La compactación del
suelo corresponde a la pérdida de volumen que experimenta una determinada
masa de suelo, debido a fuerzas externas que actúan sobre él. Estas fuerzas
externas, en la actividad agrícola, tienen su origen principalmente en:
. Implementos de
labranza del suelo.
. Cargas producidas
por los neumáticos de tractores e implementos de arrastre.
. Pisoteo de
animales.
En condiciones naturales
(sin intervención antrópica) se pueden encontrar en el suelo, horizontes con
diferentes grados de compactación, lo que se explica por las condiciones que
dominaron durante la formación y la evolución del suelo. Sin embargo, es
bajo condiciones de intensivo uso agrícola que este fenómeno se acelera y
llega a producir serios problemas en el desarrollo de las plantas cultivadas.
La compactación del
suelo produce un aumento en su densidad (densidad aparente), aumenta su
resistencia mecánica, destruye y debilita su estructuración. Todo esto hace
disminuir la porosidad total y la macroporosidad (porosidad de aireación) del
suelo. Los efectos que la compactación produce, se traducen en un menor
desarrollo del sistema radical de las plantas y, por lo tanto, un menor
desarrollo de la planta en su conjunto, lo que redunda en una menor producción
(Figura 1).
Figura 1.
Desarrollo de un cultivo en un suelo sin restricciones físicas de suelos (a)
y el mismo cultivo desarrollándose en un suelo que tiene una estrata de
suelos compactada (b).
De los factores
mencionados, son dos los que van a tener un efecto directo sobre el
crecimiento de las raíces, estos son:
. Aumento de la
resistencia mecánica del suelo.
. Disminución de la
macroporosidad del suelo.
El aumento de la
resistencia mecánica del suelo va a restringir el crecimiento de las raíces
a espacios de menor resistencia, tales como los que se ubican entre las
estructuras (terrones), en cavidades formadas por la fauna del suelo
(lombrices) y en espacios que se producen por la descomposición de restos orgánicos
gruesos (raíces muertas). Esta situación va a producir un patrón de
crecimiento característico de raíces aplanadas, ubicadas en fisuras del
suelo, con una escasa exploración del volumen total del suelo.
La disminución de la macroporosidad del suelo va a producir una baja
capacidad de aireación y oxigenación del suelo, lo que va a producir una
disminución de la actividad de las raíces y, consecuentemente, un menor
crecimiento de éstas, un menor volumen de suelo explorado, una menor absorción
de agua y nutrientes. Este efecto se agrava cuando se riega en forma excesiva,
llegando a producirse la muerte de las raíces por asfixia. Esto debido a que
los escasos macroporos que pueden airear el suelo van a permanecer llenos de
agua gran parte del tiempo.
La compactación del
suelo es un fenómeno difícil de corregir y de un elevado costo. Por lo
tanto, hay que tomar las medidas necesarias para que este fenómeno no ocurra
o bien se mitigue, de manera que no llegue a niveles que limiten el potencial
productivo de la especie cultivada. También debe tenerse en consideración
que si bien el problema puede ser aliviado con algunas medidas de corrección,
existe el riesgo de recompactar el suelo y el recurso suelo puede quedar en un
nivel de mayor degradación. Por lo tanto, luego de aliviada la compactación,
es necesario realizar prácticas de manejo de suelos que eviten que este fenómeno
se vuelva a producir en forma intensa.
A continuación se presentan los factores que van a incidir en el proceso de
compactación del suelo y que deben tenerse en consideración al momento de
comprar o arrendar maquinaria agrícola y al programar o realizar las labores
agrícolas:
. Peso de la
maquinaria: a mayor peso de la maquinaria mayor posibilidad de compactar el
suelo y mayor profundidad puede alcanzar la compactación.
. Distribución del
peso de la maquinaria: si el peso de la maquinaria es desuniforme, por
ejemplo mayor peso en ruedas traseras, la presión ejercida por éstas sobre
el suelo será mayor.
