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    REPOBLACIONES FORESTALES: ELECCIÓN DE ESPECIES

 

1. CONCEPTO Y OBJETIVOS

2. SELECCIÓN DE ESPECIES

3. INTRODUCCIÓN DE ESPECIES EXÓTICAS

 

1. CONCEPTO Y OBJETIVOS

El término reforestación es sinónimo de repoblación forestal y se refiere a la introducción de la masa forestal en un terreno que ya la poseía con anterioridad en un tiempo relativamente cercano. Sin embargo, el término forestación hace referencia a la introducción de una masa forestal en lugares donde nunca ha existido ese tipo de vegetación.

La repoblación forestal puede definirse como el "conjunto de técnicas que se necesitan aplicar para crear una masa forestal, formada por especies vegetales leñosas (árboles o arbustivas), que sea estable con el medio, en un terreno cuya vegetación actual es ineficaz en mayor o menor grado según el uso asignado al territorio, y que adoptando las características deseadas, cumpla con los fines que de ella se demanden" (Serrada, 1995).

Se entiende por masa forestal el "conjunto de vegetales leñosos que ocupan una extensión relativamente grande y que interaccionan entre sus componentes (viven en espesura), que evoluciona en relación con su medio y que es objeto de tratamiento para obtener utilidades de ella" (Serrada, 1995).

Según la definición, el que la masa forestal sea estable en el medio a lo largo del tiempo implica que su supervivencia, desarrollo y reproducción no dependan de la intervención humana constante o intensa, aunque sí se realicen tratamientos selvícolas esporádicos (control de plagas y enfermedades, podas, clareos, defensa contra incendios, etc.).

Por otro lado, el concepto de repoblación forestal lleva implícitos unos objetivos, cuyo establecimiento constituye el primer paso a seguir a la hora de realizar un proyecto de esta índole. En líneas generales, dichos objetivos pueden incluirse en uno de los siguientes grupos: objetivos productores y objetivos protectores, dando lugar a las repoblaciones productoras y protectoras, respectivamente. Los primeros están orientados hacia la producción de materias primas o bienes directos (frutos, madera, corcho, etc.) y los segundos se plantean cuando las pretensiones se refieren a la obtención de beneficios indirectos derivados de la simple existencia de la masa (protección del suelo, conservación de la vida silvestre, etc.). Son estos últimos los que se imponen en las repoblaciones españolas, destinadas a defender el suelo de la erosión hídrica o eólica, mejorar las condiciones de desarrollo de la vida silvestre, etc.

2. ELECCIÓN DE ESPECIES

La elección de la especie se realizará en función del objetivo previamente establecido y del estado de partida del terreno a repoblar o estación. Dicho proceso se lleva a cabo en tres etapas: las dos primeras seleccionan las especies compatibles con la estación, teniendo en cuenta los factores ecológicos y la tercera consiste en la elección a partir de las seleccionadas en las dos fases anteriores, atendiendo a criterios económicos.

Una vez elegida la especie o especies habrá que indicar su ecotipo o procedencia, es decir, de dónde provienen las semillas, de forma que queden detallados y homologados con la estación de destino los factores ecológicos y que puedan establecerse previsiones sobre las características de la masa a crear. Cuando en el país productor de la semilla de la especie solicitada existan estudios en cuanto a la delimitación geográfica de las distintas procedencias, debe proporcionarse la clave de esta clasificación (García Salmerón, 1991). Las especies de amplia difusión o especies linneanas presentarán una mayor variabilidad genética que las de difusión más restringida, especies jordanianas, dada la variabilidad del medio ambiente a lo largo del área natural aquéllas.

n En la primera etapa, los factores ecológicos a considerar, siguiendo un proceso selectivo ordenado son: factores fitogeográficos, factores climáticos, factores fisiográficos y factores edáficos.

La Fitogeografía o Geografía Botánica estudia la distribución geográfica de las especies vegetales. Por tanto, el primer paso consistirá en elaborar una lista de especies autóctonas, junto con las éxoticas compatibles ecológicamente.

