A pesar de considerarse como clima óptimo para el cultivo de moras los
climas relativamente frescos, libres de lluvias en el período de cosecha, y con frío
invernal de 800 a 1.200 horas frío, se ha observado que este cultivo se distribuye
ampliamente en distintas zonas agroclimáticas del mundo. En Chile las moras adquieren su
mayor desarrollo desde la región Metropolitana hacia el sur. Las variedades híbridas, en
general requieren de climas más benignos por ser más sensibles al frío.
El factor climático limitante para la mora es el frío invernal,
principalmente para las variedades híbridas. Actualmente se está trabajando para
desarrollar híbridos con mayor resistencia al frío y así expandir el cultivo hacia
áreas más frías.
Una alta humedad atmosférica favorece el desarrollo de las plantas,
sin embargo, esta especie, a diferencia de la frambuesa, presenta cierto grado de
resistencia al déficit o exceso de agua debido a su mayor profundidad y extensión del
sistema radical.
En moras, el efecto negativo del viento es menor que en el caso de las
frambuesas. Esto se debe a que la mora híbrida es más resistente y tiene un manejo
cultural distinto.
Se adaptan a diversos tipos de suelos, siempre que éstos sean
permeables no muy alcalinos ni muy arcillosos, pero ricos en materia orgánica. Solamente
variedades rastreras soportan suelos pesados.
Se desarrollan bien en suelos con pH 6-7,5. En comparación con las
frambuesas, las moras toleran en mejor forma suelos drenados y arcillosos.
Las variedades que actualmente encontramos se han originado de
interacciones genéticas entre varias especies que presentan características
morfológicas heterogéneas, por lo que no es extraño que estas variedades difieran entre
sí en cuanto a su hábito de crecimiento y al tipo de fruta. Por esta razón, las moras
se han clasificado según su habito de crecimiento (erecto, semierecto o rastrero) y la
presencia o ausencia de espinas (característica que puede ser otorgada por la
hibridación). De la combinación de estas dos características morfológicas se han
obtenido numerosas variedades que se agruparían en la siguiente clasificación: Erect
Thorny, semierect thonless, western tralling, dewberries o híbridos entre moras y
frambuesa.
Las variedades de mora pertenecientes a la clasificación erect thorny
(por ejemplo Cherokee, Eldorado, Darrow) se caracterizan por ser erectas, algunas veces
pueden ser arqueadas, presentan espinas en sus cañas y sus primeras cañas emergen de
yemas adventicias de la raíz y corona. Los racimos de frutas con grandes y de fruta
dulce. La mayoría de estas especies son resistentes al frío.
Se puede decir de las variedades tales como Logan, Boisen y Olallie que
pertenecen al grupo de los western tralling (algunas veces llamados Dewberry) se
caracterizan por presentar cañas semierectas y espinosas, y frutas de gran tamaño.
Como primera medida es importante asegurarse que el material de
plantación está libre de enfermedades, aunque la mora no es tan susceptible a virus y
otros patógenos como la frambuesa.
El suelo debe estar bien preparado y si fuese necesario, debe ser
enriquecido como materia orgánica (20 a 40 ton/ha. De guano de vacuno o de oveja). El
mejor suelo para la plantación es aquel en que el año anterior se haya cultivado algún
cereal o leguminosa. Nunca se debe plantar después de papas, tomates o cucurbitáceas,
debido a que en el suelo pueden quedar muchos hongos patógenos que posteriormente
dañarán la plantación.
La distancia de plantación es muy variable, dependiendo del tipo de
planta: erecto, semierecto o rastrero. Varía también según el vigor de la variedad,
según las maquinaria a utilizar y el sistema de soporte.
En el Cuadro Nº1 se indican las distancias de plantación más usadas.
Cuadro Nº 1. Distancias de plantación de moras.
SOBRE HILERA (m)
ENTRE HILERA (m)
1,20
2,40
2,40
2,40
2,40
2,70
2,70
2,70
2,70
3,00
(Fuente, Sudzuki, F.1985)
En cuanto a la época de plantación, la mejor es a fines de invierno o
principios de primavera. Jamás se debe plantar a fines de primavera o principios de
verano, cuando ha comenzado a aumentar notoriamente la temperatura, ya que la alta
temperatura del suelo impedirá un buen araizamiento. En caso que fuese inevitable esta
opción, después de la plantación se requieren riegos frecuentes.
