Ocupa
el segundo lugar en importancia detrás de la poroto como leguminosa de grano
seco. De los poco más de 10 millones de has que se siembran de garbanzos en
el mundo, aproximadamente 7 millones se cultivan en la India.
Las
principales provincias españolas productoras son: Badajoz, Sevilla, Córdoba,
Granada, Toledo, Málaga y Cádiz. Todas ellas en secano principalmente.
Las
producciones medias de este cultivo son de unos 700 kg por ha.
El
garbanzo se cultiva para la alimentación humana pues posee un alto valor
nutritivo. Contiene entre un 17 y un 24% de proteína bruta. (dentro de las
leguminosas son las de mejor calidad por su composición en aminoácidos).
El
garbanzo (Cicer arietinum) pertenece
a la familia de las leguminosas. La planta que puede alcanzar una altura de 60
cm, tiene raíces profundas y tallos ramificados y pelosos. La planta tiene
numerosas glándulas excretoras. Las hojas pueden ser paripinnadas o
imparipinnadas. Los foliolos tienen el borde dentado. Flores axilares
solitarias. Los frutos son en vaina bivalva con una o dos semillas en su
interior que suelen ser algo arrugadas. La planta tiene dos cotiledones
grandes.
Es
planta resistente a la sequía. Aunque la semilla del garbanzo crece con la
humedad acumulada en el suelo de la lluvia caía previamente, el grano
responde positivamente a un riego suplementario.
El
riego en general mejora la nodulación e incrementa el rendimiento y el número
de vainas.
En
España solamente se cultivan unas 2.000 ha de garbanzo en regadío, doblándose
en este caso la producción respecto al secano.
Con
respecto a los suelos, prefiere las tierras silíceo-arcillosas o
limo-arcillosas que no contengan yeso. Cuando hay un exceso de arcilla suele
producir una bastez en la piel de la semilla. Cuando la tierra es yesoso el
garbanzo obtenido es de mala calidad en general y muy malo para cocer. Si la
tierra tiene materia orgánica sin descomponer también le perjudicará. Los años
buenos para el garbanzo suelen coincidir cuando ha sido un año poco lluvioso,
sobre todo en primavera.
Prefieren
los suelos labrados en profundidad porque con su muy bien desarrollado sistema
radicular puede explorar estor sustratos.
Es
planta que conviene no repetir sobre el terreno por lo menos hasta que pasen
cuatro años. Se prefieren terrenos orientados al mediodía o poniente y se
deben evitar los lugares donde se acumula la humedad.
El
garbanzo es sensible a la salinidad, tanto del suelo como del agua de riego.
Los suelos cuanto mejor aireados mejor. El pH ideal está entre 6 y 9, aunque
parece ser que cuanto más ácido sea el suelo mayor problemas de fusarium
pueden aparecer.
Los
nutrientes extraídos por una cosecha de 1 tm de grano y 1,5 tm de paja por ha
son aproximadamente: 48 kg de N y 10 kg de P2O5. La
fijación simbiótica debe ser suficiente para los requerimientos de nitrógeno
de la cosecha.
En
Andalucía es típico abonar únicamente con superfosfato, sin añadir ni nitrógeno
ni potasa. Actualmente como el cultivo anterior es el trigo y viene el suelo
fuertemente abonado con fósforo, se puede decir que prácticamente no se
abonan.
El
garbanzo es una planta con altas necesidades en azufre, aunque todavía no se
han hecho estudios muy exhaustivos.
En
general únicamente se han visto algunas deficiencias poco serias de hierro,
zinc y molibdeno, fácilmente corregibles con aspersiones foliares.
Mosca
del garbanzo (Liriomyza cicerina):
parece que los garbanzos sembrados en invierno sufren menos daños de mosca
que los sembrados en primavera. Es una plaga exclusiva del garbanzo por lo que
si no hay garbanzales próximos, la alternativa de cosecha será un buen
remedio contra la plaga.
El
producto químico más empleado en los tratamientos es el Dimetoato (Rogor).
También son productos efectivos contra la mosca el deltametrín (piretroide
sintético) y el metidatión.
Gorgojo
(Bruchus sp.): los daños causados
por el gorgojo en los garbanzos son especialmente importantes por la
depreciación de la semilla. El gorgojo debe combatirse en el campo con un par
de pulverizaciones con Malathión (con 10-12 días de separación), la primera
en el momento de caída de flores. Hay que procurar que las vainas recién
formadas queden bien mojadas por el tratamiento para evitar la puesta por la
hembra.
En
el granero se puede utilizar el fosfuro de aluminio. Si los garbanzos son para
conservar es conveniente este tratamiento puesto que el gorgojo deprecia
bastante el producto.
Heliothis
(Heliothis armigera): puede producir
daños importantes. El Endosulfan es el producto más recomendado en los
tratamientos a razón de 3-4 litros/ha.
Rabia
del garbanzo (Ascochyta rabiei):
aparte de pro rabia, en España tambien se conoce a esta enfermedad por Seca,
Socarrina, Quema, etc. La causa un hongo que produce unas manchas redondas con
el borde oscuro en hojas y vainas. Las manchas en los tallos, que son las más
graves, impiden la circulación de la savia y la planta se seca.
La
infección se suele producir cuando la planta está mojada y la temperatura es
alta. Con temperaturas bajas y tiempo seco no se produce la infección.
Como
las semillas pueden ser portadoras de la enfermedad se recomienda su
tratamiento con: Benomilo, Tiram o Tiabenzadol.
En
cuanto a los tratamientos foliares parece que el producto que da un mejor
resultado es el clortalonil.
Fusarium
sp.; este hongo causa una enfermedad llamada Fusariosis. Las plantas
atacadas tienen las raíces alteradas y en el cuello aparecen unas manchas
pardas. El hongo acaba por obstruir la ascensión de la sabia por los vasos y
destruye las raíces.
Hoy
en día se le considera la enfermedad más importante del garbanzo aunque
hasta hace poco tiempo lo fue la rabia.
Como
medios de lucha, diremos que es muy importante no repetir el cultivo del
garbanzo en la misma parcela por lo menos en tres o cuatro años. Respecto a
los fungicidas, parece que no son eficaces contra esta enfermedad.
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