Los
procedimientos de control de Botrytis son complejos e inciertos en sus
resultados, al menos en condiciones muy favorables para el parásito, pero se
pueden resumir en:
Es
uno de los aspectos más importantes para el control de esta enfermedad y
debería de condicionar el dimensionamiento y tipo de invernadero para las
comarcas donde B. cinerea es un problema grave. Destacan:
Es
importante evitar las siembras demasiado densas en condiciones de baja
luminosidad.
Desinfección
de semillas.
La
solarización es efectiva para el control de esclerocios.
Manejar
la aireación, calefacción y el riego en invernadero con el fin de
reducir la duración de los periodos diarios que combinan humedad a
saturación y condensaciones y temperaturas de 15-17º C,
Hacer
podas y deshojados a ras del tallo para no dejar tocones que sirvan al
desarrollo del parásito. Aplicación de una pasta fúngica en las
heridas.
Controlar
los niveles de nitrógeno en el suelo, ya que niveles elevados favorecen
el desarrollo de la enfermedad.
Es
fundamental la retirada de restos de cultivo y plantas afectadas por la
enfermedad tanto del exterior del invernadero como alrededores.
Aplicación
de cubiertas plásticas de invernadero con absorción de luz ultravioleta
ya que reducen la esporulación y la tasa de colonización epidermal.
Los
órganos almacenados como como es el caso de los bulbos de cebolla, deben
protegerse manteniéndolos de 2 a 4 días a una temperatura de 32 a 50º C
a fin de eliminar el exceso de humedad y manteniéndolos posteriormente a
3º C en un ambiente lo más seco posible.
Se
han descrito diversos hongos (Trichoderma spp., Coniothyrium spp.,
Gliocladium p., Mucor spp., Penicillium spp., Verticilium spp.), bacterias
y nematodos como antagonistas de B. cinerea, citando a los primeros
como los más importantes en los cultivos hortícolas. Para el control
biológico del moho gris de las manzanas se ha descrito el hongo antagónico Trichoderma
harzianum. Estos agentes de control todavía no se aplican de forma
comercial en estos cultivos.
Se
basa en el empleo de fungicidas. El control de Botrytis en los terrenos
de cultivo mediante aspersiones químicas aún no ha tenido el éxito deseado,
especialmente en los climas húmedos y fríos. En el caso de la pudrición de
la lechuga por Botrytis, se recomienda llevar a cabo aspersiones con
diclorán o zineb. Otros fungicidas como el difolatán, dyrene, maneb-zinc,
maneb o el clorotalonilo, parecen ser más adecuados en cultivos como la
cebolla y el tomate. Para el control de las pudriciones del fruto, como es el
caso del moho gris de la frutilla, se recomiendan las aspersiones o
espolvoreaciones con captán, thiram o benomyl.
Sin
embargo se han descrito regiones donde la resistencia de Botrytis cinerea
a fungicidas es un hecho, por lo que se recomienda:
Tratar
la parte aérea de las plantas con pulverizaciones a base de iprodiona,
vinclozolina o procimidona en alternancia o mezcla con fungicidas de
amplio espectro, especialmente con los que tienen una acción anti-Botrytis:
tiram, diclofluanida o clorotalonil.
Tratamientos
preventivos durante la floración, o cuando las condiciones ambientales
sean favorables para el desarrollo de la enfermedad.
Sobre
los tallos donde se inicie un chancro aplicar pastas fúngicas a base de
tiram + iprodiona + éter de petróleo. También triadimefon.
El
tratamiento químico debe ir acompañado de las medidas culturales
mencionadas anteriormente.
Resumiendo,
las materias activas recomendadas para el control de Botrytis cinerea son
benomilo, diclofuanida, clozolinato, iprodiona, procimidona, tiabendazol,
vinclozolina+metiram, metil-tiofanato, procimidona+dietofencarb, etc.
AGRIOS, G.N. 1996. Fitopatología. Ed. Limusa, S.A. México. 838 pp.
APARICIO, V.; BELDA J.E.; CASADO, E; GARCÍA, M.; GÓMEZ, V.; LASTRES, J.; MIRASOL, E.; ROLDAN, E.; SÁEZ, E.; SÁNCHEZ, A. & TORRES, M., 1998. Plagas y enfermedades en cultivos hortícolas de la provincia de Almería: control racional. Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía. Sevilla: 356 pp.
APARICIO, V.; RODRÍGUEZ, M.D.; GÓMEZ, V.; SÁEZ, E.; BELDA J.E.; CASADO, E. & LASTRES, J., 1995. Plagas y enfermedades del tomate en la provincia de Almería: control racional. Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía. Sevilla: 182 pp.
APARICIO, V.; RODRÍGUEZ, M.D.; GÓMEZ, V.; SÁEZ, E.; BELDA J.E.; CASADO, E. & LASTRES, J., 1995. Plagas y enfermedades de los principales cultivos hortícolas de la provincia de Almería: control racional. Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía. Sevilla: 260 pp.
BLANCARD, D. 1996. Enfermedades del tomate. Ed. Mundi-Prensa. Mdrid. 212 pp.
DOMÍNGUEZ, F. 1993. Plagas y enfermedades de las plantas cultivadas. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 821 pp.
GARIJO, C. 1991. Técnicas y criterios de intervención para el control de las plagas y enfermedades polífagas más importantes de los cultivos hortícolas en invernaderos. Phytoma España nº 34. 39-44.
JARVIS, W.R. 1998. Control de enfermedades en cultivos de invernadero. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 334 pp.
LIÑÁN, C. 2000. Vademecum de productos fitosanitarios y nutricionales. Ed. Agrotécnicas, S.L. Madrid. 628 pp.
MAROTO, J.V. 1995. Horticultura Herbácea Especial. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 611 pp.
NUEZ, F. 1995. El cultivo del tomate. Ed. Mundi-Prensa. Madrid.
RECHE, J. 1991. Enfermedades de hortalizas en invernadero. Ed. M.A.P.A. Madrid. 189 pp.
SERRANO, Z. 1996. Veinte Cultivos de Hortalizas en Invernadero. Ed. el autor. Sevilla. 638 pp.