CULTIVO DE LA SALVIA
(Apartados del 1. al 6.)
Salvia officinalis L, fam. labiatae
1.- Generalidades.
2.- Caracteres botánicos.
3.- Clima y suelo.
4.- Propagación.
5.- Cultivo.
5.1.- Plantación.
5.2.- Fertilización.
5.3- Labores culturales.
6.- Recolección.
7.- Plagas y enfermedades.
8.- Aplicaciones y curiosidades.
8.1.- Aplicaciones medicinales.
8.2.- Aplicaciones culinarias.
8.3.- Curiosidades.
9.-
Principios activos.
1.-
Generalidades.
Se la considera la reina de las plantas aromáticas. Su nombre vulgar
es el de «hierba sacra», que le fue atribuido por los romanos, quienes la
consideraban así.
El uso práctico de la salvia es el de aromatizar los platos, pero son
varias las propiedades de los principios activos contenidos en ella.
Se cultiva para la industria alimentaría, semillero, para la
herboristería, la cosmética, la industria de los licores. El mercado español
requiere una gran cantidad importada en gran parte del extranjero.
Es una planta perenne, xerófila y termófila de Europa meridional,
vive de forma espontánea en el sur y en las islas de Italia.
2.- Caracteres botánicos.
Es un sufrútice en forma de mata con raíz fusiforme, robusta y
fibrosa, tallo erecto de sección cuadrangular del cual salen numerosas
ramificaciones, hojas opuestas, pecioladas, ovales-lanceoladas, espesas y
rugosas, con bordes finamente dentados, recubiertos de pelusilla y de color
verde ceniciento. Las flores,
bilabiadas, están reunidas en verticilos situados en inflorescencias
verticales que suelen aparecer de junio a julio.
Otras características de la flor están en función de la variedad.
El fruto es un tetraquenio.
Variedades.
Recordemos tres variedades. La
Salvia officinalis (típica) alcanza
en su desarrollo una altura de 40-60 centímetros, presenta hojas ovales y
flores violetas. Es la que más
se cultiva. La Salvia Officinalis var. alba presenta hojas de mayores dimensiones
respecto a la anterior y flores de color blanco. La Salvia Officinalis var. crispa tiene hojas espesas, muy alargadas y rizadas.
Las flores son de color azul lavanda. Resiste particularmente a la sequía.
Otras variedades son: salvia de jardín, del Moncayo, de los prados,
fina, menor, romana, real, de Aragón, etc.
3.- Clima y suelo.
Aunque es una especie con una considerable capacidad de adaptación, es
preferible reservarle terrenos ligeros, calcáreos y bien expuestos.
Los laboreos para la plantación están constituidos por una aradura,
efectuada en otoño, de 35-40 centímetros de profundidad, y por gradeos o
frutillados en primavera. A la salvia le perjudican los ambientes que presentan
inviernos muy rígidos.
Es una planta oriunda de las montañas de la cuenca mediterránea,
desde España a Turquía y desde Siria a Marruecos. Vive en terrenos áridos,
secos, de naturaleza calcárea.
4.- Propagación.
Se puede escoger entre la gámica y la vegetativa. En el primer caso la
siembra puede hacerse o en semillero o en pleno campo.
Para ambas, la época mejor recae en febrero - marzo.
La semilla, pequeña y de un color marrón oscuro, es bastante fácil
de encontrar y no alcanza precios demasiado elevados en los mercados
semilleros. En la siembra en pleno campo, que puede efectuarse con sembradora
de grano, la cantidad de semilla por hectárea varía sobre todo en función
de la naturaleza del terreno. Es aconsejable usar entre 10 y 15
kilogramos/hectárea. Para la siembra en semillero, bastará recordar que de 10
gramos de semilla pueden obtenerse entre 200 y 300 plantitas.
Hay que especificar que las cantidades señaladas se refieren al uso de
semilla con un buen grado de germinabilidad. La profundidad de siembra debe
ser de un centímetro aproximadamente. Se podrá asistir al brote 18-20 días
después por término medio. Como
conclusión de la propagación gámica debemos decir que al no haberse
efectuado aún selección de las simientes de salvia que pueden encontrarse en
el mercado, se obtendrá una población de individuos con características
morfológicas y cualitativas diferentes.
En caso de que se recurra a la propagación agámica, se obtienen vástagos
idénticos a la planta madre de la cual se ha extraído el material de
multiplicación. Habitualmente se
recurre a esquejes extraídos de plantas de 2 ó 3 años en marzo - abril, de
8-10 centímetros de longitud con al menos cuatro yemas. Su aptitud para
arraigar es muy alta, no se precisan sustancias arraigantes o técnicas
particulares. La época de extracción y por tanto el arraigo puede aplazarse
al mes de junio - julio. En ese caso se requieren cañoneras de arraigo
provistas de malla de sombreo y de sistemas de riego. El trasplante puede
efectuarse o de forma manual (un operario planta de 70 a 80 plantitas/hora) o,
mejor aún, con trasplantadora mecánica de dos o más filas.
La época, en el caso de las plantitas o de los esquejes extraídos en
marzo - abril, será mayo - junio, mientras que en el otro caso se podrá
escoger entre el trasplante en otoño o en la primavera del año siguiente.
Las ventajas de este método son: obtención de dos siegas ya el primer año,
elección entre dos épocas de trasplante según la evolución de las
estaciones en las cuales de todas formas no son indispensables los riegos de
ayuda. Estas ventajas compensan el mayor costo de los equipamientos para
obtener los barbados.
