La colchina
pertenece a la familia de las Crucíferas. Su nombre
botánico es Brassicacampestris sp. pekinensis.
Por fuera es
muy similar a un lechuga romana. Tiene hojas
verticales, de limbo alargado y con penca y nerviaciones muy
marcadas y grandes (ocupando buena parte del limbo). Las
hojas, al principio, crecen erectas y separadas, después se
forma el acogollamiento y se forma una pella prieta.
Es una planta
bienal. Le afecta mucho la vernalización; florece en
primavera, en cuanto suben las temperaturas. El ciclo de la
planta desde que se planta hasta que se recolecta es de unos
70-90 días.
Esta planta
se ve afectada por las bajas temperaturas; por debajo de los
8 ºC se paraliza. El óptimo de desarrollo de la colchina
está en 18-20 ºC. Y el óptimo para la formación de
cogollos está entre los 15-16 ºC. La subida de flor
se suele producir cuando la planta se ve sometida a
temperaturas menores a los 12 ºC.
El suelo
ideal sería aquel de textura media, que sea poroso, y que
retenga la humedad. Un pH bueno para la planta sería el
comprendido entre 6,5 y 7. No son buenos ni los suelos
excesivamente ácidos ni los muy alcalinos, que provocan lo
que se llama tipburn.
A este
cultivo, en ningún momento de su desarrollo debe faltarle
humedad en el suelo. En relación a las necesidades de
abonado, necesita mucho del nitrógeno. También los
microelementos son muy importantes, en especial el boro. En
el cerrado de la pella no debe faltar calcio,
pues puede acusar el accidente fisiológico del tipburn.