que el número de variedades cultivadas es muy amplio y continuamente aparecen en el mercado nuevos cultivares. En el cuadro siguiente se recogen los cultivares de mayor importancia económica y sus características principales.

 

Características de los principales cultivares de gerbera

Cultivar

Forma

Color

Terrafame

Sencilla

Amarillo

Rosamunde

Sencilla

Rosa

Nova

Sencilla

Lila-rosa

Fleur

Sencilla

Rosa oscuro

Fredigor

Semidoble

Rosa

Delphi

Sencilla

Blanca

Joyce

Sencilla

Blanca

Hildegard

Semidoble

Rosa pálido

Pascal

Semidoble

Rojo

Eoliet

Doble

Rosa

Sonia

Semidoble

Rosa

Tamara

Doble-C. negro

Amarillo

Terraregina

Doble

Rosa

Beauty

Sencilla

Roja

Cora

Sencilla

Roja

María

Doble

Blanca

Jura

Sencilla

Blanca

Mirage

Doble

Naranja

Roma

Sencilla

Rosa

Michelle

Sencilla-C. negro

Naranja

   

 

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