5.- Cultivo.
5.1.- Plantación.
Al establecerla es necesario
conocer con claridad el objetivo del cultivo.
Puede encaminarse a la producción de la parte superior de la planta
con destino a la herboristería, a la de aceite para el sector farmacéutico y
de los licores, o estar destinada a la producción de semilla.
En los dos primeros casos, las plantitas y los esquejes arraigados se
plantan a la distancia de 60-80 centímetros entre las filas, según las
exigencias y las disponibilidades de mecanización, y de 20 centímetros en la
fila, alcanzando una densidad de 75.000 plantitas/hectárea aproximadamente.
Para la producción de las hojas y flores sólo puede adaptarse en cambio una
plantación de mayor densidad, no siendo indispensable una amplia exposición
de la planta a la luz como en el caso de la producción de aceite. Las
distancias podrán ser de 40 centímetros entre las filas
y de 20 centímetros en la fila (120.000 plantitas/hectárea).
La última técnica propuesta es la adopción de la plantación en
prado ideada por el profesor Augusto Rinaldi Ceroni y que puede realizarse
mediante siembra directa con sembradora de grano o trasplante aproximado de
las plantitas, manteniendo una distancia entre las filas de 30 centímetros.
Cuando el objetivo sea la producción de la semilla, las distancias serán de
80-100 centímetros entre las filas y 40 centímetros en la fila.
5.2.- Fertilización.
El criterio básico de elección de la cantidad de elementos nutritivos
que deben distribuirse es el conocimiento del grado de fertilidad del terreno
y del objetivo del cultivo.
Generalmente se realiza con un aporte de estiércol bien hecho de unos
300 kilogramos/hectárea en el momento del laboreo principal, mientras que
cada año se aportan 40-50 unidades de nitrógeno, 100 de fósforo y 80-100 de
potasio. Pueden preverse aportes suplementarios de nitrógeno en el caso de la
producción de hojas y flores en el valor de 50-80 unidades en forma de
nitrato, que deben repartirse entre la recuperación vegetativa y después de
la primera siega.
En regiones donde el invierno sea particularmente riguroso es
importante distribuir nitrógeno también después de la última siega para
incrementar las reservas de la planta que le son necesarias para superar la
mala estación.
5.3.- Labores culturales.
Éste consiste en escardas que tienen el objetivo de ventilar el
terreno y liberarlo de las malas hierbas. También con este fin se ha
estudiado la posibilidad de intervenir con desherbantes químicos. Se han
obtenido buenos resultados empleando linuron en la dosis de 1,5
kilogramos/hectárea antes del brote. No se han observado, en este caso, fenómenos
de contaminación del producto que puedan despertar preocupaciones. Otra
intervención en el cultivo de salvia es el riego, que debe efectuarse en caso
de sequía después de la siembra o el trasplante o después de la primera
siega.
Respecto a los herbicidas decir que se pueden utilizar el norflurazon,
bentazon, y el dicamba sin peligro de fitotoxicidades. Sin embargo la simazina
resulta altamente tóxica para la salvia incluso al aplicarla en
concentraciones muy pequeñas (Espaillat, 1993).
6.-
Recolección.
Para
la recolección de las hojas y flores, al no existir en el comercio máquinas
específicas, se pueden usar segadoras mecánicas y segadoras - atadoras de
forraje. Es indispensable efectuar el corte a una altura e 8 ó 10 centímetros
del suelo para salvaguardar la vida de la planta. La duración del cultivo es
por término medio de 4 ó 5 años. La
parte epígea no debe presentar partes leñosas y por ello es importante
escoger el momento correcto de intervención. Se pueden hacer dos siegas ya en
el año de plantación con el sistema que emplea esquejes arraigados
procedentes de las cajoneras (producción verde total de 140-160
kilogramos/hectárea), y una sola en el otro caso (producción verde total de
60-80 kilogramos/hectárea). En los años siguientes la cosecha por ambos métodos
será por término medio de 180-220 kilogramos/hectárea. El secado de la
parte epígea lleva a una disminución en peso del 75 % aproximadamente. Debe
efectuarse en cobertizos, bajo tinglados u otras edificaciones capaces de
protegerla de la insolación directa, que dañaría la calidad. Además, para
evitar la aparición de mohos
es aconsejable remover varias veces la masa y no formar pilas. Observando
estas normas se podrá obtener un producto con gran demanda en el mercado y
con el cual se pueden alcanzar precios muy interesantes.
Por
lo que se refiere a la producción del aceite esencial, éste está en función
del porcentaje de aceite presente en el producto verde.
Hay que precisar que para incrementarla es necesario segar el cultivo
de salvia cuando está en plena floración (tiempo balsámico). El porcentaje
alcanza valores del 0,14-0,18 % en la primera siega y del 0,25-0,30 en la
segunda.
Finalmente,
en cuanto al cultivo de la salvia de semilla, las mayores dificultades se
encuentran en la fase de cosecha cuando, en plantaciones obtenidas por
reproducción por semilla, la heterogeneidad de la población lleva a una
escalaridad de la maduración.
En
ese caso pueden sufrirse descensos de producción debido a la presencia de
semillas aún sin madurar o a pérdidas en el campo por sobremaduración.
De todos modos el índice de maduración es el cambio de color de la
semilla del verde al marrón. Los rendimientos son de unos 5-8 kilogramos/hectárea
al año.
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