El origen del tulipán se localiza
principalmente en el área mediterránea y el nordeste asiático, aunque la
mayoría de las variedades cultivadas actualmente proceden de las
regiones montañosas de Asia Menor, Persia, el Cáucaso y Turdestán. Las
primeras semillas de tulipán llegaron a Europa a finales del siglo XVI
procedentes de Turquía.
El nombre "tulipán" proviene
de la palabra "dulban", que significa en turco turbante, haciendo
referencia a la similitud entre sus formas.
El botánico Carolus Clusius inició el
cultivo del tulipán en el jardín botánico de Leiden (Holanda), a partir de
semillas y de bulbos enviados desde Turquía.
Debido a las particulares exigencias
agroecológicas del tulipán, la producción de sus bulbos está limitada e
escasas regiones en el mundo.
Holanda es el líder absoluto de esta
actividad debido a sus condiciones climáticas y a un excelente perfil
comercial. No solo cuenta con más del 55% del área cultivada en el mundo
(más de 10.000 hectáreas) sino que es el moderador del intercambio
comercial.
Se trata del único país capaz de crear
una organización basada principalmente en:
1.- Control del material vegetal, como
consecuencia de la especialización, investigación y el desarrollo
tecnológico.
2.- Establecimiento de grandes
superficies dedicadas a la producción de bulbos.
3.- Consolidación de una estructura
comercial que distribuye el producto a través de subastas y un entramado de
numerosos exportadores.
Sus competidores en el cultivo del
tulipán son: Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón, Polonia y Francia.
Australia y Chile son los principales
productores de
tulipán dentro del Hemisferio Sur, muchos de los cuales han sido creados por los propios productores y
empresarios holandeses. Debido al desfase productivo con el Hemisferio Norte,
Australia y Chile producen tulipanes cuando este se encuentra en receso,
basado fundamentalmente en la disponibilidad de tierras y clima aptos para su
desarrollo.
Especies: Tulipa gesneriana, de origen oriental, y Tulipa
suaveolens, originaria del sur de Europa.
Planta:
planta bulbosa de constitución herbácea y vivaz, con un corto periodo de
floración, normalmente en primavera y de bulbos tunicados.
Bulbo:
es el órgano de reserva y multiplicación, formado por un tallo axial,
corto y carnoso y cuya parte inferior se denomina placa basal, y una superior
o ápice que envuelve a un meristemo recubierto con escamas gruesas, situado
en el eje del bulbo que originará el tallo aéreo. Una de las principales
características del bulbo son las escamas exteriores secas llamadas
"túnicas", cuya función es la defensa contra lesiones mecánicas y
la desecación. Las escamas interiores son carnosas, denominadas
"láminas", distribuidas en capas contiguas y concéntricas, cuya
función es almacenar las sustancias de reserva.
Hojas: hojas escasas, de color verde a verde grisáceo, algo carnosas, de
linear-lanceoladas a anchamente ovadas que carecen de peciolo y
nacen de la parte baja de la planta, decreciendo en tamaño hacia la parte
superior del tallo. La lámina foliar es sencilla, entera y
paralelinervia.
Flores: generalmente solitarias, orientadas hacia arriba, mas o menos
acampanadas, pudiendo tener tépalos dobles o
simples, dispuestos en forma de cáliz y generalmente en número de seis, con
una amplia gama de coloridos. Perianto de seis segmentos libres dispuestos en
dos verticilos, androceo con seis estambres y estigma trilobado.
Fruto: Es una cápsula esférica o elipsoide de tres valvas erectas,
conteniendo numerosas semillas planas.
Ciclo
del tulipán:
1.-Fase
vegetativa: crecimiento de los bulbos hasta llegar al tamaño adecuado
para florecer.
2.-Fase
reproductiva: esta fase comprende: inducción floral, diferenciación de
las partes florales, alargamiento del tallo floral y floración.
No
se considera un factor restrictivo, ya que para su óptimo desarrollo requiere
un bajo nivel de iluminación.
El
componente de color azul en las lámparas fluorescentes de luz blanca es
indispensable para lograr una buena formación de la flor.