Las plantas deben ser transplasntadas inmediatamente después de
llegadas al campo, para evitar la deshidratación de la raíz, si no es así, deben ser
barbechadas y si han sufrifo algún grado de deshidratación, se deben sumergir en agua
barrosa antes de ser plantadas. Las plantas deben ser enterradas solamente hasta el nivel
de sus raices, en suelo húmedo y bien apisonado
Una adecuada fertilización se realiza según una pauta de análisis de
suelo y foliar, si no se realizase este análisis un buen indicador de los requerimientos
nutricionales del cultivo sería el crexcimiento de la planta.
El nitrógeno es el nutriente más importante debido a que se relaciona
directamente con la producción. Es responsable del control del crecimiento vegetativo, y
cuando existe una deficiencia de éste el crecimiento de brotes, tamaño de hoja y
rendimiento disminuyen, por otra parte, un exceso de nitrógeno produce demasiada
vegetación y la fruta podría ser afectada.
La primera fertilización debe ser realizada durante la preparación
del terreno antes de la plantación. Esta aplicación debiera cumplir los requerimientos
inciales del cultivo.
Desde la segunda temporada en adelante, como recomendación general, se
sugiere aplicar entre 55 y 112 Kg/ N7Ha (100 a 200 Kg urea), aplicada sobre la linea de
plantación. Se debe realizar en primavera, antes de que comience el crecimiento de la
temporada. En caso que el nitrógeno fuese aplicado en forma de guano, se debe aplicar en
dosis de 13 a 18 ton/ha a fines de otoño o en invierno cuando las plantas están receso.
Es importante aplicar suficiente nitrógeno después de la plantación
para obtener un crecimiento rápido y gran cantidad de madera frutal. Una vez que las
plantas se han establecido, es recomendable aplicar una cantidad moderada de nitrógeno,
el objetivo es mantener un hábito de crecimiento bien balanceado de la planta. Este
elemento es uno de los más importantes, especialmente para variedades como
Boisenberry.
Se puede aplicar en cualquiera de sus formas comerciales.
Elementos como fósforo y potasio no son indispensables en el cultivo
de este frutal, y se deben aplicar de acuerdo con la calidad del suelo. Para la
aplicación de guano se puede utilizar preferentemente el de vacuno o de gallina, pero en
cantidades limitadas para no producir deficiencias de zinc.
Existen dos tipos de poda: de verano y de invierno.
La poda de verano debe realizarse inmediatamente después de la
cosecha. Se debe eliminar toda caña que haya fructificado y las más débiles, ya que
estas producen frutos pequeños que no contribuyen sustancialmente a la producción.
Las cañas, además se deben despuntar para así forzar la brotación
de ramillas laterales sobre las cuales se basará la producción de la siguiente
temporada.
El número de cañas a dejar depende de la variedad y la distancia de
la plantación usada. Se recomienda dejar un máximo de 9 cañas por planta para obtener
una alta producción con fruta de buena calidad.
Después de la poda se deben amarrar las cañas, especialmente en
climas muy luminosos, ya que las cañas nuevas son muy susceptibles a quemaduras por el
sol, solo en climas poco luminosos el amarre puede ser realizado en invierno.
La poda de invierno puede ser realizada tanto en esta estación
como a principios de primavera, antes que empiece la brotación. Consiste en rebajar las
ramas laterales superiores a una longitud de 35 cm.
Deben eliminarse todos los brotes que se desarrollen bajo el primer
alambre. Esta poda favorece la formación de fruta de mayor tamaño y mejor calidad.
Generalmente se debe usar el tipo espaldera de 2 o 3 alambres, el
diámetro de los postes a usar debe ser de 3 ó 4 pulgadas. Cada poste se coloca más o
menos a 10 m uno del otro, excepto en la variedad Olallies, en cuyo caso deben colocarse a
una distancia de 3 m debido a que es una planta muy vigorosa. El primer alambre se ubica a
45 cm del suelo, el segundo a 30 cm del primero y el último en el extremo superior del
poste.
La postación debe hacerse junto con la plantación o tan pronto las
plantas alcancen la altura adecuada para ser amarradas, la colocación temprana de los
postes aumentará la producción el primer año.
