Durante
la recolección pueden producirse unas pérdidas de grano que dependen
generalmente de:
Las
condiciones atmosféricas en el momento de la cosecha. Si existe viento,
puede que las espigas no entren a la cosechadora o que se desprendan de la
plataforma de corte.
Humedad
del grano. Los granos con elevada humedad pueden sufrir daños en la
recolección ya que no tienen la dureza exigida, por lo que las pérdidas
serán mayores.
Mala
regulación de la máquina y diseño de cada uno de los elementos que la
componen.
Dentro
de las cosechadoras, las pérdidas de grano pueden ocurrir:
Antes
de la recolección, por dehiscencia natural de las espigas.
En
la plataforma de corte y en el molinete.
En
el cilindro desgranador y cóncavo; el grano se parte, no se trilla
suficiente.
En
los sacudidores: el grano se pierde con la paja.
En
las cribas: el grano se pierde con el tamo.
Las
pérdidas totales de grano oscilan entre el 2-6%, pudiendo llegar al 10%. Para
evitarlo es conveniente regular la máquina adecuadamente, para lo que se
realizan numeroso ensayos empíricos para obtener resultados precisos.
En
la tabla siguiente se pueden apreciar la distribución de las pérdidas dentro
de la cosechadora:
La
máxima demanda de potencia viene determinada por la anchura de la plataforma de
corte y oscila entre los 20-23 kW/m. La mayor potencia se consume en:
Cilindro
desgranador. Se consume aproximadamente el 40% de la potencia suministrada
por el motor.
Sacudidores
y cribas: 16%.
Plataforma
de corte: 10%.
Sistema
de transmisión: 4%.
Desplazamiento:
30%.
La
potencia está directamente relacionada con la velocidad de giro del cilindro
desgranador y cóncavo. Habrá que adecuar las revoluciones del cilindro con
las revoluciones óptimas desde el punto de vista de consumo energético. El
consumo por desplazamiento se debe al elevado peso de la
maquinaria.
Durante
los últimos años la maquinaria de recolección de grano ha experimentado
numerosas innovaciones técnicas principalmente orientadas a aumentar su
capacidad de trabajo. El objetivo final de una cosechadora es el de obtener
una gran capacidad de trabajo, versatilidad, obtención de un producto de alta
calidad, confort y fácil mantenimiento de las mismas.
Para
aumentar la capacidad de trabajo de las cosechadoras se ha mejorado la
eficiencia y capacidad de todos sus sistemas. Los cebezales de siega se han
modificado para asegurar una alimentación continua de mies hacia el sistema
de trilla y poseen sistemas de regulación de las alturas de corte y de las
revoluciones del molinete. Así mismo se han diseñado sistemas que permiten
adecuar la labor a las características del terreno, como salvar pendientes
laterales de hasta 45º.
Para
mejorar el sistema de trilla se ha aumentado la anchura del tambor de
desgranado y la posibilidad de regular la velocidad de giro del tambor y la
separación entre cóncavo y cilindro de forma electro-hidráulica desde la
cabina. Se están sustituyendo los sistemas de separación de grano
transversales por los de cilindros rotativos longitudinales.
Para
asegurar la versatilidad, es decir, la aplicación de estas máquinas para la
recolección de diferentes cultivos, se pueden cambiar y regular fácilmente
los cabezales de siega. Otras mejoras permiten obtener un producto de alta
calidad, sin daños y libre de impurezas, mediante el empleo de sistemas de
regulación de la apertura de las cribas y de la ventilación de los
mecanismos de separación y limpia.
Además
de todas estas mejoras, es importante destacar la evolución que han sufrido
las cabinas de control. En ellas el operario puede controlar de una forma más
fácil y cómoda todas aquellas operaciones que la máquina está realizando y
de los posibles problemas o averías, gracias a la existencia de numerosos
monitores y sistemas automatizados que albergan en su interior. Unas
operaciones de mantenimiento más accesibles permiten que se disminuyan los
tiempos muertos de la máquina y por tanto los costes sean menores.