En
zonas con alta incidencia lumínica y temperaturas altas se produce un
adelantamiento de la floración en detrimento del largo de la vara, lo que se
puede minimizar con el uso de sombreados.
Es
una especie que resiste las bajas temperaturas, siendo sensible a condiciones
de calor. Periodos con altas temperaturas producen una floración rápida con
una altura deficiente.
La
temperatura del suelo tiene incidencia directa sobre la duración del cultivo,
se ha estimado que temperaturas entre 13-16ºC son óptimas para el desarrollo
del tulipán. Sobre éstas incrementan la posibilidad de ataque de Fusarium
oxysporum.
Requiere
un nivel elevado de humedad, pero que supere el 85%, para evitar la incidencia
de ataques fúngicos como Botrytis tulipae.
Ambientes
con baja humedad provocan quemaduras en las hojas y pérdidas excesivas de
agua en la planta que traen por resultados tallos marchitos y poco rígidos
que disminuyen la calidad de la flor.
Se
recomienda la colocación de una cubierta vegetal (paja, acículas de pino...)
para mantener la humedad y disminuir las oscilaciones térmicas del suelo.
También se puede adicionar una capa superficial de arena sobre las bancadas
del cultivo para mantener la humedad del suelo.
Se
requiere un suelo bien drenado, no apelmazado y exento de piedras. El pH debe
estar en torno a los 6-7.5, con un nivel de agua cerca de la superficie del
suelo (40-60 cm) y un material apropiado (plantadoras y arrancadoras).
Las áreas humíferas y los aluviones arenosos son favorables a
este tipo de cultivo.
El
plan general de cultivo a partir de los bulbillos es el siguiente:
*Primer
año: la plantación de bulbillos tiene lugar en suelos arenosos con 30 cm
entre las líneas y de 1-2 cm de distancia en la línea o en caballones con
dos líneas paralelas (1 a 2 cm en tresbolillo).
A
veces la plantación se realiza en mallas que facilitan la recogida de los
bulbos.
Se
lleva a cabo en otoño cuando la temperatura del suelo es inferior a 12ºC,
y así evitar el desarrollo de Fusarium.
La
recolección tiene lugar en junio-julio. El calibre de los bulbos recolectados
oscila entre 6-8, 8-10.
*Segundo
año: se realiza la plantación de los bulbos recolectados el primer año,
distanciados entre sí 3-5 cm.
Se
darán riegos regulares y se efectuarán escardas con ayuda de herbicidas. Se
recomienda Trifluraline a 1.5 kg/ha y Triflularine + Linuron a 5 l/ha.
Cuando
los bulbos alcanzan una calibre de 11-12 y mayores tiene lugar la
recolección, es decir, esta operación se inicia al comenzar la coloración
de la túnica externa del bulbo.
-las
macetas con flores, a partir de bulbos ordinarios pero empleando las
variedades tempranas (simples y dobles).
*Flor
cortada: los bulbos "preparados" sufren un tratamiento térmico en las instalaciones de los viveristas especializados y en particular una
salida del reposo, realizada a bajas temperaturas.
Se
distinguen dos técnicas de forzado cuando se utilicen bulbos
"preparados" a 9ºC o a 5ºC.
Se trata de la técnica más antigua;
comprende dos fases: una preparatoria y después el forzado propiamente dicho.
Estos tulipanes solo son adecuados para aquellas zonas donde las temperaturas
invernales sean lo suficientemente bajas.
-Fase
preparatoria:
El
objetivo de esta fase es provocar la elongación de la yema floral y el
enraizamiento del bulbo.
Tiene
lugar en macetas, cajas o cajoneras que puedan ser fácilmente apilables. Esta
operación se inicia a mediados de septiembre.
Los
bulbos se disponen sobre un sustrato drenante (tierra franca, arena o turba),
generalmente no fertilizado, recubriéndolos 1 cm. Los recipientes son
colocados en cámaras de enraizamiento a una temperatura entre 5-12ºC.
La
entrada en el invernadero se efectuará cuando los brotes tengan de 5 a 6 cm,
generalmente dos meses después.
En
este caso son más apropiados los calibres superiores a 12.
