El mejor medio
de cultivo depende de numerosos factores como son el tipo de material vegetal
con el que se trabaja (semillas, plantas, estacas, etc.), especie vegetal,
condiciones climáticas, sistemas y programas de riego y fertilización,
aspectos económicos, etc.
Para obtener
buenos resultados durante la germinación, el enraizamiento y el crecimiento
de las plantas, se requieren las siguientes características del medio de
cultivo:
a) Propiedades
físicas:
Elevada
capacidad de retención de agua fácilmente disponible.
Suficiente
suministro de aire.
Distribución
del tamaño de las partículas que mantenga las condiciones anteriores.
Baja
densidad aparente.
Elevada
porosidad.
Estructura
estable, que impida la contracción (o hinchazón del medio).
b) Propiedades
químicas:
Baja o
apreciable capacidad de intercambio catiónico, dependiendo de que la
fertirrigación se aplique permanentemente o de modo intermitente,
respectivamente.
Suficiente
nivel de nutrientes asimilables.
Baja
salinidad.
Elevada
capacidad tampón y capacidad para mantener constante el pH.
Mínima
velocidad de descomposición.
c) Otras
propiedades.
Libre de
semillas de malas hierbas, nematodos y otros patógenos y sustancias
fitotóxicas.
Reproductividad
y disponibilidad.
Bajo
coste.
Fácil de
mezclar.
Fácil de
desinfectar y estabilidad frente a la desinfección.
Resistencia
a cambios externos físicos, químicos y ambientales.
Existen
diferentes criterios de clasificación de los sustratos, basados en el origen
de los materiales, su naturaleza, sus propiedades, su capacidad de
degradación, etc.
Sustratos
químicamente inertes. Arena granítica o silícea, grava, roca
volcánica, perlita, arcilla expandida, lana de roca, etc.
Sustratos
químicamente activos. Turbas rubias y negras, corteza de pino,
vermiculita, materiales ligno-celulósicos, etc.
Las
diferencias entre ambos vienen determinadas por la capacidad de intercambio
catiónico o la capacidad de almacenamiento de nutrientes por parte del
sustrato. Los sustratos químicamente inertes actúan como soporte de la
planta, no interviniendo en el proceso de adsorción y fijación de los
nutrientes, por lo que han de ser suministrados mediante la solución
fertilizante. Los sustratos químicamente activos sirven de soporte a la
planta pero a su vez actúan como depósito de reserva de los nutrientes
aportados mediante la fertilización. almacenándolos o cediéndolos según
las exigencias del vegetal.
Las
diferencias entre ambos vienen determinadas por la capacidad de intercambio
catiónico o la capacidad de almacenamiento de nutrientes por parte del
sustrato. Los sustratos químicamente inertes actúan como soporte de la
planta, no interviniendo en el proceso de adsorción y fijación de los
nutrientes, por lo que han de ser suministrados mediante la solución
fertilizante. Los sustratos químicamente activos sirven de soporte a la
planta pero a su vez actúan como depósito de reserva de los nutrientes
aportados mediante la fertilización. almacenándolos o cediéndolos según
las exigencias del vegetal.
De origen
natural. Se caracterizan por estar sujetos a descomposición biológica
(turbas).
De
síntesis. Son polímeros orgánicos no biodegradables, que se obtienen
mediante síntesis química (espuma de poliuretano, poliestireno
expandido, etc.).
Subproductos
y residuos de diferentes actividades agrícolas, industriales y urbanas.
La mayoría de los materiales de este grupo deben experimentar un proceso
de compostaje, para su adecuación como sustratos (cascarillas de arroz,
pajas de cereales, fibra de coco, orujo de uva, cortezas de árboles,
serrín y virutas de la madera, residuos sólidos urbanos, lodos de
depuración de aguas residuales, etc.).
4.2.2. Materiales
inorgánicos o minerales.
De origen
natural. Se obtienen a partir de rocas o minerales de origen diverso,
modificándose muchas veces de modo ligero, mediante tratamientos físicos
sencillos. No son biodegradables (arena, grava, tierra volcánica, etc.).
Transformados
o tratados. A partir de rocas o minerales, mediante tratamientos físicos,
más o menos complejos, que modifican notablemente las características de
los materiales de partida (perlita, lana de roca, vermiculita, arcilla
expandida, etc.).
Residuos y
subproductos industriales. Comprende los materiales procedentes de muy
distintas actividades industriales (escorias de horno alto, estériles del
carbón, etc.).