Los factores climáticos a tener en cuenta son: radiaciones, precipitaciones, temperaturas y movimiento del aire. Los efectos de dichos factores sobre la fotosíntesis y, en definitiva, sobre el desarrollo, deben considerarse de forma global y no individual, por lo que es necesario disponer de un Índice Climático o Estudio Climático que cuantifique la capacidad de un clima para producir biomasa. Pueden emplearse metodologías basadas en clasificaciones fitoclimáticas mediante climodiagramas (Allue,1990) o diagramas bioclimáticos (Montero de Burgos y González Rebollar, 1982; García Salmerón, 1980). El proceso selectivo utilizando el diagrama bioclimático es el siguiente (García Salmerón, 1991):

- La primera selección se hace admitiendo todas las especies cuya IBS (Intensidad Bioclimática Seca) sea igual o mayor que la IBS estacional.

- La segunda selección utiliza el factor térmico, teniendo en cuenta su influencia en la actividad fotosintética. La estación climáticamente óptima, desde el punto de vista térmico, será aquella que tenga una temperatura básica libre igual a la óptima, habiendo finalizado la selección. No obstante, esto no es frecuente que ocurra, por lo que se suele proceder de la siguiente forma:

* Se desechan las especies cuando TmE-Eme>1 ºC, siendo Tme la temperatura básica óptima de la especie y TmE la de la estación.

* Es preferible el caso en que Tme>TmE, frente a Tme<TmE.

- Si queda más de una especie utilizable después de aplicar los dos criterios anteriores, se seleccionará la de mayor producción, cuando la repoblación es productora, o la de la más apropiada para luchar contra la erosión hídrica, si se trata de una repoblación protectora.

Cuando se trata de terrenos montañosos, los datos recogidos en una estación meteorológica próxima sólo reflejan de forma aproximada su climatología, por lo que habrá que tener en cuenta los factores fisiográficos de altitud, orientación y pendiente, dada su influencia sobre los factores climáticos. La altitud influye a través de la temperatura, las precipitaciones y la radiación. Asimismo el gradiente térmico con la altitud depende de la orientación de la ladera y del sistema orográfico y el gradiente pluviométrico depende de la situación orográfica general.

Cuando se trata de vegetación forestal, los factores edáficos tiene una menor influencia que los climáticos, salvo en casos extremos, debido a la plasticidad de este tipo de vegetación: las exigencias nutricionales son menores, ya que la madera está compuesta mayoritariamente por los elementos que puede suministrar el aire y el agua y, en el caso de las especies linneanas, el grado de adaptación a las condiciones edáficas es elevado cuando el resto de las condiciones ambientales le son favorables. Las características del suelo que tienen verdadera importancia son aquellas que en cierto modo sustituyen al clima: una alta capacidad de retención de agua y fácil transferencia de humedad de los períodos húmedos a los secos, equivale a la precipitación en el período de transferencia; la profundidad sustituye a la precipitación, ya que permite extraer agua de mayor profundidad, cuando las capas superiores han alcanzado su punto de marchitamiento. Estas propiedades, capacidad de retención de agua y profundidad, pueden modificarse hasta cierto punto de forma favorable, a través de las labores preparatorias del suelo. No obstante, se estudiará el suelo desde dos puntos de vista: 

- Grado de evolución o degradación, para obtener información sobre el impacto de la repoblación, su futura evolución tras la repoblación y la posible mejora de sus propiedades.

- Interpretación de los siguientes parámetros: profundidad, pedregosidad, textura, estructura, contenido en materia orgánica, conductividad eléctrica de la solución del suelo, contenido en caliza activa y reacción (pH).

Una vez conocidas estas características se coteja con las necesidades de las especies seleccionadas, descartando aquellas para las que el suelo sea limitante. La presencia de caliza activa, la permeabilidad y la salinidad, son las características que con mayor frecuencia resultan determinantes.