-Forzado
en invernadero:
Durante
diez días el forzado se realiza en la oscuridad para favorecer el
alargamiento de hojas y pedúnculos florales.
Los
recipientes se cubren con polietileno negro o se colocan bajo las bandejas del
invernadero. La temperatura será de 18ºC, efectuando riegos regulares.
Después
el forzado se continúa a plena luz; en diciembre suele durar 3 a 4 semanas,
según los cultivares de tulipanes.
Esta
misma técnica se emplea en la producción como planta de interior, empleando
híbridos de floración precoz, tanto de flores simples como dobles; todos
ellos con hojas pequeñas y flores grandes sostenidas por tallos cortos, colocando 3 bulbos por maceta del 12.
La plantación se efectúa directamente en
invernaderos (o bajo túneles) de forzado desde el momento de recepción de
los bulbos.
La
densidad de plantación será elevada, 200-300 bulbos/m2
aproximadamente, enterrándolos a poca profundidad sobre un lecho de tierra
muy fina y cubriéndolos 1 ó 2 cm con tierra o turba.
Las
temperaturas serán de 12 a 14ºC durante tres semanas para evitar el
desarrollo de hongos parásitos y favorecer el crecimiento rápido de las
raíces.Posteriormente
se regula la temperatura del invernadero a 18ºC y a 15-16ºC la temperatura
del suelo.
Con estos bulbos se
reduce el efecto de las altas temperaturas invernales en zonas con invierno
suave. Aunque los resultados de la plantación pueden variar de un año a
otro, pues los tulipanes de 5º son bastante sensibles a: temperatura y
textura del suelo, calidad del agua de riego, plagas, enfermedades, etc.
-Recolección
de flores:
Se
realiza en el estado "botón floral apenas coloreado", cuando el
color de los pétalos es apenas visible.
Normalmente
se suelen arrancar conjuntamente la planta, su bulbo y sus raíces, y se corta
el pedúnculo floral lo más cerca posible de la base del bulbo, para tener
una buena longitud de flor.
Se
colocan en recipientes con agua dentro de cámaras frigoríficas a 4-5ºC.
Este
tipo de cultivo se practica en el Midi mediterráneo, siendo el esquema
general de cultivo el siguiente:
1.-Primer
año: se cultiva en tierra los bulbos de origen holandés, posteriormente
tiene lugar la recolección de la flor y por último el bulbo se deja
enterrado para su crecimiento o engorde.
2.-Segundo
año: los bulbos de mayor calibre obtenidos el primer año se cultivan en
invernadero, después de un tratamiento térmico a 5ºC, posteriormente se
recolecta la flor y por último los bulbos más pequeños se venden a un
bulbicultor para engordarlos.
3.-Tercer
año: los bulbos engordados el segundo año se cultivan en invernadero
después del tratamiento térmico y finalmente tiene lugar la recolección de
la flor.
Primero
se recomienda desinfectar los bulbos en una solución de Benomilo y Captan,
para prevenir el ataque de Fusarium oxysporum, Rhizoctonia solani,
Botrytis tulipae y Phytium sp; además de realizar una
esterilización de suelo.
El
cultivo se debe iniciar con la importación de los bulbos, normalmente con un
tamaño 10/12, con una combinación de colores y precocidad.
Tendrá
lugar en mesas de 25 cm de altura de un metro de ancho, con pasillos de 40-50
cm.
La
densidad de plantación aproximada es de 100 bulbos/m2, aunque
depende del cultivar, calibre y época de plantación.
-Marco
de plantación: los bulbos se plantan a 8 cm sobre la hilera y a 12.5 cm
entre hileras, enterrándolos a unos 10 cm de profundidad, apretando bien la
tierra para que no se formen bolsas de aire alrededor.
-Época
de plantación: debido a las técnicas de preparación y conservación de
bulbos, la plantación de los bulbos de tulipán puede realizarse en
diferentes momentos, dependiendo fundamentalmente de las condiciones
climáticas.
Se
riegan frecuentemente hasta la floración; a partir de ese momento el riego
debe ser moderado.
