El
girasol fue introducido en Europa por los españoles, que lo trajimos de América
del Norte y México. Al principio se utilizó únicamente como planta
hornamental.
A
principios del siglo XIX el girasol se aclimató en Rusia y allí se empezaron
a instalar prensas para sacar su aceite. Entre los aceites vegetales, ocupa el
primer lugar en el mundo el aceite de soja, seguido del de palma y colza, y,
en cuarto lugar el de girasol.
Por
provincias, la superficie y producción de girasol son las siguientes:
La
raíz principal crece más deprisa que la parte aérea. Generalmente, la
longitud de la raíz principal sobrepasa la altura del tallo.
Durante
la vegetación, después de la lluvia, se forman numerosas raíces adventicias
(llamadas raíces de lluvia), que inundan rápidamente el suelo en la
superficie.
El
tallo es bastante vigoroso, áspero y velloso. En las especies que dan aceite,
la altura ronda los 60-220 cm.
En
la madurez, este tallo se inclina en su parte terminal, esto suele ser
beneficioso por el perjuicio ocasionado por pájaros y el golpe de sol,
disminuyendo sus efectos negativos.
Tiene
hojas muy grandes y con largos peciolos. Los dos o tres pares de la base son
opuestas y a partir del tercer o cuarto par son alternas. El color de las
hojas varía del verde oscuro al amarillo y su número oscila entre las 12 y
40 hojas en función de las condiciones del cultivo y la variedad.
La
inflorescencia forma un capítulo constituido por numerosas florecillas
situadas en el receptáculo discoidal. Este capítulo tiene un diámetro que
varía entre los 10 y 40 cm..
El
polen es relativamente grande, unas 40 micras aproximadamente, con forma esférica
y un poco aplastada. El fruto es un aquenio que está comprimido y al que
incorrectamente sele denomina semilla.
Es
una planta alógama: porque la época de la maduración de los estambres y del
pistilo son diferentes. La polinización es normalmente entomófila aunque en
menor medida también anemófila. Esta polinización suele hacerse por
insectos como abejas o abejorros mayormente, que son atraídos por el néctar
segregado por las flores.
En
España se considera que una partida de girasol con el 9% de humedad y el 2%
de impurezas tiene un rendimiento aproximado de aceite del 44%.
Un
gramo de aceite de girasol tiene 8,8 calorías, de las cuales nosotros
asimilamos aproximadamente el 98%.
Al
principio del cultivo se manifiesta la acción positiva del fósforo,
influyendo sobre el peso y el desarrollo de las raíces; sin embargo a partir
de que tiene 4 pares de hojas se ve más influenciado por el N.
El
tallo al principio del desarrollo del cultivo tiene un ritmo de crecimiento
muy lento que se va intensificando a partir de que tiene dos o tres pares de
hojas, obteniendo su máximo de desarrollo al finalizar la floración, que es
cuando finaliza su crecimiento.
En
la fase de floración, el girasol es exigente en humedad relativa alta, así
como temperatura moderada. La formación y llenado posterior de las semillas
constituyen dos fases diferentes que dependen en gran medida de la temperatura
y el agua.
El
girasol necesita para la germinación una temperatura media de 5 ºC durante
24 horas.
El
girasol admite las oscilaciones fuertes de temperatura, lo que explica las
grandes zonas climáticas diferentes donde se da este cultivo. Se puede
cultivar girasol tanto a temperaturas de 30 ºC como a otras mucho más bajas
de 13-14 ºC (aunque en este último caso la floración y maduración se
demoran un poco).
La
suma de temperaturas medias diarias superiores a 5 ºC (cantidad de calor
necesaria para el crecimiento y desarrollo del girasol), varía entre 1.600 y
2.000 ºC. La insuficiencia de este calor puede incluso impedir la maduración
del girasol.
Tan
malo o peor son las temperaturas excesivas, sobre todo en la época de formación
de semillas, pues afecta tanto al contenido de aceite como a su calidad.
El
girasol es una planta aficionada a la luz; el sombreo de plantas jóvenes
provoca el alargamiento de los tallos y la disminución del tamaño de las
hojas.
Tiene
un coeficiente de transpiración de 470-475. Requiere grandes cantidades de
agua tanto en la época de crecimiento como en la de formación y llenado de
semillas. Pero la época de mayores necesidades hídricas va desde la formación
de la cabezuela hasta el final de la floración.
El
girasol tiene una extraordinaria resistencia a la sequía porque aguantan la
deshidratación temporal de los tejidos de una forma excelente y también por
tener un sistema radicular muy desarrollado que permite explorar a las raíces
hasta los recursos de agua existentes en las capas más profundas.
Referente
a los suelos, el girasol los prefiere arcillo-arenosos, ricos en materia orgánica,
permeables y con la capa freática a poca profundidad. No son suelos
aconsejables los salinos y pedregosos, ni tampoco los de reacción ácida o
fuertemente alcalina.
Para
conseguir 100 gramos de semillas (según Rollier), el girasol necesitaría las
siguientes cantidades:
4-6 kgN
1,5-2,3 kgP2O5
7,5-12 kgK2O
El
N se considera un elemento decisivo en este cultivo. Una deficiencia ocasionaría:
retardamiento de los procesos de crecimiento y desarrollo; las hojas se
vuelven amarillas y se secan; el exceso por el contrario produce un
crecimiento vegetativo exagerado, en detrimento de la producción de semillas.
El
fósforo tiene un papel importante en la síntesis y en la emigración de los
glúcidos y en el metabolismo de los lípidos. Su insuficiencia tiene efectos
negativos sobre la formación y el proceso de llenado de las semillas. El fósforo
aumenta la resistencia de esta planta a la sequía.
La
presencia en el suelo de cationes K, Mg; Ca, y aniones N y S favorece
enormemente la absorción por parte de la planta del fósforo.
El
fósforo, así como el potasio, intervienen en la formación y circulación de
los glúcidos.
El
potasio también ayuda a este cultivo a resistir la sequía, por aumentar la
capacidad de retención del agua, al aumentar la presión osmótica y la
turgencia de las células, y por disminuir la transpiración. El girasol es un
gran consumidor de potasio.
Entre
los micronutrientes es el boro el que con más frecuencia ocasiona carencias
en este cultivo. Las hojas más jóvenes adquieren una coloración
pardo-rojiza en la base y en los bordes, junto con un encorvamiento de las
mismas. También en los tallos pueden presentarse grietas suberiformes. A
veces incluso se puede producir la caída del capítulo en el inicio de la
floración.
Cuando
se detecte la deficiencia de este elmento, se puede aplicar boro a razón de
0,5-1 kg en 200 litros de agua por ha, en un tratamiento foliar.
*
Incorporados en presiembra: Trifluralina, es muy volátil, por lo que debe ser
incorporado al suelo con un par de pases de cultivador. El Cóbex también
suele ser utilizado en dosis de 2,5-3 l/ha.
*
En preemergencia: Terbutrina, a dosis de 2-3 l/ha. Rácer, que controla malas
hierbas tanto de hoja ancha como hoja estrecha. También se está aplicando el
Codal (5-6 l/ha), aunque no debe aplicarse en terrenos salinos muy arenosos.