Una de las labores culturales más engorrosas y de mayor costo en este
tipo de cultivo es la eliminación de las malezas, especialmente las limpias de las
líneas de plantación, las cuales deben realizarse superficialmente para no dañar las
raíces, por eso se recomienda hacerlo en forma manual 4 a 6 veces al año, según el
grado de enmalezamiento. Malezas como Chufa, Correhuela y otras no tienen control químico
selectivo en las hileras de plantación y su control mecánico es de poca efectividad.
Debido a lo anterior es recomendable para el cultivo de estos frutales utilizar suelos
libres de malezas perennes, si esto no es posible se debe realizar un barbecho de verano
en donde se combinen la preparación de suelos, riegos y aplicaciones de herbicidas
sistémicos para llegar a la plantación con la población de malezas perennes disminuida
y manejable durante el cultivo.
Las moras tienen cierta resistencia a los herbicidas, por lo cual se
sugiere el siguiente programa de control:
A principios de primavera, antes de la emergencia de las malezas o
antes que sobrepasen los 10 cm, aplicar Simazina 80 o 500 F, mezclada con Paraquat,
Sinox o Casaron.No deben mojarse con herbicidas las cañas o brotes de mora
que estén emergiendo. Casaron solo debe usarse a temperaturas inferiores a 16º C; en
caso que sean mayores, debe regarse inmediatamente después para que no se volatice.
Por lo general se recomiendan dos aplicaciones: la primera entre Abril
y mayo, con una dosis de 2-4 de ingrediente activo de Paraquat, y la segunda en
septiembre-octubre con una dosis de 1-2 kg i.a. Las dosis deben ser mayores en suelos
sueltos, arenosos o con mucha grava.
Las moras generalmente son más susceptibles a plagas que las
frambuesas, a excepción de Dewberry que se presenta más vigorosa y sana.
La principal plaga, especialmente en Logan y Boysen, la constituyen los
thrips, que permanecen sobre ellas durante todo el año, o sobre las malezas
durante el invierno. Cuando la planta comienza a florecer, este insecto atraído por el
néctar, cubre un gran número las flores. No causan daño a la fruta, pero permanecen en
los drupéolos, lo que disminuye la calidad comercial de los frutos. El mayor daño
causado por este insecto es en la hoja.
Los áfidos también ocasionan daño en la hoja, provocándoles
un envejecimiento prematuro.
Las enfermedades más conocidas en las moras son Oidium,
Verticillium, Agallas del cuello y Anthracnosis. Esta se presenta como
lesiones púrpuras en las cañas y las hojas, entre otros síntomas. Se puede controlar
aplicando fungicida o también se pueden remover las cañas viejas después de la cosecha.
La mora en su hábitat nativo es capaz de resistir largos períodos de
sequía, sin embargo una repentina interrupción en el abastecimiento de agua puede
reducir considerablemente el rendimiento y tamaño de la fruta.
En época de activo crecimiento la mora requiere aproximadamente 25,4
mm de agua por semana. Durante el crecimiento de la fruta y época estival el
requerimiento hídrico es aún mayor.
El riego por aspersión, y recientemente el sistema por goteo, son los
más usados en este tipo de cultivo.
Para obtener su máxima producción es necesario mantener una adecuada
humedad en el suelo. Es importante la regularidad en el riego, especialmente durante el
crecimiento del fruto, esto dá como resultado mayor grosor de cañas, mayor tamaño de
fruto y en consecuencia mayor producción.
No existen reglas generales para determinar las necesidades de riego,
debido a que dependen fundamentalmente de la capacidad de retención de agua que posee
cada suelo, de las condiciones climáticas y del estado fenológico de la planta. Por
ejemplo los suelos pesados y arcillosos pueden conservar tres veces más del agua
suministrada a uno 30 cm de profundidad, que un suelo liviano y poco profundo debe regarse
con pequeñas cantidades de agua y con mayor frecuencia.
Aún cuando el agua y calidad del suelo son parámetros importantes en
la productividad, es necesario considerar que un exceso de agua puede inducir a asfixia
radical, pudrición de raíces y desarrollo de flora fungosa.
Un buen programa de riego debe considerar básicamente un buen riego
antes de la cosecha y riegos ligeros durante ella, siempre que sean necesarios, y
finalmente una vez terminada la cosecha y antes de las podas, se debe realizar un último
riego en profundidad.
De los riegos tecnificados, el riego por aspersión con microaspersor
colocado a bajo altura es el más recomendado, siempre que se tenga cuidado de no mojar
las coronas, lo cual significa un manejo cultural por plantas y no por camellòn continuo.