Se
recomienda el riego localizado con 3 o 4 líneas portagoteros por mesa de plantación con
emisores de 2 l/h, separados 30-40 cm entre sí.La
cantidad de agua aportada puede reducirse una vez que se hayan formado las
raíces.
El
déficit hídrico puede originar que se formen las hojas antes que las
raíces, lo cual favorece al aborto de los botones florales.
El
nitrógeno provoca un excesivo desarrollo de las hojas en detrimento de la
rigidez del tallo, la que es favorecida por potasio.
El
exceso de N produce un desarrollo exagerado de las hojas en perjuicio de las
flores, en el caso de la producción de flor cortada.
El
tulipán es sobre todo exigente en K2O, pues el potasio mejora la
síntesis y migración de los glúcidos hacia el bulbo y mejora la coloración
de las flores.
El
P2O5 favorece el crecimiento y evita los
inconvenientes de un exceso de N.
Para
el cultivo de bulbos normalmente se aplica el siguiente equilibrio: 1-0,5-2.
Se
debe evitar en todo momento que el estiércol aportado esté fresco, ya que se
incrementa el riesgo de contaminación de diversos hongos, especialmente Fusarium.
Abonado
de fondo (por área).
-Sulfato
amónico: 2 kg
-Superfosfato:
5 kg.
-Sulfato
de potasa: 2 kg.
Abonado
de mantenimiento (por área).
-Desarrollo
de los bulbos: 2 g/l o 1 kg/área de 14-7-26, a partir de la primera hoja.
Después de la "salida" de flor: nitrato potásico (2 g/l o 1 kg/área).
-Forzado:
poco o nada de fertilización (ocasionalmente 3 kg/área de 10-20-20 en la
plantación, y un mes después, en el caso de los cultivos a partir de
bulbos a 5ºC.
En
fertirrigación se recomienda utilizar nitrato potásico (13-0-40) y
fosfato monoamónico (12-61-0), a una dosis de 2 g/m2 dos veces a
la semana, durante todo el ciclo de cultivo.
El
exceso de abonado puede favorecer la aparición de puntos de hojas quemadas,
reduciendo así la calidad de la flor.
El
tulipán se renueva anualmente por bulbillos (pequeños bulbos que se
desarrollan en la base del "viejo" bulbo), uno de los bulbillos toma
mayor importancia, y el viejo bulbo se seca, siendo reemplazado por el nuevo.
Se hable de bulbo de renovación anual.
La
multiplicación se efectúa por separación de los bulbillos en el momento de
la recolección (de 2 a 5 o más por bulbo).La
multiplicación por semillas solo se realiza para obtener nuevos cultivares,
que florecerán en 5 o 6 años.
La
propagación comercial del tulipán está fundamentalmente en manos de
los productores holandeses, debido por un lado es un elevado grado de
tecnificación y por otro lado al tener las condiciones medioambientales
adecuadas.
Aparecen
en las plantas durante su vegetación y en los bulbos durante su
conservación. Los pulgones dañan el brote de la planta, deformándolo. Los
ataques de pulgones son más frecuentes durante la primavera tanto en cultivo
al aire libre como en invernadero.
El
daño más importante de los pulgones es indirecto, pues son transmisores de
virus.
Control.
-Pulverización
con Lindano, Paration, etc, después de la aparición de los primeros
síntomas de la invasión, antes de que la planta sufra daños importantes.
-NEMÁTODO
DE LOS TALLOS Y DE LOS BULBOS (Ditylenchus dipsaci).
Este
nemátodo causa necrosis del tallo y abultamientos y/o retorcimientos de las hojas y
de las yemas. Sobrevive en el suelo y en malas hierbas huéspedes y
ataca a los bulbos y brotes jóvenes.
D.
dipsaci se mueve intercelularmente en los tejidos jóvenes, disolviendo la
lamela media e incitando hipertrofia e hiperplasia. Los brotes se abultan
típicamente, se deforman y se acortan.
Se
trata de un organismo vermiforme, largo y delgado (0.8-1.4 mm), posee un
estilete y la cola es ligeramente puntiaguda.
El
cuerpo se pone casi recto cuando muere por calor.
