Pertenece
a la familia de las Leguminosas; su nombre botánico es Pisum sativum. Es
planta anual herbácea.
Los
tallos son trepadores y angulosos; respecto al desarrollo vegetativo existen
unas variedades de crecimiento determinado y otras de crecimiento
indeterminado, dando lugar a tres tipos de variedades: enanas, de medio enrame
y de enrame.
Las
hojas tienen pares de foliolos y terminan en zarcillos, que tienen la
propiedad de asirse a los tutores que encuentran en su crecimiento.
Las
vainas tienen de 5 a 10 cm de largo y suelen tener de 4 a 10 semillas; son de
forma y color variable, según variedades; a excepción del “tirabeque”,
las “valvas” de la vaina tienen un pergamino que las hace incomestibles.
Las
semillas de arveja tienen una ligera latencia; el peso medio es de 0,20
gramos por unidad; el poder germinativo es de 3 años como máximo, siendo
aconsejable emplear para la siembra semillas que tengan menos de 2 años desde
su recolección; en las variedades de grano arrugado la facultad germinativa
es aún menor.
Desde
que nacen las plantas hasta que se inicia la floración, cuando las
temperaturas son óptimas, suelen transcurrir entre 90 y 140 días, según
variedades.
Es
un cultivo de clima templado y algo húmedo. La planta se hiela con
temperaturas por debajo de 3 ó 4 ºC bajo cero. La planta de arveja detiene
su crecimiento cuando las temperaturas empiezan a ser menores de 5 ó 7 ºC.
El desarrollo vegetativo tiene su óptimo de crecimiento con temperaturas
comprendidas entre 16 y 20 ºC, estando el mínimo entre 6 y 10 ºC y el máximo
en más de 35 ºC. Si la temperatura es muy elevada la planta vegeta bastante
mal. Necesita ventilación y luminosidad para que vejete bien.
El
arveja va bien en los suelos que son idóneos para la poroto; es decir, en
los ligeros de textura silíceo-limosa. En los suelos calizos puede presentar
síntomas de clorosis y las semillas suelen ser duras.
Prospera
mal en los suelos demasiado húmedos y en los excesivamente arcillosos;
agradece la humedad del suelo, pero no en exceso. El pH que mejor le va está
comprendido entre 6 y 7.
Este
cultivo en óptimas condiciones de humedad del suelo necesita pocos riegos. No
necesita mucha humedad y los riegos han de ser moderados.
Cuando
se riega por gravedad, antes de la siembra, es necesario dar un riego para que
el suelo tenga humedad suficiente cuando reciba la semilla. Después, si el
cultivo es de otoño-invierno, con un par de riegos es probable que sea
suficiente, si es de invierno-primavera necesitará 3 ó 4 riegos.
Al
ser un cultivo de relleno y poco exigente en materia orgánica no es
conveniente estercolar. Es también poco exigente en abonos minerales. Es
aconsejable echar antes de la siembra unos 25 gramos por metro cuadrado de
abono complejo 8-15-15.
En
riego por gravedad, después de cada riego pueden aplicarse unos dos gramos
por metro cuadrado de nitrógeno, no rebasando en total los 10 gramos de N.