. Ancho de los neumáticos:
si el peso de la maquinaria se distribuye en un área mayor (neumáticos más
anchos), la presión sobre el suelo será menor que en el caso de usar neumáticos
más angostos.
. Presión de inflado
de los neumáticos: mientras más inflados los neumáticos, menor es el área
del neumático que entra en contacto con el suelo y mayor es la presión
sobre el suelo. Por lo tanto, se recomienda hacer las labores con presiones
de inflado bajas.
. Patinaje de las
ruedas: en la medida que estos fenómenos se produzcan, el esfuerzo
producido sobre el suelo es mayor. Se sugiere realizar el trabajo evitando
el patinaje y zapateo de los neumáticos.
. Velocidad de
trabajo: cuando la presión sobre el suelo es mantenida por un mayor tiempo
el fenómeno de compactación tiene una mayor posibilidad de producirse, por
lo que sería adecuado realizar las labores a una velocidad lo más alta
posible.
. Número de pasadas
de la maquinaria: a mayor número de pasadas, mayor es la compactación que
se produce en el suelo.
. Profundidad de
trabajo del implemento de laboreo de suelos: el extremo inferior de
cualquier implemento de laboreo de suelos va a ejercer un esfuerzo vertical
sobre el suelo, por lo que la mantención de una misma profundidad de
laboreo va a producir la compactación del suelo bajo esta profundidad (pie
de arado), por lo que es recomendable variar la profundidad de las labores.
. Características físicas
y propiedades mecánicas del suelo (textura, tipo y estabilidad de la
estructura, densidad aparente, carga histórica, resistencia a la deformación).
. Contenido de
humedad del suelo: a mayor contenido de humedad, el suelo puede deformarse y
compactarse con menores presiones recibidas. Por lo tanto, las labores deben
realizarse con el suelo lo más seco posible.
Þ Incorporación de
materia orgánica al suelo: la materia orgánica incorporada al suelo actúa
directa e indirectamente favoreciendo la formación y la estabilidad de la
estructura del suelo, lo que puede ayudar a prevenir la compactación.
Þ Uso de cubiertas vegetales: la penetración de las raíces y su posterior
muerte producen poros continuos que ayudan al movimiento del aire y el agua
en el suelo. Por medio de la cubierta vegetal, se incorpora también materia
orgánica al suelo.
Þ Uso de camellones para la huella del tractor: al construir camellones
para el paso de las ruedas de la maquinaria se evita que el efecto de la
compactación llegue a mayor profundidad.
Þ Uso de pistas de circulación: al ubicar pistas exclusivas para el tránsito
de la maquinaria se puede evitar el paso innecesario de maquinaria por la
superficie del suelo.
Þ Ajustar maquinaria a una misma trocha: esta medida está orientada a
reducir el área que es usada por la maquinaria, manteniendo una sola huella
para el paso de las ruedas.
Para abordar el problema
de la compactación se pueden tomar medidas correctivas, como en el caso del
subsolado, y medidas de tipo complementaria, que no modifican rápidamente la
condición actual del suelo pero que ayudan a mejorar el comportamiento del
cultivo o bien tiene un efecto en el suelo a un mediano o largo plazo. A
continuación se analizan brevemente algunas de estas medidas.
La práctica del
subsolado consiste en soltar el suelo bajo la profundidad normal de cultivo,
usando un arado de uno o más brazos rígidos, con el objetivo de romper capas
de suelos compactadas. Los subsoladores normalmente trabajan a profundidades
de 30-70 cm. Existe también la alternativa de usar algún tipo de arado de
vertedera, teniendo en consideración que la capacidad de profundizar es menor
y tiene mayores requerimientos de potencia.
Cuando el subsolador pasa por el suelo va soltando las capas compactadas,
levantándolas y disgregándolas, formándose una red de macroporos
interconectados. Algunos de los cuales van desde el subsuelo suelto hasta la
superficie, actuando como vías para la penetración de raíces y el flujo de
agua y aire.