D.
dipsaci es bisexual y pone 200-500 huevos durante el ciclo de vida de un
adulto, que es de 45 a 75 días. La temperatura óptima para su desarrollo es
15-20ºC, teniendo poca actividad por debajo de 10ºC o por encima de 22ºC.
Finalmente, los nemátodos emigran a la base de la planta, donde se concentran
en grupos. En este estado los nemátodos pueden resistir una sequía
considerable.
-Control.
-Realizar
una rotación de tres años sin cultivar tulipanes.
-Destrucción
de las plantas afectadas.
-Remojar
los bulbos en agua caliente durante tres horas y treinta minutos a 43.5ºC de
15-20 días después de la recogida.
-La
pasteurización con vapor es el tratamiento más seguro y efectivo.
-No
desinfectar con bromulo de metilo, pues resulta fitotóxico para las
Liliáceas.
Se
trata de una enfermedad muy frecuente y la de mayor gravedad, pues ataca a
todos los órganos de la planta.
Este
hongo se puede diseminar a través de bulbos infectados, acolchados, viento y
lluvia. Su desarrollo se ve favorecido por humedades relativas altas.
Los
síntomas se manifiestan como hojas curvas y deformadas, detención de la
emergencia de brotes y manchas circulares grisáceas en hojas y flores que
avanzan rápidamente bajo condiciones de elevada humedad relativa y
temperatura.
Control.
-Rotaciones
de 4-5 años sin tulipanes.
-No
reutilizar los acolchados vegetales.
-Tratamiento
de los bulbos por pulverización con Tiram.
-Pulverizaciones
preventivas con Captan o Diclofluanida desde que se produce la brotación
hasta la floración, al menos dos o tres veces.
-FUSARIOSIS (Fusarium oxysporum f. sp. tulipae).
Se
trata de una enfermedad bastante frecuente y grave. La infección se produce
con más frecuencia a finales del periodo vegetativo, a consecuencia de los
ataques de los hongos que proceden de los restos del viejo bulbo.
Los
síntomas se manifiestan en los bulbos como una podredumbre seca en la base o
del corazón, o momificación al final del almacenamiento.
Control.
-Realizar
rotaciones.
-Clasificación
y secado de los bulbos.
-Almacenar
los bulbos en lugares bien ventilados y evitar heridas durante la
conservación.
-Tratamiento
con Benomilo, Procloraz, etc.
-MAL
DEL ESCLEROCIO (Sclerotium tulipae).
Este hongo se propaga a
través del material vegetal y de la tierra de cultivo. En el tulipán puede
penetrar por el ápice del bulbo o por el brote recién emergido.
Si no se produce la
brotación, el desarrollo del micelio del hongo tiene lugar en el cuello del
bulbo, siendo este de color blanco.
El interior del bulbo se
vuelve gris-rojizo y se pudre en seco, pero mantiene las raíces sanas.
Control.
-Desinfección de los
bulbos y del suelo.
-Se recomienda no
cultivar en el mismo terreno después de una bulbosa.
-VIROSIS.
Desde muy antiguo, las
enfermedades causadas por virus vienen asociadas al cultivo del tulipán a
causa del efecto decorativo sobre varios cultivares. Los horticultores
holandeses lo han explotado ampliamente, transmitiendo el variegado floral a
los bulbos sanos. Finalmente los indeseables efectos de los virus que conducen
a largo plazo a la degeneración de las plantas enfermas, han mermado el
interés por los tulipanes virosados, justificando su eliminación de los
cultivos.
-Potyvirus.
La familia de los Potyviridae
comprende varios géneros, aunque el género más importante es el de los Potyvirus;
este género comprende más de 200 virus, estando ampliamente representados en
las plantas ornamentales.
La sintomatología del
variegado del tulipán ocasionado por los Potyvirus es la siguiente:
-En las flores los
síntomas son perceptibles desde la nascencia de las plantas en primavera. Las
yemas florales se decoloran y el escapo floral puede manifestar estrías
anormalmente pigmentadas. Las alteraciones de
pigmentación modifican el color específico de la variedad y los lotes
contaminados pierden su valor comercial.
