Phytophthora cinnamomi Rands
y P. cambivora (Petri) Buis
Estos
hongos ocasionan la conocida enfermedad denominada «tinta del castaño». A
pesar de este nombre, hay otras especies susceptibles de ser atacadas como el
nogal, roble y abedul, si bien con mucha menor intensidad.
Son
hongos semiparásitos cuyo micelio vive, en forma Saprofita, sobre las partículas
de materia orgánica del suelo, siendo transportado con la tierra a grandes
distancias por el hombre y los animales.
Se ha
podido comprobar que ni la composición mineralógica del suelo, ni su acidez
(pH), tienen influencia sobre esta enfermedad.
En
cuanto a la temperatura, parece ser que las frías del invierno inhiben
temporalmente su desarrollo.
Las
primeras señales que nos pueden indicar la aparición de la enfermedad,
consisten en el amarillamiento de las hojas, principalmente las de los
extremos de las ramas. Las ramillas y brotes terminales van muriendo
paulatinamente. El tamaño de los frutos disminuye, abriéndose los erizos
prematuramente, antes de madurar las castañas. Es notable la gran cantidad de
pequeños frutos sin valor que produce el año anterior a su muerte. Cuando el
micelio llega a rodear a todo el árbol, la sequía, que al principio sólo se
manifiesta en la zona atacada, se hace general, terminando el castaño por
morir.
Si se
descorteza la parte baja del tronco de los árboles afectados, se observa, en
la madera puesta al descubierto, una mancha de color oscuro, con bordes
dentados hacia arriba y de altura variable, debido a la cual toma el nombre de
«tinta» la enfermedad.
La
intensidad de los daños varia de unos años a otros. La velocidad de
desarrollo es máxima durante los años húmedos aunque, la mortalidad es
mucho mayor en los secos, sobre todo en los meses de más calor. De todas
formas, es obvio que la propagación del hongo es mayor en terrenos
encharcados, siendo probablemente ésta la causa de que los castaños situados
en valles y vaguadas sean los más rápidamente atacados.
Aunque
existen algunos tratamientos profilácticos consistentes en descalzar las
plantas atacadas y aplicar ciertos productos a base de sales de cobre, sin
embargo, lo único que se consigue con ellos es retardar la difusión de la
enfermedad, por lo que, dado el enorme trabajo que representan y lo elevado de
su costo, están prácticamente en desuso.
El único medio eficaz de lucha
contra esta enfermedad consiste en realizar las nuevas plantaciones con castaños
resistentes a la tinta. Estos son híbridos procedentes del cruzamiento de
castaños de distintos orígenes que una vez obtenidos y comprobadas sus
características de inmunidad, se reproducen asexualmente, mediante acodo y
enraizamiento a base de hormonas, obteniendo así los barbados a utilizar en
las plantaciones.
Endothia
parasitica (Murr.)
Este
hongo, que produce una enfermedad conocida con el nombre de «chancro», ha
sido recientemente observado en las provincias vascongadas, Navarra, León y
Oviedo. Es un hongo semiparásito que penetra en los castaños a través de
las heridas o picaduras de insectos.
Los
primeros síntomas suelen aparecer un mes después de comenzar la infección.
En un punto del tronco o de una rama aparecen unas zonas pardo amarillentas de
contorno irregular. Posteriormente, se resquebraja la corteza, irrumpiendo a
través de la misma unas pequeñas pústulas de color amarillo-anaranjado.
Como consecuencia del ataque se taponan los vasos conductores de savia. Cuando
el tronco o la rama afectada es circundada por este proceso, acaba por morir
toda la parte del árbol que crece por encima del chancro.
Es una
enfermedad que se propaga rápidamente debido a que el hongo produce, durante
todo el año, grandes cantidades de conidios, los cuales son transportados por
la lluvia, pájaros e insectos. A pesar de todo, los mayores daños se
observan durante el verano, ya que durante éste, el crecimiento del micelio
del hongo se ve favorecido por la temperatura.
El
tratamiento curativo puede ser mecánico o químico. El primero consiste en
cortar todas las ramas o pies por encima del chancro y aprovechar los nuevos
brotes. Si vuelve a aparecer, se repetirá la operación, pues se ha
comprobado que las cortas repetidas en breves períodos de tiempo hacen más
activa la reacción definitiva.
El
tratamiento químico consiste en raspar con un cuchillo la zona enferma y
cauterizar la zona puesta al descubierto con una solución acuosa de sulfato
de hierro al 50 por 100 a la que se añade un 10 por 100 de ácido sulfúrico.
Mycosphaerella
maculiforinis
(Fr.) Schroet
Aunque
este hongo ataca también a las hojas de los robles, haya, fresno y carpe, sin
embargo, los mayores daños los produce en las hojas del castaño.
En éstas
aparecen unas puntuaciones o pequeñas manchas pardo-rojizas, hacia el mes de
agosto, que van desecando parcialmente la hoja de arriba a abajo, hasta que
acaba por caer en septiembre. Cuando la defoliación es intensa, disminuye el
crecimiento del árbol y la producción de fruto.
Se
combate con productos a base de cobre, tratando a principios de verano. Es
recomendable, en caso de ataque, la recogida y quema de las hojas caídas al
suelo, al final del periodo vegetativo.
Caries.
Es una
descomposición de los tejidos que es producida por una serie de causas
conjuntas como envejecimiento, escasez de elementos nutritivos del terreno,
exceso de humedad, desmochamiento de las ramas gruesas, podas demasiado enérgicas,
frío, sequía excesiva, etc., y que va seguida del ataque inmediato de varias
especies de hongos.
A medida
que la enfermedad progresa, la planta disminuye de vigor, tomando los tejidos
un color oscuro debido a la descomposición de los mismos.
Los
medios generales de defensa son:
-
Evitar las plantaciones en lugares húmedos.
-
Hacer los cortes de poda y limpieza sin desgarros y curar las
secciones con algún cicatrizante.
-
Determinada la enfermedad, sanear la planta suprimiendo toda la parte
enferma.
-
Si el mal está en el tronco, limpiar interiormente el leño enfermo
y llenar la cavidad con asfalto o cemento.
Gusano de las
castañas
Con
este nombre se conocen, entre otros, a los insectos de las especies Balaninus
elephas Gyll y Cydia splendana Hb. (Laspeyresia splendana),
que producen daño en el fruto.
Los
primeros ponen sus huevos sobre las castañas en formación, mientras que los
segundos lo hacen sobre las hojas del árbol. Las larvas de unos y otros
penetran en el fruto, desarrollándose en su interior. Los adultos emergen
cuando las castañas caen al suelo ya maduras.
Las
castañas atacadas presentan un aspecto característico. Tienen su base como
si hubiese sido roída. En la superficie aparecen surcos longitudinales
abultados. Al apretarlas entre los dedos, se notan más blandas que las sanas.
Los orificios de salida que hace la Cydia son más finos que los
realizados por el Balaninus.
El
combate de estas plagas es muy difícil. Parece dar resultado la pulverización
en plena floración con Triclorfón, pero dada la talla de los árboles y la
dificultad de acceso de los medios mecánicos de aplicación a las
plantaciones (suelos en pendiente), no suelen ser frecuentes ni
suficientemente eficaces los tratamientos.
Solamente
queda, pues, la selección de las castañas en el momento de la recolección
y destruir las atacadas antes de que la oruga emigre del fruto. El sistema
de flotación en agua permite separar parte del fruto dañado, pero no la totalidad.