El subsolado es una labor de elevado costo y por lo tanto debe hacerse sólo
cuando las características del suelo lo justifican. Por lo tanto antes de
tomar la decisión de hacer esta labor, debe estudiarse con detención el
perfil del suelo, determinando la presencia de estratas de suelo compactadas,
analizando su ubicación y distribución espacial en el potrero.
Una vez tomada la decisión de hacer un trabajo de subsolado, ha de elegirse
el subsolador y el tractor adecuados para las condiciones de trabajo locales,
revisándose, por medio de calicatas, la profundidad y ancho de la labor en el
suelo en varias labores de prueba, ajustando también la distancia entre cada
pasada. Es muy importante tener en consideración el contenido de humedad del
suelo, ya que la labor debe hacerse con el suelo lo suficientemente seco como
para que se quiebre y disgregue, de lo contrario (suelo muy húmedo) el
subsolador va a pasar haciendo sólo un corte vertical en el suelo. En el caso
de uso de un arado de vertedera, la labor debe hacerse con un contenido de
humedad mayor de forma que el suelo se encuentre en un estado friable (fácil
de trabajar y disgregar).
La incorporación de
materiales que actúen como acondicionadores físicos de suelo en profundidad
van a permitir mejorar y mantener una mejor condición para el desarrollo de
las raíces en el subsuelo.
Esta labor consiste en localizar el material (guanos, aserrín, viruta,
restos de poda trozados, lodos de aguas servidas, compost, desechos orgánicos
animales y vegetales diferentes, etc.) en hoyos o zanjas, a la profundidad de
la estrata de suelos compactada. Es una labor de alto costo y muy localizada
que se puede justificar en el caso de que el subsolado puede no ser una buena
alternativa, como por ejemplo en el caso de plantaciones frutales
establecidas, donde se dificulta el trabajo de tractores de gran potencia.
En el caso de
plantaciones frutales también es posible agregar suelo de la entrehilera
sobre la hilera de plantación, formando un lomo o camellón de suelo suelto
donde las raíces encontrarán mejores condiciones para su desarrollo. Con el
suelo adicionado la profundidad de suelo aprovechable aumenta (en hilera de
plantación), contrarrestando en parte el efecto negativo de la presencia de
una estrata compactada en profundidad.
Es recomendable combinar el uso de camellones con un "mulch"
orgánico o plástico con el objetivo de reducir la evaporación del agua
desde el camellón, manteniendo un adecuado nivel de humedad en el suelo y
lograr de este modo una mejor distribución de las raíces dentro del camellón.
La reacción de las plantas a esta labor va a depender de la especie
frutal, por lo que hay que estudiar esta alternativa para cada situación en
particular, tomando en consideración: especie frutal, sensibilidad a
enfermedades del cuello de la planta, distancia entre hileras, ancho de
trabajo de la maquinaria, entorpecimiento de labores normales de manejo y método
de riego, ya que se adapta principalmente al riego localizado (goteo,
microaspersión).
Esta práctica consiste
en mantener una cubierta vegetal de especies con diferentes sistemas
radiculares en superficies que permanecen sin vegetación, en forma permanente
o en algunos períodos del año. El objetivo de esta cubierta vegetal es la de
incorporar materia orgánica al suelo a través de la parte aérea y de las raíces
de las plantas. En este sentido se prefiere utilizar especies de arraigamiento
profundo para que las raíces lleguen y penetren el subsuelo compactado,
favoreciendo la formación de macroporos y la estructuración del suelo.
Las cubiertas vegetales pueden establecerse en huertos frutales, entre
las hileras de plantación o en toda la superficie, durante el período otoño-invierno
(cubiertas vegetales invernales), incorporándose en forma mecánica o química
en la primavera. En general se usan especies rústicas, de fácil
establecimiento, de semilla de bajo precio, de fácil incorporación y que no
vayan a interferir con el frutal o el cultivo que le sigue (huésped de plagas
o enfermedades, efectos alelopáticos). Esta práctica tiene efecto en un
mayor plazo que las medidas anteriores, por lo que se le considera también
como un manejo preventivo.
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