Metodologías interesantes a seguir son: la propuesta por Elena Rosselló et al. (1990) y el análisis de factores edafoclimáticos integrados para la elección de especies desarrollado por Gandullo y Sánchez Palomares (1994).

n En la segunda etapa de selección se tendrán en cuenta los factores biológicos, que engloban: factores fitosociológicos, factores de competencia con la vegetación actual, la posibilidad de micorrización, el comportamiento frente a plagas, enfermedades y predadores, e influencias antropozoicas indirectas. 

El estudio de los factores fitosociológicos supone el conocimiento de la composición florística actual del terreno, que informa sobre las condiciones estacionales, la asociación vegetal climácica y el estado de degradación de la vegetación.

Habrá que determinar cuáles de las especies seleccionadas establecerán una competencia inadmisible con la vegetación actual.

Con respecto a la micorrización , ésta viene garantizada por las inoculaciones llevadas a cabo  en el vivero.

En cuanto a las plagas y enfermedades, algunas especies pueden ser descartadas por su baja resistencia.

El factor humano, por otro lado, puede resultar incompatible  de forma indirecta a través de su actividad y, especialmente, la de carácter industrial.

n En la tercera etapa se aplicarán criterios económicos de selección sobre la lista confeccionada a lo largo de las dos etapas anteriores. En España, dadas las condiciones predominantes de intensa sequía estival conjugada con una gran degradación edáfica, es común que al final de la segunda etapa dicho listado quede reducido a una sola especie. La aplicación de  los mencionados criterios económicos se lleva a cabo en relación directa con el objetivo de la repoblación.

Entre los factores económicos que influyen directamente sobre la rentabilidad se encuentran: los costos de establecimiento y de gestiones técnica y administrativa, las pérdidas por agentes o susceptibilidad a los no considerados en los factores biológicos, la cuantía del crecimiento y la utilidad y el valor de los productos.

Independientemente de la rentabilidad existen factores económicos indirectos que pueden aconsejar la elección de una especie y que suelen estar relacionados con las condiciones extrínsecas del monte: distancia del mercado para unos determinados productos, estructura de la industria de transformación de materias primas, disponibilidad de mano de obra, etc.

En ocasiones existen razones económicas ligadas a la necesidad de disponer de un producto con determinadas características tecnológicas, por razones estratégicas de distinta índole. Así los factores de tipo tecnológico se pueden referir: a las características del propio producto porque se adecue mejor a una industria determinada, o por la situación de demanda del mercado, etc.

3. INTRODUCCIÓN DE ESPECIES EXÓTICAS

Se considera como especie exótica, a aquella para la que el vector de sus propágulos a la hora de ser introducida fuera de su habitación natural es el hombre.

Su empleo puede entrar en consideración en los siguientes casos:

- Cuando la vegetación espontánea es pobre en su desarrollo y, por tanto, de muy pequeña rentabilidad.

- Cuando la especie autóctona es tecnológicamente inapropiada para las exigencias de una industria determinada.

- Cuando no exista especie autóctona totalmente satisfactoria para vegetar en una estación determinada.

Las etapas a seguir en el proceso de selección serán las mismas que para las especies autóctonas, haciendo especial hincapié en:

- Los riesgos de plagas y enfermedades, ya que los agentes patógenos autóctonos pueden presentar mayor virulencia frente a las nuevas especies, o los nuevos patógenos, en el caso de que sean trasladados con las especie, carecerán de enemigos naturales en la zona de introducción.

- La escasez de variabilidad genética.

- Los riesgos de heladas.

No obstante, una vez homologados positivamente los factores ecológicos entre el área de origen y de introducción, una especie exótica tendrá que cumplir los siguientes requisitos:

- Que su uso suponga una ventaja frente a las especies autóctonas.

- Que su introducción no suponga un perjuicio irreversible: alteraciones edáficas, importantes alteraciones en el ciclo del agua, propagación incontrolada, etc.

 







 








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