La producción de moras e híbridos tiene mayor importancia en el Oeste
de Estados Unidos (Oregon y Washington) y Nueva Zelandia. La principal variedad de moras
en el oeste de Estados Unidos es la Evergreen Thomless y sólo existen pequeñas
cantidades de Boysenberry y Marion. En California sólo se produce una pequeña cantidad
de moras Ollalie.
Se estima que la producción mundial de moras e híbridos es de
alrededor de 60.000 ton y en su mayor parte se destina a congelados (75%). La producción
interna de Estados Unidos es cercana a las 13.000 ton y el resto de la producción mundial
se reparte entre Europa y los países del Hemisferio Sur, tales como Nueva
Zelandia, Chile
y otros.
El período en que se desarrolla la producción de moras en Estados
Unidos va desde mayo hasta agosto, alcanzando su mayor nivel en el mes de junio.
La exportación de moras de Nueva Zelandia se destina mayoritariamente
a Estados Unidos llegando fuera de temporada entre los meses de diciembre a marzo y la
producción de Chile que se destina a Estados Unidos en estado fresco llega en enero y
abril, por lo que estaría compitiendo con Nueva Zelandia en estas fechas.
Los boysenberries son la principal variedad de Nueva Zelandia y sólo
se cultivan pequeñas cantidades de las variedades Marion, Ollalie y Aurora. Los
rendimientos son muy altos y se exportan grandes cantidades de boysberries a Europa y
otros países. Tanto su producción como su comercialización están controladas por el
boysenberry Board. Por lo tanto, la superficie tratada está controlada de acuerdo a la
demanda prevista, y los mercados de destino también están controlados, para asegurar que
los productores no compitan entre sí cuando están desarrollando mercados nuevos.
En cuanto a Europa, sólo existen pequeñas áreas de producción en
países como Inglaterra, Francia, Yogoslavia, Polonia y otros, cuya producción se destina
a la exportación hacia los países de Europa Occidental tales como Alemania y Holanda,
entre los meses de junio y octubre.
Las principales abastecedoras del mercado de Estados, además de la
producción interna proveniente de los estados de California, Washington, Oregon y
Florida, son Guatemala, Colombia, Chile y Nueva Zelandia.
Estados Unidos se autoabastece entre los meses de mayor y septiembre.
Los países del hemisferio sur como Chile, Nueva Zelandia y Colombia compiten entre enero
y marzo, además, los dos últimos participan también en los meses de septiembre a
diciembre.
Guatemala es otro país abastecedor, siendo su oferta más prolongada
en comparación a los países mencionados, desde noviembre a agosto, compitiendo con la
oferta interna de Estados Unidos y con los otros países mencionados.
En cuanto a precios, en Estados Unidos los valores promedio para las
moras a híbridos provenientes de los países del hemisferio sur tales como Chile, Nueva
Zelandia, Colombia y Guatemala, fluctúan alrededor de los US$ 12/kg, siendo el promedio
para EEUU de US$ 10/kg, llegando en los meses de mayor producción y oferta a sólo US$
5,6/kg.
El total de moras e híbridos importados por la CEE es comparativamente
pequeño respecto a los otros berries. Las moras congeladas representan el 93% del total
adquirido por la región. Alemania y Holanda son los principales compradores, con una
participación conjunta del 70% del total importado de moras.
Análogamente el caso de las importaciones, el mayor volumen exportado
de moras corresponde a congelado, con 2.853 toneladas, de un total exportado de 3.389
toneladas (84.2%) Los principales exportadores son a la vez los principales importadores
Respecto a las importaciones de moras congeladas por parte de la CEE,
cabe destacar que Yugoslavia es el principal proveedor con 7.667 toneladas, siguiéndole
Chile con un volumen de 3.287 toneladas en 1990, lo que representa un 17% del total
adquirido por la CEE.
En relación a los precios, se puede decir que en el mercado alemán la
tendencia observada es más bien estable a través de los años, alcanzando un promedio de
US$ 4,4/kg para el período analizado, sin embargo, presentan una marcada estacionalidad a
través del año, disminuyendo progresivamente desde que aparece la primera producción de
moras, con altos precios en el mes de julio US$ 5,9/kg hasta un valor de US$ 3,7/Kg en el
mes de octubre.
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