En
el caso del PVY los métodos indirectos no son suficientemente eficaces debido
a la no persistencia del virus en el vector, siendo el método más eficaz la
utilización de variedades resistentes. No obstante, a continuación se
detallan algunos de los métodos indirectos de control más importantes. Estos
métodos se basan en la reducción del nivel de inóculo o impedir la
transmisión a través de los vectores.
1.Eliminación
de las malas hierbas que crecen tanto en el cultivo como alrededor de la
parcela, para disminuir las fuentes de virus, así como de sus vectores. Sin
embargo, a veces no es fácil el control total de malas hierbas o,
simplemente, la parcela está descuidada. No debe olvidarse que algunas
malas hierbas pueden transmitir el virus por las semillas, pudiendo así
perpetuarse el inóculo.
2.Eliminación
de plantas infectadas ya que constituyen focos de infección para las
plantas sanas.
3.Protección
de los semilleros con mallas antipulgón para evitar contaminaciones
precoces.
4.Pulverizar
con aceites minerales a bajas concentraciones para reducir la frecuencia de
transmisión de áfidos.
5.Usar
superficies reflectantes que puedan reducir la expansión del vector.
6.Usar
trampas adhesivas (láminas pegajosas amarillas) para atrapar los vectores.
7.Cultivar
papas cerca del pimiento, actuando como un cultivo barrera. También puede
ser útil disponer de cultivos trampa para insectos vectores en campos
cercanos a los de producción, en donde puedan ser eliminados.
8.Adelantar
o retrasar la fecha de plantación. Se trata de evitar que coincida la época
de mayores poblaciones del pulgón con el estado juvenil de la planta,
momento en que ésta es más sensible a la infección, o con periodo de
formación de fruto, lo cual puede tener graves consecuencias. Sin embargo,
este método tiene inconvenientes, ya que, al tratar de desplazar la época
de cultivo en una zona puede provocar problemas adicionales como por ejemplo
dificultades en el cuajado o maduración.
9.Controlar
los pulgones mediante tratamientos químicos. La eficacia de estos
tratamientos normalmente es insuficiente. Por otra parte, el empleo de
aficidas similares al pirimicarb y metamidofos puede aumentar el nivel PVY
pues hacen que los pulgones estén menos quietos.
Mediante
la genética podemos introducir resistencia a este virus en cualquier variedad
comercial que nos interese, esto es debido a que la genética del carácter es
sencilla, porque de no ser así no se podría realizar. El carácter a
transmitir (resistencia) está basado en un locus con dos alelos recesivos (homocigosis).
Existen
distintas variedades de pimiento resistentes a PVY y otras variedades que son
tolerantes: de todas ellas sólo nos interesan las primeros por ser el
mecanismo de resistencia un mecanismo genético para hacer frente al virus.
Las variedades tolerantes, en cambio, no presentan un mecanismo genético de
defensa, sino que presentan unas características propias de la variedad que
consiguen que la presencia del virus no afecte a la producción.
Son
numerosas las variedades que presentan resistencia a determinados aislados de
PVY (Zarco F1, Aureola F1 y los tipos Agronómico de Brasil, que incluyen
el P11, el Mogi das Cruzes, El Casca Grossa y el Avelar), pero pocas
son las que se han utilizado para la mejora de variedades sensibles a PVY.
El
grupo Serrano también se distingue entre los pimientos mexicanos por su alto
nivel de resistencia a diferentes patotipos de PVY.
También
se han encontrado fuentes de resistencia en otras especies del género Capsicum: C.chinense,
C.frutescens, C.baccatum var.pendulum,
C.eximium, C.flexuosum y C.pubescens, pero estas fuentes de resistencia, por
su distancia genética con los pimientos habitualmente cultivados en la Península
Ibérica, no han sido muy usadas en la mejora de los cultivares típicos
mediterráneos como es el caso que nos ocupa.
Existen
varios tipos de mejora, pero el mejor es el retrocruzamiento.
La mejora por retrocruzamiento tiene su mayor aplicación en la obtención de
variedades resistentes a enfermedades y plagas, fundamentalmente cuando esta
resistencia está controlada por genes dominantes o recesivos. Estos genes de
resistencia, que normalmente son específicos para controlar una o pocas razas
del patógeno, son vulnerables frente a la aparición de una nueva raza del
patógeno. La mejor solución a este problema sería obtener una variedad que
tuviese todos los genes de resistencia posibles contra las razas conocidas del
patógeno, generando variedades de resistencia múltiple.
Para
realizar todo el proceso de mejora (a excepción de los ensayos agronómicos
que se realizarán en las condiciones de cultivo verdaderas, es decir, en
cultivo al aire libre) se realizará el cultivo en las condiciones lo más
controladas que sea posible y sin que se vea afectado el desarrollo del
programa por los ciclos estacionales anuales y por tanto puedan obtenerse las
generaciones sucesivas de la mejora en el menor tiempo posible: se escoge un
sistema de cultivo forzado (en invernadero) que permitirá controlar gran
parte de los factores agronómicos. Se espera poder afrontar los costes
derivados de la instalación del cultivo forzado con los resultados obtenidos
del programa de mejora.
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