1.- Caracteres botánicos.
1.1.- Generalidades.
El perejil, Petroselinum sativum, planta
originaria de la zona mediterránea, es una umbelífera bianual que se cultiva
por sus hojas. Las semillas germinan con dificultad. Los tallos son,
generalmente, erguidos. Las hojas, largamente pecioladas en la mayor parte de
las variedades, son lisas o rizadas, muy divididas y aromáticas. Las flores son
de color blanco verdoso. Al segundo año emite un tallo floral terminado en
umbella. La inflorescencia tiene de 8-12 radios primarios, las flores tienen
alrededor de 2 milímetros de longitud. El
fruto es un diaquenio que se emplea como semilla, de 3-4 milímetros de diámetro,
ovoide, comprimido y provisto de cinco costillas, siendo aromático también; su
poder germinativo suele durar 2 años. El número medio de semillas por gramo es
de 670. Tiene raíces profundas.
Esta especie hortícola está teniendo cada vez más
aceptación en los mercado nacionales, y muy especialmente en los andaluces, por
sus magníficas cualidades condimentarias. Ello hace que su cultivo esté siendo
objeto de cierta atención por parte de los horticultores y comience a tenerse
presente en las alternativas hortícolas intensivas. Francia es uno de los
principales países productores y exportadores.
1.2.- Variedades.
No
existen prácticamente variedades comerciales sino tipos conocidos, como común,
rizado, etc.
Perejil común.
De
porte vigoroso y follaje verde intenso y abundante. Es una planta rústica, de
tallos erectos, que suele alcanzar hasta 40 cm de altura. Las hojas, de color
verde oscuro, poseen largos peciolos. Estas son anchas, lisas y con bordes
dentados. Son aromáticas y poseen un sabor característico muy acentuado. Suele
sembrarse durante todo el año, siendo una planta de crecimiento rápido, muy
productiva y muy resistente al frío.
Perejil
rizado.
Posee
hojas muy hendidas, extremadamente rizadas y bastante aromáticas. Follaje verde
claro y porte más bajo que el del perejil común. Tallo erguido y compacto.
Convienen poner la semilla a macerar durante 24 horas antes de realizar la
siembra. Esta puede realizarse durante todo el año. Se utiliza, al igual que el
tipo anterior, en condimento y aderezo.
Paramount.
Se
conoce con este nombre a un tipo de perejil que cuenta con plantas de porte
medio a alto, follaje color claro y hojas enteramente encrespadas y encorvadas.
2.-
Clima y suelo.
Su
origen es desconocido, encontrándose naturalizado en toda Europa y cuyo cultivo
como condimento esta muy extendido.
Aunque
el perejil prefiere los climas cálidos, resiste bien el frío. En consecuencia,
se puede cultivar, prácticamente en todo tipo de climas.
Si
bien los suelos humíferos son los mas indicados, se adapta a cualquier tipo de
terreno. Prefiere los profundos, sueltos, frescos, provistos de materia orgánica
muy descompuesta y limpios de malas hierbas. En tierras ligeramente ricas en
materia orgánica, que se rieguen regularmente, puede producir buenos
rendimientos.
El
suelo debe de ser neutro, no tolerando un pH inferior a 6,5 ni superior a 8.
La
buena textura del suelo se consigue con una labor profunda antes de la siembra y
seguido de varias labores superficiales que lo mantengan suelto.
3.-
Propagación.
Por
siembra directa, empleándose de 15 a 20 kilos de semilla por hectárea, o
bien
en semillero. La siembra puede efectuarse desde últimos de febrero hasta
septiembre.
La
germinación es muy lenta, tardando casi un mes en aparecer las plantitas,
debiéndose
mantener el suelo continuamente húmedo. La tardanza en germinar es debido a que
en realidad lo que se siembra es el fruto, pequeños aquenios que cada uno
contiene una diminuta semilla debiéndose pudrir su cubierta por la humedad,
hasta que llegue está a la semilla.
Además,
debemos tener en cuenta que en la cubierta de las semillas de perejil existen
sustancias, como en el resto de las umbelíferas, que promueven la inhibición
de la germinación hasta que las condiciones del ambiente son las óptimas para
su germinación. Recientes ensayos tratan de averiguar cuales son los
tratamientos más adecuados para eludir esta defensa natural de las semillas y
favorecer así su germinación (Hassell y Kretchman, 1997).
Si
se tiene el cuidado de machacar cuidadosamente los frutitos separando por
medio
de un tamiz las muy finas semillas de los pedazos de la cáscara del fruto, al
sembrar las diminutas semillas a muy poca profundidad a los pocos días germinarán.
Un
gramo de aquenios contiene 600 de estos. Su poder germinativo dura tres años.
Transcurridos
tres meses de la siembra ya puede cosecharse el perejil: los sembrados en
febrero‑marzo pueden recolectarse en julio y los sembrados en agosto
septiembre en la primavera siguiente.
En
los últimos años se han venido desarrollando ensayos para poner a punto una técnica
de micropropagación en perejil. Finalmente los experimentos in vitro han dado
sus resultados y se ha descrito un protocolo de trabajo para la obtención de
plantas por micropropagación (Vandemoortele et al, 1996).
4.-Cultivo.
4.1.- Labores preparatorias.
Dos o tres meses antes de la
siembra conviene realizar una labor profunda, de 30 ó 40 cm. Posteriormente se
dará un pase de grada, procurando que los terrones se desmenucen.
Si la siembra se va a hacer en
eras, se preparan éstas respetando pasillos entre ellas y dejando preparado, en
su caso, el terreno convenientemente según el sistema de riego con que se
cuente.
A continuación se reparten los
abonos, normalmente a voleo, y se entierran con una labor ligera de azada o
cultivador.
Por último se da un riego para
poner la tierra en tempero antes de proceder a la siembra.
4.2.-
Marcos de plantación.
La época de siembra dependerá
de cuándo se deseen obtener las plantas. Aunque puede sembrarse durante todo el
año, se suele realizar en invierno, enero o febrero, o bien en verano, agosto o
septiembre. Puede hacerse a voleo o en líneas. De cualquier forma, la semilla
debe ponerse en maceración durante 24 horas, enterrándola después
superficialmente.
La siembra se puede realizar en
líneas que estén separadas entre sí de 15 a 20 cm, dejando de 5 a 8 cm entre
plantas. Si la siembra se hace a voleo, deberá procederse a realizar un
aclareo, con el fin de que las plantas queden separadas unas de otras, en todos
los sentidos, alrededor de 8 cm.
La cantidad de semilla a emplear
es del orden de 1 a 1,5 gramos por metro cuadrado, para proceder posteriormente
al aclareo.
Una vez efectuada la siembra se
dará un riego, procurando no arrastrar las semillas, por lo que, de hacerse con
aspersores, deberán ser éstos muy bajos.
Las plantas sembradas en
invierno, en zonas cálidas, tardan un mes en nacer, y las sembradas en verano,
de 14 a 16 días, aproximadamente.