-En las hojas, los
síntomas son generalmente moderados. Las plantas infectadas presentan
jaspeados más o menos discretos o estrías longitudinales decoloradas. Estas
manifestaciones varían en función del cultivar, de las condiciones
culturales y del estadío de desarrollo de la planta.
-Las plantas virosadas
del tulipán son de un tamaño más reducido y los tallos y las flores son
más cortos. Esta disminución de vigor se traduce también sobre el
engrosamiento de los bulbos por una reducción del peso que puede alcanzar el
50%.
-La conservación en
florero de las flores cortadas es de corta duración.
Recientes estudios
realizados en los Países Bajos han permitido identificar y caracterizar a los
diferentes Potyvirus responsables de los variegados del tulipán:
Tulip Breaking
Potyvirus (TBV).
Tulip Top Breaking
Potyvirus (TTBV).
Tulip Band
Breaking Potyvirus (TBBV).
Rembrandt Tulip
Breaking Potyvirus (ReTBV).
Lily Mottle
Potyvirus (LiMV).
Control.
-Realizar controles
visuales y test de ELISA después de puesta en cultivo en invernadero.
-Aislar las parcelas como
mínimo 300 m de cultivos de tulipán susceptibles de soportar lotes
contaminados.
-Realizar tratamientos
insecticidas contra los pulgones vectores.
-En el momento de la
floración debe ser una norma regular y estrictamente aplicada una inspección
ocular seguida de eliminación de las plantas infectadas.
-Virus del "rattle"
del tabaco o Tobbaco Rattle Tobravirus (TRV).
Este virus muestra una
sintomatología de tipo variegado sobre las flores de tulipán, dando lugar a
manchas cortas frecuentemente rectilíneas o placas decoloradas vítreas
dispersadas sobre los pétalos; si el ataque es grave, las flores pueden
deformarse.
Los síntomas florales
vienen acompañados sobre las hojas de manchas gris verdoso, oblongas o
ligeramente estrelladas que se desarrollan preferentemente en la base del
limbo.
No afecta demasiado al
vigor de la planta ni al engrosamiento del bulbo.
El TRV es transmitido en
el suelo a través de nemátodos pertenecientes a los géneros Trichodorus,
que frecuentemente infectan los suelos arenosos.
Control.
-Desinfectar el suelo con
ayuda de nematicidas (Dicloropropano/Dicloropropeno).
-En cultivares sensibles
se recomienda la plantación tardía, en noviembre o diciembre.
-Otros virus responsables
de los variegados son: el virus latente de la azucena o Lily Symptomless
Carlavirus (LSV), es el responsable de las alteraciones en la
pigmentación de las flores en algunas variedades de tulipán de color rojo o
rosa.
Los síntomas solo
aparecen si las plantas son infectadas al menos 6 semanas antes de la
floración. No aparecen síntomas sobre las hojas.
El virus del mosaico
del pepino o Cucumber Mosaic Cucumovirus (CMV), puede infectar
ocasionalmente el tulipán, provocando un variegado floral limitado a los
bordes de los pétalos y manchas necróticas o cloróticas en las hojas.
También pueden aparecer al final de la conservación necrosis anulares en las
escamas de los bulbos.
Control.
-Plantación de bulbos
sanos.
-Aislamiento de los
cultivos (200 m).
-Eliminar y quemar las
plantas viróticas.
-Enfermedad de
Augusta.
Llamada así debido a que
fue en la variedad Augusta en la que se manifestó por primera vez en Holanda,
siendo el agente acusante de la enfermedad el virus de la necrosis del
tabaco o Tobacco Necrosis Necrovirus (TNV).
Los ataques pueden ser
visibles desde el comienzo de la vegetación. Las plantas nacen difícilmente,
algunas permanecen enanas y mueren prematuramente. Las hojas infectadas
presentan manchas y estrías necróticas de forma redondeada u oval, dando
lugar a un enrollamiento del limbo característico. También aparecen largas
estrías de color pardo en la base de las hojas y a lo largo de los tallos. En
las flores deformadas aparecen pequeñas manchas necróticas en estrías. En
los bulbos las manchas se vuelven necróticas, dando lugar a la completa
desecación de las escamas.
