Originario
del norte y centro de China, es un arbusto o arbolillo de 3-5 m de altura que se caracteriza por ser de hoja caduca,
con ramillas verdosas, angulosas y largas, abundantes y con fuertes espinas. Hojas
trifoliadas con folíolos de obovados a elípticos de 3-6 cm de longitud,
obtusos y normalmente emarginados, a veces agudos, con la base oblicua. Margen
crenulado; textura algo coriácea. Pecíolo ligeramente alado. Las flores son
blancas, aisladas, de tamaño grande (3-5 cm de diámetro), pétalos membranosos, estambres en número de 20 a
25 y filamentos libres. El fruto de 3-5 cm, es de color limón, no comestible
y muy oloroso. Normalmente tiene 7 segmentos y albedo
consistente o duro, pulpa con gotas de aceite punzante. Semillas
poliembriónicas, cotiledones llanos con matas verdes.
Es
muy conocido por ser el patrón más resistente al frío para los cítricos,
aunque también se ha hibridizado con naranjo dulce, para producir una gran
cantidad de variedades conocidas coloquialmente como los citranges, usados
también como plantas ornamentales, aunque en menos frecuencia que los citados
anteriormente.
Existen
otros cítricos que también pueden emplearse para ornamentación, aunque su
empleo no es tan frecuente como en los casos anteriores. Así podemos
encontrar arbustos como el Microcitrus australasica (F. Muell.)
Swing. Se caracteriza por tener las hojas pequeñas (2-3 cm), poseer muchas
espinas muy largas y punzantes y de frutos cilíndricos fusiformes con
estrechamientos en la zona estilar y peduncular, de corteza rugosa con
numerosas glándulas de aceites esenciales, de color verde-amarillento en la
madurez, con las vesículas muy grandes y prácticamente libres, de sabor muy
ácido.
También
podemos encontrar el Gou Tou Cheng, que parece ser un híbrido natural
de naranjo amargo en China, donde es muy empleado como patrón, por su
tolerancia al virus de la tristeza de los cítricos. Es un patrón muy
tolerante a la salinidad. En oposición al naranjo amargo, Gou Tou Cheng posee
un follaje distinto y característico, que lo diferencia de su antecesor. Sus
hojas son simples, lisas, con el haz verde oscuro y envés verde claro. Alas
estrechas y deltoides. Pecíolo largo y lampiño. Aroma medio. Espinas
abundantes y rectas.
Pero
además de las especies mencionadas, los naranjos (Citrus sinensis),
limoneros (Citrus limon), limas (Citrus aurantifolia), pomelos (Citrus
paradisi) y otros cítricos son plantas con flores intensamente fragantes,
normalmente estrelladas, blancas y de textura cérea que pueden emplearse como
decorativas en jardines, plazas o en macetas cuando son jóvenes.
Como
podemos ver, son muchas las especies de cítricos que existen y que pueden
emplearse como ornamentales, pero sólo son dos especies las que tienen cierta
importancia de ser cultivadas en macetones: los kumquats (Fortunella sp.)
y el calamondín (Citrofortunella mitis). A continuación se van a
destacar aquellos aspectos que condicionan el cultivo industrial de estas dos
especies, aunque pueden hacerse extensibles a las demás.
La
multiplicación puede hacerse por esqueje, por acodo y por injerto. En caso de
que sea por esquejes, éstos son esquejes leñosos que se tratan con hormonas
de enraizamiento a base de AIB y una temperatura de fondo de 35º C. Se ponen
en un sustrato de turba en macetitas de 5 cm y enraizan pasadas unas seis
semanas. La reproducción por acodos de 30-40 cm se realiza mediante
incisiones en la corteza tratadas con hormonas y se cubren con turba húmeda y
luego se tapa con un film de polietileno que se ata a la rama. Dos o tres
meses después, cuando las raíces se han desarrollado lo suficiente, se
corta la rama y se pone en macetas de 12 cm. La propagación mediante injertos
suele ser sobre patrones de naranjo trifoliado (Poncirus trifoliata),
siendo los más destacados el injerto por escudete y el de aproximación de
dos biseles.
Normalmente
se emplean sustratos ácidos muy fértiles y bien drenados, pero que mantengan
la humedad. El pH suele estar entre 5 a 6. Estas plantas no toleran la falta
de agua. El frío detiene su crecimiento. Requiere exposición soleada y
riegos en épocas secas. La fruta madura entre los 16 y 18º C pero no
conviene que sobrepase los 25º C si se desea que el fruto se mantenga varios
meses. Los ambientes muy calurosos y con aire demasiado seco provocan la caída
de los frutos. Debido a que son plantas que duran varios años, conviene
cambiarlas en primavera a macetas de mayor diámetro. Durante el período de
mayor crecimiento se fertilizan con abono líquido a razón de 150 ppm de
equilibrio 2:1:2.