Las contaminaciones por
el TNV tienen lugar en el suelo, siendo el hongo Olpidium brassicae a
través de sus esporas flageladas, el que disemina el virus al nivel de las
raíces.
Control.
-Producción de bulbos
clasificados.
-Eliminación del
material infectado.
-Desinfección del suelo
para eliminar el hongo vector del virus.
-Se recomienda no
cultivar en aquellos suelos en donde hubo un cultivo hospedante (tabaco,
patatas, judías y varias malas hierbas) ni donde hubo tulipanes atacados por
este virus.
-Vuelco: al
formarse la flor, el pedúnculo se dobla a la altura del cuello de la planta.
Puede deberse a un déficit de calcio, bajada de las temperaturas durante el
almacenamiento, oscilaciones térmicas durante el cultivo o una elevada
humedad ambiental.
Se presenta especialmente
en terrenos arcillosos.
-Aborto de la flor:
el botón floral se atrofia, decolora y toma una textura coriácea. Se debe a
una falta de maduración de los bulbos, bajas temperaturas durante el
almacenamiento, recalentamiento de los bulbos durante la conservación y déficit
hídrico.
-Petrificación de los
bulbos: las escamas carnosas externas de los bulbos almacenados toman un
color blanquecino, esta zona se endurece y aumenta de tamaño hasta alcanzar
todo el bulbo.
Normalmente tiene lugar
sobre bulbos dañados o cosechados tardíamente.
-Puntas blancas de los
pétalos: tiene lugar durante la brotación cuando se produce una falta de
humedad en el suelo y exceso de calor.
-Rotura de la
epidermis: la epidermis del envés de las hojas se rompe transversalmente
en diferentes puntos. La epidermis se enrolla hacia afuera, quedando así el
tejido expuesto. Normalmente en estas heridas se establecen microorganismos
que provocan pudriciones.
El momento óptimo de
corte generalmente coincide cuando el capullo se ve coloreado. Pero si la
producción se destina a los mercados locales, el corte se realizará con los
tépalos bien coloreados. Si el destino es lejano los tulipanes se
recolectarán cuando el capullo empieza a virar de color; para facilitar de
este modo la manipulación, transporte y duración en jarrón.
Normalmente esta
operación se efectúa de forma manual, arrancando la planta completa
(incluido el bulbo).
Se recomienda cosechar a
primeras horas de la mañana, ya que los tejidos de la planta están más
turgentes.
El periodo de
recolección depende el cultivar y de la fecha de plantación, aunque
normalmente durante los meses fríos la recolección dura más tiempo que
durante los meses cálidos.
El rendimiento esperado
es de un tallo floral por bulbo, sin embargo el rendimiento real disminuye,
considerándose adecuado si oscila entre 85-90% de la cosecha esperada.
En el caso de los
cultivos de bulbos la recolección tendrá lugar cuando las hojas se tornen de
color amarillo, ya que se detiene la asimilación por parte de las hojas.
-Secado: puede
realizarse sobre el propio terreno de cultivo, aunque normalmente se realiza
en cámaras climatizadas, durante una semana a 20-25ºC con una humedad
relativa del 70-80%.
-Clasificación
manual, limpieza y calibrado: se realizará con calibradores especiales
de alveolos o con arcos metálicos.
-Almacenamiento: tendrá
lugar en un local seco y bien ventilado, a una temperatura de 20ºC y 70% de humedad
relativa.
-Tratamiento térmico:
se destina a la "preparación" de bulbos y tiene lugar justo
después del calibrado.
Después del corte y
antes del embalaje tiene lugar la clasificación de las varas florales según
las normas de calidad vigentes.
Los tulipanes se suelen
presentar en paquetes de 10 tallos, protegidos en papel. Siendo las varas
uniformes en grado de apertura, rigidez y longitud.
Previamente las flores
son colocadas en agua, ya que el tulipán en este medio continúa creciendo
tanto en longitud como en grosor, aunque puede provocar que los tallos se
curven.
El transporte se
realizará a 4-5ºC, manteniendo los tulipanes en posición horizontal, para
evitar que los tallos se doblen.
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